Destacan la Maison du Roy y el Ayuntamiento, hermosa plaza con muchísima gente a cualquier hora del día.


De ahí nos fuimos a cumplir con otro de los preceptos impuestos a los turistas, tomar una foto del niño meón, Manneken Pis, habíamos leído que normalmente esta desnudito el pobre, pero las dos veces que pasamos por ahí lo encontramos todo trajeado. No se puede creer la cantidad de gente que se concentra en esa esquina para intentar sacar una foto decente a esta fuentecita, nosotras incluidas.


Para ir al Parque del Cincuentenario Tomamos el metro. La zona del parque parecía ser un barrio muy agradable que me hubiera gustado recorrer de haber tenido más tiempo. El parque es bastante grande, tiene dos museos a los que no entramos, había mucha gente descansando y disfrutando de los últimos rayos del sol de la tarde. El signo característico del parque es el arco del triunfo dominado por una cuadriga de bronce que recuerda a la Puerta de Brandeburgo de Berlín.

Con este paseo tan agradable dimos por terminadas las visitas del día y con el metro nos fuimos al departamento a descansar.
En nuestro recorrido por Bruselas pasamos por el edificio Old England que eran antiguamente unos almacenes y actualmente es un museo de instrumentos musicales al que no entramos.
