Dia 14. Parte 1. TE ANAU- MILFORD SOUND
Salimos hacia el Milford Sound sobre las 7.30. La temperatura es de “ solo” 7 grados, pero según avanzamos, baja hasta los 2. Si se hace todo el trayecto sin paradas la distancia es de 121 km, y se puede hacer en unas 2 ’30 o 3 h pero habíamos leído en muchos diarios que merecía hacerla sin prisas, parando y sin el estrés de tener que llegar a tiempo para la salida de los cruceros ( a las 9.45 o de las 13 h en agosto).

Puesto que está considerada “la carretera más bella del mundo” según muchos, nos lo tomamos con calma. Y vaya si merece la pena!!. Está en muy buen estado y a esas horas, bastante transitada por todos aquellos que quieren llegar al primer barco.

Tenemos un mapa con las paradas recomendadas en el SouthLand, pero allí donde vemos escrito LookOut o el cartel marrón, allí que paramos. Por curiosidad, contamos las veces que paramos y salimos del coche para hacer fotos. Un total de 18!.

Las más bonitas son Humbdoldt Falls, el puente colgante de Morraine Creek, el Lake Gunn y nos desviamos 12 km hasta Hollyford. En este punto empieza un trekking espectacular, según nos cuentan, la Hollyford Track, pero no es nuestro objetivo así que damos media vuelta cuando llegamos al río. Las cuatro casas de Hollyford Camp parecen ancladas en los años 30, ( incluso los surtidores de gasolina parecen de la época ) y como viene siendo habitual, no encontramos a nadie por el camino.

La última parada antes de entrar en la montaña es The Chasm, las rocas modeladas por unos espectaculares saltos de agua ( caminata de 15 m ). Desde aquí, el paisaje cambia completamente. Dejamos los bosques frondosos y los lagos para llegar a un paisaje de montaña y picos nevados. En una palabra, IMPRESIONANTE. La temperatura, entre 4 y 2 grados.

Como sucede en todas partes, aprovechan la temporada baja para arreglar las carreteras y en algunos momentos, nos obligan a circular en pasos alternativo en tramos de vía única. Se ha acumulado tanta nieve en las cimas que hay un alto riesgo de avalancha y no se permite parar en ningún lado para tomar fotos. Refunfuñamos, pero como es de imaginar, este país lo tiene todo organizado. Tres kilómetros más adelante, hay unas zonas de descanso con unas vistas de aúpa. In crescendo, cada curva nos descubre parece un lugar más espectacular que el anterior. Por suerte, hoy las cadenas no son obligatorias, pero las señales de advertencia están por doquier. Y sino las llevas, el guarda te invita amablemente a dar media vuelta.
