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PRIMER DIA EN PETROPAVLOVSK KAMCHATSKY
El viaje en Rossiya Airlines es muy muy pesado. Son 9 horas de vuelo, pero no hay televisores en los asientos ni ningún otro entretenimiento a bordo. Bueno, sí que hay pantallas en los asientos pero o no funcionan, o no los conectan. El personal de vuelo no es muy dado a la conversación. Parece que te hagan un favor cuando les pides un vaso de agua o les hablas en inglés. Aunque obviamente no todo el personal será así, os cuento una anécdota: Me levanté a pedirles si podía rellenar mi botellín de agua, y un asistente de vuelo me da una botella de litro y medio, y un compañero suyo, cierra la cortina justo después. Eso sí, un punto a favor de Rossiya Airlines es que los asientos son más grandes y el espacio entre ellos es mucho mayor que el resto de compañías. El doble que en Vueling para que os hagais una idea, tanto por delante como en los laterales. Estiras las piernas sin ningún problema.
Conseguimos dormir hasta la hora de desayunar. El zumo y el café son bebibles pero la comida deja mucho que desear.
Llegamos a Petropavlosvk-Kamchatsky un poco antes de las 12 del mediodia.
Aquí es cuando te das cuenta la vasta extensión de Rusia. Y lo lejos que está la península de Kamchatka. Una vez llegas allí, estás más cerca de Kyoto o Seattle que de Moscú, y en el ranking de vuelos interiores más largos dentro de un mismo país, éste ocupa el puesto número 13. ( El primero es Paris-Isla Reunión, por si os lo preguntabais). Es decir, que tardas menos en hacer Barcelona-New York que desde Moscú llegar a Kamchatka. Por lo lejos que está, la poca frecuencia y las pocas compañías que vuelan allí, es la razón que el viaje en avión sea tan caro.
Llegando a Kamchatka, la primera impresión es que todo es gris. Está lloviendo, hemos dejado Moscú con 28 grados y aquí hay unos 19, y la niebla impide ver el perfil del volcán Avachy, que habíamos leído que se ve desde cualquier punto de la ciudad.. De momento, el Avachy tendrá que esperar.
El aeropuerto es pequeño. Y la sala de recogida de maletas la que veis en la fotografía.
Muy rudimentario todo. Solo hay un camioneta con dos vagones para llevar las maletas a las cintas, por lo que va y viene hasta que ha vaciado el avión. Turistas, pocos. Nos fijamos en todos los que llevan el uniforme de “excursionista”, como nosotros. Unos 12 como mucho. Todos franceses y nosotros dos. Nos llama mucho la atención que todos los que recogen el equipaje en la cinta, llevan las maletas, las bolsas y las cajas de comida muy muy envueltas en cinta americana, precintos, candados.. Inevitablemente piensas que igual hay cierta “costumbre” de abrir las maletas ajenas, pero no. En la última remesa de maletas, llegan las nuestras. E intactas.
A la salida, nos espera nuestro transfer. Una chica que habla inglés pero no nos da mucha más conversación. En media hora llegamos a Petropavlosvsk-Kamchatsky, que es el nombre completo de la capital de la Península de Kamchatka. En la carretera, debe ser una nacional, hay muchas paradas de autobuses, de color azul, pero también la gente espera en mitad de la calzada, o caminan por el arcén. La vegetación es muy abundante y se vislumbran a lo lejos, tejados de colores, que imaginamos que son pueblecitos.
En unos 40 minutos, llegamos al hotel Petropavlosvsk. Llueve un poco. Nos recibe Olga, una persona de la agencia local con el paraguas. Mientras subimos las escaleras nos presentamos: le decimos nuestros nombres y un “hello”, y ella nos contesta “ Yes, I know your names”.. Nos deja un poco cortados, vaya.. No parece muy simpática. ( Por suerte, es solo una primera impresión).
El HOTEL PETROPAVLOSVSK tiene 3 estrellas ( aunque parece que se le haya caido una por el camino). Es sencillo, limpio y correcto. Y funciona el wifi desde la habitación. Hacemos el check-in y nos informan que van a tardar un tiempo en rellenar las fichas de clientes. Mientras, Olga nos explica los horarios del día siguiente, qué podemos visitar en la ciudad esa tarde libre y las características del grupo con el que viajaremos. Nos dice que el grupo será de 10 personas, 8 rusas y nosotros dos. Nos quedamos un poco desilusionados: al contratar el viaje en Independents Trekkings nos comentaron que el grupo era multicultural y con un guía en inglés. En realidad, esto no será así. Es un grupo de rusos, por lo que seguro que el idioma mayoritario será el ruso. Olga nos dice que el guía habla en inglés.. Veremos a ver.. Antes de irse, nos recuerda los horarios: la cena a las 19 h, al día siguiente salimos a las 9 y sobre todo, insiste en que aunque estemos muy cansados, que no nos vayamos a dormir hasta la noche para poder coger el ritmo del viaje..
Después de nuestro “wifi time”, una expresión que utilizamos desde hace unos años cuando en el hotel cada uno se toma su ratito para conectarse con el mundo, nos duchamos y salimos para descubrir la ciudad. Tenemos cierta curiosidad por todo lo que habíamos visto y leído sobre lo “poco que ver” en Petropavlosvsk-Kamchatsky, que en adelante escribiremos como PK.
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