Después de esta visita relámpago, pusieron dirección a Cafarnaúm, otro sitio arqueológico a orillas del Mar de Galilea pero que contiene ruinas de la época en que Jesús vivió en Nazaret y de cuando predicó por la zona, a su vez en este sitio, que es donde vivía San Pedro, es donde se sitúan algunos de sus milagros.
Justamente lo primero que vimos fueron las ruinas de la antigua sinagoga en la que algunos historiadores creen que Jesús predicó.

Unos metros más adelante se entra en un parque arqueológico con ruinas de todo tipo y de varias épocas de la historia, dominado por la Iglesia que han construido sobre las ruinas de la que se considera la casa de Pedro. La iglesia es sumamente moderna, no solo en su exterior, que algunos ven como la forma de una barca haciendo referencia a que Pedro era pescador de oficio, sino también por dentro, el piso es de vidrio elevado por sobre las ruinas para que sea posible verlas desde los asientos que están todo alrededor de la estructura. Lo que se ve en la foto que sigue como un balcón, es el piso de la Iglesia moderna, por debajo de ese piso están las ruinas de la casa de Pedro.

Me llamó la atención en una de la ruinas que están por ahí desparramadas encontrar una que tiene tallada la Estrella de David.

Fuimos a almorzar al comedor del Kibutz Ein Gev, lamentablemente fue lo único que conocimos del kibutz, posiblemente para esa época ya estuviera privatizado o en proceso, no nos lo explicaron.
Los kibutz en época de los primeros colonos fueron algo así como granjas colectivas, todos trabajaban en beneficio de todos, no había salarios, ni propiedades personales, por ejemplo, pero tampoco había necesidad de alimentación, salud o educación, el kibutz se hacía cargo de todas las necesidades de la comunidad que lo integraba, un sistema que se dio en llamar socialista y sionista.
Eso fue así hasta que Israel progresó económicamente y los alcanzó la globalización, algunos jóvenes empezaron a pensar que trabajaban tan duro como los que no vivían en un kibutz pero no podía acceder a un coche por ejemplo, el otro problema según leí fue lo que se llamaba Casa de los niños, en esa casa era donde estaban los niños todo el día y noche, con cuidadoras, sólo estaban con sus madres pocas horas al día, pasó lo mismo que con los muchachos, las madres empezaron a pensar que trabajaban tanto como las de fuera pero no podían disfrutar de sus hijos.
Ese proceso de a poco dio lugar a la pérdida de componentes de la comunidad y por lo tanto a la necesidad de reinventarse, muchos de los kibutz se convirtieron por ejemplo en resorts privados, algunos de lujo, otros siguen con un sistema mucho más flexible.
Los que siguen funcionando como kibutz hoy día, tengo entendido que mantienen el sistema comunitario de alimentación, salud, educación, seguridad, pero a cambio los integrantes de la comunidad tienen que pagar a la comunidad una mensualidad como compensación por los servicios que recibe, los integrantes pueden trabajar fuera del kibutz, los niños están con sus padres cuando ellos están en el kibutz, y cada integrante puede comprar los bienes que quiera mientras cumpla con la mensualidad que se comprometió dar a la comunidad.
No se cual habrá sido el caso en el 2008 del kibutz en el que almorzamos pero yo esperaba, cuando me dijeron que iríamos a un kibutz, que nos mostrarían la “vida real” de un kibutz, ver cómo eran las habitaciones familiares, la casa de los niños, la escuela, las plantaciones de naranjas que los identificaba, nada, nada de eso vimos. Otra desilusión de este tour. KO….

Seguimos camino y paramos en un mirador precioso que la verdad no estoy muy segura de donde era, creo que el Lago Tiberíades o Mar de Galilea. Hermosa vista.

Cerca del Río Jordán, que desemboca en el Mar de Galilea, nos llevaron a Yardenit un lugar donde los peregrinos cristianos tienen la posibilidad de meterse al río con túnicas blancas para hacer la ceremonia del bautismo (no tomé fotos) recreando la ceremonia que hiciera Juan el Bautista cuando bautizó a Jesús, y cerca de ese lugar nos llevaron a una joyería que tenía todo tipo de materiales para ofrecer en joyas y bijouterie del tipo que se les ocurra, incluso piedras preciosas. Me dió la impresión que a la mayoría de los turistas los precios les parecieron por lo menos razonables con la devolución del IVA que se les reintegraba en el aeropuerto antes de tomar el vuelo, después de hacer una pequeña cola y respectivo trámite, teniendo la factura de compra, porque el local tenía como 100 turistas y casi todos compraron algo. Yo que no tenía ninguna intención de comprar nada, di unas vueltas por las estanterías y vitrinas, me pare donde estaba eligiendo alguna compañera de viaje y el resto del largo tiempo que estuvimos en esa joyería me aburrí soberanamente.