Nos despertamos justo cuando el autobús llegó a la estación de La Paz. Recogimos el equipaje y fuimos en busca de nuestro siguiente ticket hasta Copacabana. Lo conseguimos por 30 bolivianos (4€) por persona. Y la buena noticia es que salía en menos de 1 hora. Aprovechamos para ir al baño y comprar el desayuno 2 empanadillas y 2 cafés por 23 bolivianos (3€) y nos subimos al nuevo autobús.
Este trayecto sería corto, solo 4 horas nos separaban de Copacabana, así que solo nos dio tiempo de una pequeña siesta.
Cuando llegamos al pueblo buscamos nuestro hostal. Era una bonita casa que solamente nos había costado 20 bolivianos (3€) y con desayuno incluido. Dejamos las cosas en nuestra habitación y salimos a almorzar.
Se notaba que este pueblo era más turístico. Por fuera de los restaurantes habían pizarras con el menú y los precios. Entramos a uno donde comimos sopa y milanesa con arroz y patatas fritas por 36 bolivianos (5€) las dos.
Fuimos a recorrer el pueblo, era precioso, sobre todo la calle que da al muelle, esta lleno de lugares donde comer. Pero pronto nos dimos cuenta que no había mucho más que ver por allí, así que dimos media vuelta y volvimos por la misma calle pero hacia arriba, nos encontramos muchos puestos de souvenir y la impresionante iglesia de Copacabana. No entendemos como una iglesia de esas dimensiones y características está en un pueblo tan pequeño pero nos encantó.

Luego nos dirigimos al mercado. La fruta tenía muy buena pinta, aunque las señoras que atendían no eran de las más amables con las que nos encontramos. Cuando pasamos por la zona de carnes... sin comentarios.
Pensábamos que nos llevaría más tiempo recorrer Copacabana pero a las 4 de la tarde ya no teníamos nada que hacer. Entramos a un bar en busca de algo dulce y pedimos dos crepes y dos cafés por 54 bolivianos (7€). La comida es muy barata pero los dulces son carísimos.
Entonces mientras metíamos calorías al cuerpo nos recomendaron subir al cerro El Calvario y allá fuimos. El Calvario esta en la cima de una montaña, después de muchísimos escalones que parece que no van a acabar nunca y que cuesta bastante subir.

Pero una vez arriba las vistas son impresionantes, súper relajante. Parece que estamos viendo un cuadro. Lo malo es que estaba bastante sucio, lleno de latas, botellas y papeles.

Como ya estaba atardeciendo bajamos antes de que se hiciera de noche.
Volvimos al hostal, nos duchamos y salimos a cenar. Un restaurante por debajo de la iglesia, donde enseñaba en la pizarra los menús y los precios, ahí entramos. Un plato de sopa, otro con pollo patatas fritas y ensalada y un crepe de postre por 20 bolivianos (3€) por persona.
Después de cenar, en el hostal compramos los ticket para el día siguiente ir a la isla de sol por 30 bolivianos (4€) y nos dormimos.