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UN NUEVO RETO, TREKKING EN LOS VOLCANES MUTNOSVSKY Y GORELY
Como es tradición, pasamos por el supermercado antes de continuar. Nos llama la atención que en el super hay surtidores de cerveza de muchas marcas, y te puedes traer tu botella y rellenarla allí, sin licencia ni permisos. Como quien coge la fruta y en caja la paga, pues igual.
Conducimos un poco más de dos horas por carretera. Sacha, nuestro conductor, dice que son unos 100 km. El tiempo ha cambiado rápidamente. Hemos salido de Petropavlovsk con sol, y está empezando a llover y hay fuertes ráfagas de viento. Al cabo de una hora y algo, paramos en la Silver Water, una fuente que dicen milagrosa porque lo cura todo, según el cartel que ¡¡oh, está en inglés!!. Es una pena porque el agua baja por la ladera con mucha fuerza pero al llegar a la fuente pierde su gracia: es un caño de plástico que sobresale de la pared de hormigón. Es una pena porque si lo tuvieran más cuidado, sería una bonita parada.
Unos metros más adelante, paramos para fotografiar el magnífico paisaje
Apenas diez minutos más tarde, y a medida que vamos subiendo, el tiempo empeora y apenas hay visibilidad. La carretera es una pista forestal con tramos de nieve pero con la lluvia se ha convertido en un autentico barrizal y en algunos tramos hay mucho hielo, por lo que la conducción es muy lenta. Tardamos una hora en llegar al campamento, situado a 800 metros de altura ( la ciudad de Petropavlovsk está situado a una altura de 141 m.s.n.m,). A pesar de la espesa niebla, vemos que unos metros más adelante hay otro grupo de la misma agencia también acampados.
Tenemos que montar las tiendas, y aunque hacemos el remolón en el camión, y evitar mojarse, no nos queda otra. Cuanto más rápido montemos las tiendas, mejor.
Mientras Dima y Kyril montan la cocina y el comedor, buscamos un lugar para las tiendas. Elegimos la plaza que resultará peor para la orientación ( pero eso aún no lo sabemos) y para rematar, nos toca una tienda viejecita que tiene algunos agujeros. Los tapamos con varias capas de esparadrapo esperando que no entre el agua pero es tan fuerte el viento y la lluvia que el avance de la tienda queda completamente pegada a la capa interior, pero como puede ser siempre peor, el terreno donde clavar las piquetas es tan duro que ni las piedras de alrededor sirven para fijarlas.
Si no para de llover, se nos va a inundar la tienda, y pasaremos la noche en vela... Aunque siempre puede existir un plan B que es el camión... Para mí, es un momento de crisis...
Pedimos ayuda al guía, que nos pone unos plásticos debajo del avance para evitar que traspase el agua. Un invento que más tarde veremos que no funcionará. Nos dice que por la mañana, nos cambiará de tienda porque está muy rota y es mejor jubilarla.
Es la hora de cenar. Y para crear ambiente, por lo de " al mal tiempo, buena cara ", empiezan las rondas de vodka. Rafael y Sergei sacan un par de botellas de vodka, una de whisky y Dimitri aparece con dos botellas de cognac e insiste en decir que es cognac armenio y se llama DVIN. Nos llama la atención porque creíamos que que el cognac sólo podía llamarse así, si era francés. ( Cuando tenemos conexión lo buscamos en internet y leemos que, efectivamente, está aceptado que en Armenia se hace cognac de gran calidad desde hace más de 2000 años, y que justamente esa marca DVIN era el favorito de Winston Churchill que desde que lo probó, se bebía cada día una botella. Como es una cosa curiosa, os dejamos el link por si queréis saber más cosas de esa marca: www.soyarmenio.com.ar/ ...agyan.html
Cenamos una ensalada verde y bacalao con puré y champiñones. Un plato calentito que se agradece. Además,Ludmila ha cocinado todos los que Rafael pescó en el Bistraya. Somos incapaces de averiguar qué pescado es, pero tiene muy buen aspecto así que lo probamos. Obviamente, toda la cena viene convenientemente regada con cognac, whisky y el vodka. Nos cuentan que el vodka, si es de buena calidad, nunca se debe mezclar con nada. Si es de calidad menor, entonces sí. El ritual del cognac es que hay que morder un trocito de limón al terminar el sorbo.
Este es el mismo paisaje sin niebla...
A la hora de los postres, Kyril nos explica el programa de mañana. Debido al mal tiempo (y que según las previsiones, no va a mejorar), no podremos subir al volcán Mutnosvsky y tampoco podemos cambiarlo por la subida al volcán Gorely. Por ahora quedan suspendidas, y todos los grupos que están acampados han tomado la misma decisión ya que resultaría peligroso. Un día normal subir y bajar al Gorely son unas 8 horas, y al Mutnovsky, unas 12 horas. Pero de momento, es imposible. Nos propone un plan B, una pequeña excursión para ver unos geyseres si el día acompaña...
Con una cierta tristeza nos vamos a dormir. Son las 10 de la noche y estamos muy cansados del madrugón y del viaje, porque llegar hasta el campamento base ha sido también como el Dákar.. Nosotros nos vamos a dormir, y los dejamos a ellos con la fiesta, las risas y el alcohol.. Sigue lloviendo mucho. Esperemos que la noche no sea muy larga.
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