La mañana siguiente amanecimos llenos de picaduras en las piernas pese a haber dormido con la mosquitera puesta, pero no le dimos mucha importancia. Fuimos a desayunar las ya habituales banana pancakes y a decidir cómo organizábamos el día. Teníamos más o menos claro qué queríamos ver en Ninh Binh durante nuestros dos días allí, pero no habíamos decidido del todo el orden. Después de desayunar, la mujer del homestay que tan amablemente había estado en contacto con nosotros por wasap la noche anterior nos dio un mapa con las principales atracciones y algo de información de cada una (horarios y precios). Pedimos una moto (140,000D al día con el depósito vacío y 240,000D con el depósito lleno) para poder movernos por nuestra cuenta, a pesar de que parecía que iba a llover todo el día. Aunque salía bastante más caro, cogimos la moto con el depósito lleno para no perder mucho tiempo buscando una gasolinera. El día estaba muy feo, posiblemente el peor que nos habíamos encontrado en todo el viaje. No estábamos muy seguros de por dónde empezar y me llamó la atención un sitio en el mapa que nos dieron del que no tenía mucha información: Van Long Nature Reserve. Eché un ojo en internet y vi que tenía muy buenas opiniones en TA y estaba bastante recomendado como atracción menos turística que las típicas Tam Coc o Trang An. Era un paseo en barca por una reserva natural especialmente orientada a avistamiento de aves e incluso del langur Delacour, uno de los primates más amenazados del mundo y endémico del norte de Vietnam. Aunque en el mapa parecía estar a pocos kilómetros, la mujer del homestay nos avisó de que estaba un poco lejos, pero teníamos todo el día así que decidimos empezar por ahí y combinar la visita con Chua Bai Dinh, el gigantesco complejo de templos budistas. No estábamos seguros de cuál de los dos visitar primero así que pusimos rumbo a Bai Dinh. Estaba lloviznando todo el rato, no era una lluvia intensa pero sí constante, y no tenía pinta de que fuera a mejorar en todo el día. Cuando llegamos al desvío de Bai Dinh decidimos seguir adelante hasta Van Long y dejar Bai Dinh para más tarde. Al final, entre que salimos tarde, la lluvia y un par de desvíos equivocados, tardamos muchísimo en llegar a Van Long, y eran ya pasadas las 12 y media cuando dejábamos la moto en el parking. Seguía lloviendo insistentemente así que después de comprar las entradas (50,000D por persona) regateamos con una señora que nos ofrecía un paraguas y conseguimos que bajara a 80,000D, pero no hubo forma de que lo rebajara más. Teníamos por delante una hora de barca bajo la lluvia, y más que por nosotros yo estaba preocupada por la cámara, así que acabamos pagando los 80,000D (por lo menos el paraguas era bien hermoso y robusto, no de esos plegables).
El funcionamiento de Van Long es parecido al de otros sitios como Tam Coc o Trang An: hay una serie de barcas esperando a los turistas, y cuando compras la entrada te acercas al embarcadero y ellos te dicen quién es tu barquero. En nuestro caso fue una señora mayor que no hablaba ni palabra de inglés. Nos dio un paseo por el río y nos enseñó los langures (o el culo de los langures, más bien), pero no vimos muchas aves.
Van Long Reserve
Tengo que admitir que este sitio me dejó sensaciones agridulces. Por un lado, el lugar es bonito y tranquilo, con poca gente, y ofrece la oportunidad de ver fauna que no se ve en ningún otro sitio. Pero la lluvia y la falta de aves (supongo que por la lluvia) lo deslució mucho, y el recorrido fue más corto de lo que esperaba según los comentarios de TA. Imagino que el lugar ha ido ganando popularidad en los últimos dos o tres años y los recorridos se han acortado, porque lo que vimos no coincidía con lo que describía la gente en internet (aunque también puede ser que los niveles de agua estuvieran demasiado altos y no pudiéramos acceder a través de las cuevas). Creo que puede ser una visita preciosa al atardecer, cuando se pueden ver cientos de garzas volviendo a los nidos, y siempre que no esté lloviendo, pero si lo visitáis a última hora tened en cuenta que luego os espera un buen rato de camino de vuelta en la oscuridad.
Cuando volvimos a la moto seguía lloviendo y eran más de la una y media, así que paramos a comer en uno de los restaurantes que habíamos visto de camino a Van Long. La especialidad local es la cabra, y eso es exactamente lo que comimos: un par de guisos de cabra con verduras, arroz y cervezas por 420,000D, algo caro porque era un restaurante turístico pero estaba muy bueno. Cuando salimos del restaurante y nos montamos en la moto salió corriendo un chico que estaba en otra mesa a avisarnos de que teníamos una rueda pinchada. La mujer del restaurante nos indicó que en esa misma calle un poco más abajo había un taller, y allí que nos fuimos empujando la moto. Arreglar el pinchazo no fue caro (30,000D) pero tardaron un rato, y veíamos que se nos escapaba el día sin aprovechar mucho más.
Arrozales en Ninh Binh
En el camino de vuelta a Bai Dinh atravesamos arrozales y vimos muchos búfalos de agua. Los paisajes eran preciosos incluso con lluvia. Cuando por fin llegamos al parking del complejo de templos budistas más grande de Vietnam eran ya más de las cuatro de la tarde. No sé en qué demonios se nos fue el día pero como estaba tan gris y nublado casi no había luz y parecía que estaba a punto de hacerse de noche. Dudamos sobre si entrar o no porque no había prácticamente nadie y no sabíamos si nos daría tiempo a ver algo antes de que cerraran o se hiciera de noche del todo, pero como la entrada es gratuita y ya estábamos allí, al final entramos. Pagamos 15,000D de parking (imagino que para compensar la entrada gratuita cobran el parking carísimo) y echamos a andar bajo la lluvia con nuestro paraguas nuevo. El complejo es bastante grande, relativamente nuevo (la construcción finalizó en 2010) y alberga varios edificios, incluyendo una torre con una campana gigante, una pagoda y varios templos. Es un lugar de peregrinación y suele estar bastante lleno de gente, así que estábamos flipando un poco cuando nos dimos cuenta de que éramos los únicos, o casi. Era prácticamente de noche y seguía lloviendo, pero incluso así el sitio nos pareció espectacular. Los Budas gigantes, la campana, los pasillos desiertos y el olor a incienso sin tener a nadie alrededor era una sensación extraña.
Chua Bai Dinh
El complejo va ascendiendo por una pendiente de forma que cuando llegas a los pabellones de arriba puedes disfrutar de la vista hacia el río y ver muchos de los edificios y jardines más abajo. Justo cuando llegamos arriba se encendieron las luces y definitivamente nos alegramos mucho de haber apurado el día y haber acabado en ese sitio en ese preciso momento. El camino de vuelta a la moto ya fue casi a oscuras pero por lo menos había dejado de llover. Volvimos al homestay sin mayor problema, yendo despacito por la falta de luz, y esa noche cenamos en el homestay porque no había mucho donde elegir alrededor. Al día siguiente visitaríamos Trang An, Mua Cave y Bich Dong, pero la previsión del tiempo seguía siendo de lluvia…