En el recorrido del castillo también hay un museo, un bar y un restaurante. Entramos al museo que me pareció interesante sobre todo por los soportales, que son originales.

El conjunto es muy bonito, creo que lo que más me gustó fueron sus jardines, muy linda vegetación, estatuas, bancos para sentarse a descansar y donde se podía ver pavos reales caminando entre los turistas sin inmutarse.

