El siguiente destino fue el Hospital Hadassah para ver su sinagoga donde se encuentran unos vitrales realizados por el artista plástico Marc Chagall increíblemente bonitos, por favor, esos colores, esas luces, ese diseño, me encantaron. Una de cal y una de arena, quiero decir los vitrales son fabulosos, más si se es amante del arte, pero no diría que es un imperdible, si hay que elegir entre la Gran Sinagoga y el Hospital, no lo duden: la sinagoga. De los vitrales no me salió ni siquiera una mala foto mostrable, así que se las debo.
A la noche de ese día serían los festejos por la celebración del 60° aniversario de la creación del Estado de Israel, nos dejaron en libertad desde que volvimos a Jerusalem hasta el horario pactado para reunirnos a la noche para ver los festejos.
Con un grupo de compañeros de grupo fuimos a almorzar a Mamilla, se que ahora ha cambiado, pero en aquel momento era un shopping al aire libre, con locales de moda de grandes marcas y lugares donde comer (como un patio de comidas) que se ubicaba sobre las murallas, leí que después lo derribaron y trasladaron los locales al actual Mamilla Mall para dejar las murallas libres para hacer posible la caminata sobre las murallas. En el año 2008 pasamos un momento precioso en ese patio de comidas.

Uno de los componentes de ese grupo tenía el dato que de la vereda de enfrente de las murallas se había formado un barrio de artistas bohemios que vendían sus creaciones sobre una calle peatonal del barrio, y que después podríamos ir a ver el Molino de Jerusalén (del cual yo ni sabía que existía) y hacia esos lugares fuimos caminando todos juntos.
El barrio es hermoso, casas preciosas con cantidad de flores de distintos colores y una vista privilegiada a la ciudad vieja.


La calle de los artistas también es muy particular, parece techada pero no lo es, los negocios los encontramos cerrados, pero en funcionamiento debe ser muy bonita, a mi igual me encantó, caminar tranquilamente sin más gente que nosotros por Jerusalén fue perfecto.

Un poco más adelante encontramos el molino que se ve curioso en el centro de una gran ciudad, no tengo ni idea de porque está ahí pero fue una linda y cansada caminata.

Desde ese punto se veía una hermosa vista de las montañas y de la ciudad nueva

No tengo la menor idea de cómo fuimos desde ahí al hotel, que estaba bastante lejos.