Windhoek: hotel Transkalahari Inn. Está al lado de la oficina de alquiler de Bobo Campers, con quien reservamos la caravana. Habitaciones amplias y limpias aunque básicas. Restaurante para nada caro (unos 10€ por persona y te sale la comida por las orejas). Tienen piscina también. Recomendable.
Sesriem: Sossus Oasis. Camping justo a las afueras de la puerta de entrada a Sossusvlei. Parcelas enormes con tu propia caseta de baños. Piscina (a donde se acercan las gacelas a beber por la noche) en el centro de todas las parcelas. Tienen una pequeña tienda y wifi en recepción.
Swakopmund: Alte Brucke: La digievolución pija del camping anterior: parcelas amplias con hierba verde y tu propio bloque de aseos, ¡con paredes de hormigón y techo! Sí sí, totalmente cerrados (que los de Sesriem tampoco estaban para nada mal, todo sea dicho).
Twyfelfontein: Madisa Camp: Camping en medio de la nada. Parcelas circulares cercadas por un murete de piedras abierto por una de las partes… las vacas campan a sus anchas por allí y de hecho te explican cómo actuar si por casualidad se cruza en tu camino una manada de elefantes. Los baños están en un árbol (cada parcela tiene al menos dos árboles) al aire libre totalmente. No hay tienda, ni wifi, ni señal alguna de móvil. Tienen una piscina en la que sólo faltan nenúfares (estoy convencida de que el agua que tiene es de lluvia y que no la lavan desde hace años).

Okaukuejo: uno de los tres campings dentro de Etosha. Parcelas grandes, algunas con solo un enchufe y otras con dos. Bloques de baños limpios y que aunque parecen insuficientes para la cantidad de gente que hay, dan de sobra. Una charca muy bien iluminada y con asientos para echar un rato largo esperando animales. Nosotros nos alojamos en el camping pero si volviera elegiría una habitación con vistas a la charca.
Halali: un camping muy nuevo y muy desolado. Para mi gusto le falta un poco de vidilla. La charca está donde cristo perdió el boli… de hecho los cuatro gatos que estábamos por la noche mojándonos y esperando animales fuimos hasta ella en coche. Restaurante aceptable, igual que el desayuno.
Namutoni: segundo camping con césped. También bloques de baños comunes pero limpios, eso sí, peores que los de Okaukuejo. Tienda un poco a medio gas, el restaurante vacío. La charca creo que tiene demasiada vegetación, aunque un par de días antes de llegar nosotros nos dijeron que había habido unos elefantes bebiendo de ella.
Okonjima: No sé ni cómo explicarlo. Limpieza había, pero más rudimentario no podía ser. Las parcelas están separadas unas de otras unos 400 metros. Es decir, cuando estás en tu parcela no hay NADA alrededor. Y la recepción se encuentra a unos 8 minutos en coche (por un camino de cabras embarrado, recordadlo). En nuestra parcela había un cobertizo enorme, de más de 60 metros cuadrados, en cuyo lateral había dos puertas: una para la ducha y otra para el lavabo. El inodoro se encontraba tras caminar por un sendero, en otro cobertizo con 3 paredes, techo… y una cortina. Sin más.

Erindi: la otra África sin lugar a dudas: hotelazo con zonas ajardinadas, senderos, edificios de madera y piedra, sofás, sistema de riego, una charca con hipopótamos y cocodrilos… El África pija. Que cada uno saque sus conclusiones… pero para nosotros fue un shock llegar a este hotel tras los alojamientos en los que habíamos estado.
