Volamos a las 5 de la mañana al aeropuerto de Karlsruhe Baden en Alemania, al norte de la Selva Negra, así que teníamos por delante 260 km, que empezamos en la B500 y continuamos por la A5 hasta llegar a la frontera (“toll/aduane”) de los dos países, en Basilea. Nos colocamos en el carril de los que no tienen la viñeta y pagamos los 40 francos suizos que cuesta; habíamos cambiado algo de dinero en nuestro banco y pagamos en francos, porque habíamos leído en el foro que si pagas en euros, hacen un mal cambio para nosotros al darte la vuelta.
La VIGNETTE es una pegatina que los vehículos motorizados necesitan para poder circular por las autopistas suizas. Puede comprarse en todos los puestos de aduanas, oficinas de correos y gasolineras. Es válida por un periodo de 13 meses (a partir del 1 de diciembre). Aquí se puede comprar online:
Viñeta suiza
Por la A2 llegamos a Berna, capital del cantón de Berna. Es un lugar que aúna el encanto de lo medieval con la fuerza de una ciudad viva. Aparcamos en el parking Rathaus, en Postgasshalde 50 y salimos al Ayuntamiento, del siglo XV, con su doble escalinata y su logia gótica, junto a la iglesia de San Pedro y San Pablo, y la Vennerbrunnen, una de las muchas fuentes que hay por la ciudad.
Empezamos nuestro paseo por el Innere Stadt o casco antiguo, que abarca desde Nydeggbrücke, al este, hasta la Käfigturm, torre que servía de puerta de la ciudad, al oeste. Se dice que su Altstadt es el mejor conservado de Suiza, con sus calles casi inalteradas desde el siglo XV. Por Kreuzgasse llegamos a la calle Kramgasse, donde encontramos otras muchas fuentes, locales de negocios en los sótanos, edificios antiguos reconvertidos en negocios… Sobre todo nos llamaron la atención los locales subterráneos.
Al final está el conocido Zytglogge turm; allí estábamos 5 minutos antes de la hora en punto, para admirar el reloj astronómico de Caspar Brunner. La torre del reloj, conocida también como Zeitglockenturm, fue entre 1191 y 1250 la puerta occidental de la ciudad y después sirvió como prisión.
Theaterplatz estaba en obras, pero encontramos esta curiosa escultura cerca de la parada de tranvía; desde aquí teníamos una buena visión del Casino y de la Konzerthaus.
Marktgasse es la principal arteria comercial, donde se encuentra la Kaiserhaus y otras fuentes; hay muchas terracitas y la Bundesplatz y el Parlamento se adivinan desde aquí. Paseamos por la Bundesplatz y la Bundeshaus, sede de la Asamblea Federal.
Nos acercamos a la Bundesterrase desde la que nos sentimos algo más cerca de los Alpes, que ya se intuyen desde aquí; hay buenas vistas hacia la otra orilla del río Aare. Paseamos por la Aarstrasse hasta el puente Kirchenfeldbrücke, que lleva hasta Helvetiaplatz y a la zona de los museos como el Museo Histórico, el de Historia Natural o la Biblioteca Nacional.
De nuevo en la zona de Casinoplatz y Theaterplatz, llegamos a la catedral o Münster por Münstergasse. Aquí nos entretenemos viendo el pórtico de la Catedral, de estilo gótico, con sus imágenes policromadas en representación del Juicio Final, la fuente de Moisés, el interior y la “gárgola” exterior.
En la parte sur están los jardines llamados Münsterplattform, una terraza con pabellones barrocos donde hay buenas vistas hacia el río con el Kirchenfeldbrücke y la Terraza y los Jardines del edificio de Erlacherhof, mansión de estilo francés del alacalde de Berna del siglo XVI, al lado del ascensor que conecta el río con la terraza de la Catedral. Encontramos una bañera en Herrengasse y la Fuente de la Justicia en Gerechtigkeitsgasse, que alberga en su número 68 el gremio de los tejedores, en cuya fachada podemos ver un grifo dorado.
Junkerngasse nos lleva hasta el puente Nydeggbrücke, desde el que vemos el siguiente puente, Untertorbrücke a la derecha y la iglesia del Gmunde.
Cruzando llegamos a la famosa fosa donde están los osos, la Bärengrabe, donde hay estos animales, vinculados con el origen de la ciudad, desde el siglo XVI.
Teníamos previsto subir desde aquí al Jardín de rosas o Rosengarten, pero estábamos despiertos desde las 3 de la mañana y el cansancio empezaba a notarse ya, por lo que dimos por concluida nuestra visita a esta agradable ciudad.
Puedes leer más aquí: Página oficial de Berna
Nuestro alojamiento estaba a a solo 15 km de allí, en Hellstättweg 20 de Lanzenhäusern, una zona rural con algunas cabras correteando libres. Varios supermercados Migros y Coop en las inmediaciones de Schwarzenburg y Niederscherli. Era un pequeño apartamento, anunciado como “Casa mágica”, anexo a la casa principal el matrimonio La Marra, con piscina y un gran jardín, muy bien decorado, y con algunos detallitos como albornoces y zapatillas. Hoy está anunciado aquí:
Casa Mágica
El desayuno que llevábamos incluido en el precio nos lo dejaban cada día (fruta variada, zumo, leche, huevos, embutido, queso, pan…), a la vez que se llevaban la basura, hecho que nos sorprendió un poco.
Aquí dormimos nuestro primer sueño suizo
