Hoy cambiamos de campamento base y por fin nos trasladamos a la zona de Interlaken, desde la que tendremos acceso a esa naturaleza espectacular con la que llevamos soñando meses.
THUN AM THUNERSEE
Llegamos muy temprano a Thun, una bella localidad en el norte del lago Thunersee, uno de los dos que junto al Brienzersee acogen entre ellos a Interlaken. Es el principal centro urbano del Oberland bernés. Esta vez no visitaríamos el lago, sino unos días más tarde.
Una vez aparcado el coche en el parking de City Nord, nos acercamos al casco antiguo medieval, a orillas del río Aare, bajo el castillo, y empezamos a callejear por Rathausplatz, donde está el ayuntamiento y se ve el castillo dominando el horizonte.
La Obere Hauptgasse es una curiosa calle comercial en dos alturas.
Seguimos por la Marktgasse hasta llegar al puente de madera cubierto, el Untere Schleusenbrücke, que recuerda algo al de Luzerna, aunque en su interior está desnudo, en vez de decorado con las danzas de la muerte medievales.
Cerca hay una noria, justo en Mühleplatz. Desde el mismo puente se accede a Bälliz, la islita central sobre el Aare.
Una calle escalonada junto a la principal lleva al Schloss Thun, del siglo XII (Schlossberg 1), desde la trasera de esta escultura.
Desde arriba se tienen buenas vistas de la ciudad y de los alrededores.
Si quieres leer más sobre este lugar: Thunersee
Siguiendo la orilla sur del Thunersee y del Brienzersee, recibimos agradecidos la bienvenida que nos da un cartel a la región de Jungfrau. Esto te puede servir para organizarte: [url=https://jungfrauregion.swiss/en/summer/ ]Jungfrau region[/url]
Puedes pedir folletos en la página (al final, en Services y Brochures)
No paramos en Interlaken y creo que nunca lo hicimos Continuamos por la carretera 8 hasta Meiringen, recorriendo el valle de Hasli. Haslital está encajonado entre altas montañas desde las que bajan numerosas caídas de agua. Se extiende desde el paso de Grimsel hasta el lago de Brienz. Al final de la carretera 6, pasando la rotonda, tenemos acceso a las visitas estrella en el valle: a la derecha las Reichenbachfälle; a la izquierda, la entrada oeste a la garganta Aareschlucht; la Gletscherschlucht está cerca de las primeras caídas de agua, en Rosenlaui (hay otra población de igual nombre en Grindelwald).
Más info aquí: Haslital-Rosenlaui
REICHENBACHFÄLLE
Para subir a las Reichenbachfälle se accede en funicular desde la Reichenbachfallbahn; el lugar está abierto de mayo a octubre. Nosotros compramos una entrada combinada con la garganta del Aare por 16 CHF. Estas cascadas tienen el reclamo de las figuras de Sherlock Holmes y su enemigo, Moriarti.
Tras un primer vistazo a la caída de agua de unos 120 metros, empezamos a subir por un sencillo camino de escalones y pendientes. Vamos viendo otras cascadas y la roca pulida por la fuerza del agua. Un poco más arriba, desde un mirador metálico, descubrimos que hay todavía una tercera.
En la parte superior descansamos un rato en el Gasthaus Zwirgi, absorbiendo el paisaje espectacular que tenemos ante nosotros con el Haslital debajo.
Puedes leer más aquí: Reichenbachfall
AARESCHLUCHT
De regreso, a un kilómetro saliendo de las Reichenbachfälle de frente, encontramos la entrada oeste de la famosa garganta Aareschlucht. Está entre Meiringen e Innertkirchen, en el valle de Hasli también. El recorrido lo hacemos desde la parte cerrada a la abierta, es decir, desde la oeste que está en la zona de Meiringen hacia la este que está en la de Innertkirchen (a la que se llega desde la Grimselstrasse); abre entre abril y mayo.
La zona inferior del valle de Haslital está separado de la superior por una formación de roca transversal. Durante miles de años, el río Aare erosionó un camino a través de esta formación rocosa, un desfiladero que tiene 1400 metros de largo y hasta 200 metros de profundidad. Lo recorremos en un sencillo paseo por un entramado de pasarelas de madera y barandillas, acompañados de la humedad de un verdoso difícil de describir.
Por momentos el paso es estrechísimo, pero el agua sigue corriendo libre. El final está donde la garganta se abre y se forma una playita, adonde la gente baja a hacer sus innecesarias florituras con piedras.
Después de esta, hay unos baños a los que se accede con la tarjeta desde un torno. Hay que guardarla para volver por el mismo camino.
La visita es muy amena, nos llevó 1 hora la subida y unos 20 minutos la vuelta, atravesando la galería que el agua con su fuerza ha ido labrando en la roca; el ruido esmeralda es atronador.
Aquí tienes su web: Garganta Aares
UNA GARGANTA DESCONOCIDA: GLETSCHERSCHLUCHT
Volviendo a la carretera, en el cruce con las Reichenbachfälle, a la izquierda se encuentra otra garganta, no muy promocionada, pero interesante. Para llegar a la Gletscherschlucht de Rosenlaui hay que seguir las indicaciones Rosenlaui/Schwarzwald alp/Grosse Scheidegg/Grindelwald. Pasamos nuevamente por el Gasthaus Zwirgi y ya empezamos a oír el agua fluir. La carretera es estrecha y llena de curvas.
La visita (8 CHF) es muy cortita, una media hora ida y vuelta acompañados del sonido aterrador del agua golpeando las paredes de piedra. Apenas nos cruzamos con 3 personas, a diferencia de la Aareschlucht, que estaba atestada de gente. Vamos descubriendo caídas de agua, remolinos y formas curiosas.
Empezamos con una caída que lleva entre 2 y 6 metros cúbicos de agua por segundo. En la parte derecha se observan claramente los cambios de estrato en la roca.
En la parte izquierda las rocas están llenas de pequeñas lagunas, huellas dejadas por el glaciar.
Como es particular en estos sitios, la imaginación popular ha ido reconociendo distintas fomas moldeadas por el agua en la roca, como la de una nariz o la conocida cabeza de elefante. También hay gran formación rocosa que recuerda a una catedral. El final de la garganta nos muestra las altas paredes de piedra, que se elevan sobre unos 80 metros.
Al acabar salimos a una zona boscosa, a los pies del Grosse Scheidegg, que nos devuelve al punto de partida.
Aquí puedes encontrar más info: Garganta de Rosenlaui
Meiringen será la base para los próximos días. Nuestro nuevo apartamento, el más humilde del viaje, está en una zona poco citada para alojarse, pero bastante más barata, en la misma Grimselstrasse; fue una tarea difícil encontrar algo aceptable sin que se nos fuera una barbaridad de dinero. Aunque no fuera de las más turísticas, la situación del apartamento de la familia Jaun nos vino perfecta para visitar los alrededores de Interlaken, la carretera de los tres puertos (que finalmente no hicimos completa), Zermatt y el glaciar Aletsch. La señora Jaun todos los días nos preguntaba (gritaba, debía de andar un poco mal del oído) nuestros planes y se llevaba la basura, aunque no nos dejó ningún detallito como frutas o similar.