SCHYNIGE PLATTE
Nuestro último dia de uso de la tarjeta amanece muy oscuro y con una lluvia violenta. Vamos a subir a Schynige Platte desde Wilderswill, en un tren cremallera del pasado, con su rojo y amarillo algo desvaído. Solo funciona en verano, por eso lleva los vagones abiertos. En Wilderswill dejamos el coche en un park and ride que es gratuito durante la primera hora.
Mientras subimos parece que está anocheciendo, más que ser las 9 de la mañana. La estación de montaña está a 2068 metros y tiene un gran jardín alpino. Desde aquí se contempla la cadena montañosa que nos ha venido acompañando estos días y los dos lagos de azul cautivador.
Aunque repitamos cimas no nos importa y podemos ver los triángulos sucesivos del Mettenberg y del Schreckhorn que días atrás jugaban a esconderse detrás de las nubes.
A ORILLAS DEL THUNERSEE: SPIEZ
Para comer nos bajamos hasta Spiez, a orillas del Thunersee. Es un pueblo tranquilo entre colinas y viñedos perfectamente alineados.
Paseamos por su puerto y por su pequeño centro, comemos en la terraza del restaurante del Hotel Welle, con vistas al lago y paseamos por un sendero que permite ver el pueblo desde arriba, incluido su castillo medieval.