Volvimos a Jerusalem, se suponía que íbamos directamente a ver la Menorá que está cerca del Parlamento y que estaba muy cerca del hotel, así que supuse que eso era la última visita del día, le pregunté a los guías cuando iríamos a ver la Gran Sinagoga de Israel, la respuesta fue que no estaba prevista esa visita en el itinerario del tour, mi cara debió haber sido para filmar… que¡¡¡¡¡ que???? En un recorrido por todo Israel no vamos a la mayor sinagoga del mundo???? Es como recorrer toda Italia, quedarse unos días en Roma y no ir al Vaticano¡¡¡. Empecé a protestar y otros pasajeros del bus se me unieron. Lo máximo que conseguimos, supongo que para que no hiciéramos un motín uniendo al resto del pasaje, fue que nos pasaran con el bus por la puerta para sacarle desde la ventanilla del micro una foto al frente, pero entrar era imposible ya estaba cerrando. Uuuuffff que enojo tenía, y fue mayor cuando vimos que los que salían eran los 5e de nuestro agente de viajes, o sea, la parejita se atrasó y nos eliminó la entrada a la sinagoga. KO…..

De ahí a ver la Menorá que está frente al Parlamento, grande y hermosa de hierro exquisitamente trabajada. Ahora que vuelvo a ver la foto me doy cuenta que se me nota la cara de enojo JAJA

Al edificio del Parlamento israelí lo vimos desde la vereda de enfrente, a estas alturas ya había tirado la toalla, el dialogo con la guía fue algo así:
YO no vamos a entrar??? – Guía No – Yo Ahhh bueno.
Y la foto que sigue es todo lo que conocí del Parlamento Israelí, sacada como dije de la vereda de enfrente con zoom para que se distinguiera algo. KO….

Al día siguiente fuimos a Yad Vashem el Museo del Holocausto, donde no está permitido sacar fotos en su interior, en el exterior se ven esculturas de Botero supongo que eran de ese escultor por las formas gorditas de las figuras, característica de ese artista, tampoco estoy segura si era una exposición temporal o fija.

El museo tiene dos secciones, una general y otra dedicada a los niños asesinados durante el holocausto.
La parte general del museo contiene fotografías, videos, escritos y objetos recuperados de los campos de concentración, muy emocionante, pero lo más conmovedor es la sección de los niños.
Entrabas a un cuarto completamente oscuro, tenías que guiar tus pasos siguiendo con las manos una cuerda dispuesta al efecto, mientras avanzabas se escuchaba en la oscuridad total un audio que repetía constantemente los nombres y edad de cada uno de los niños asesinados en el holocausto mientras en el techo se encendían y apagaban constantemente pequeñas lucecitas que en esa completa oscuridad parecían estrellas en el firmamento, muy muy conmovedor.
Después fuimos al Museo del libro, donde se encuentran los rollos del Mar Muerto junto con otros manuscritos antiquísimos, tampoco está permitido sacar fotos en su interior. Los rollos del Mar Muerto son manuscritos encontrados ahí y según nos explicaron los más antiguos de los que se tiene registro y que contiene en sus escrituras parte del Antiguo Testamento.
El exterior del museo es una construcción muy curiosa, como un embudo invertido todo blanco. En la muy mala foto que sigue se ve un poquito de esa construcción detrás de la camioneta que estaba estacionada, justo detrás del árbol, mi hermano fotógrafo profesional después de ver este diario me va a retar por subir fotos tan mal sacadas.

Después fuimos a ver una maqueta gigante que representa a la ciudad de Jerusalem como era en tiempos del segundo templo, la foto que sigue es sólo de la mitad de la maqueta. Para mi fue imposible sacar todo en una foto, tendría que haberme trepado a un árbol para poder hacerlo

Interesante y grande, pero me gustó mucho más la que habíamos visto en el Túnel del Muro. No diría que es un imperdible, si hay que elegir entre la Gran Sinagoga y esta maqueta, no lo duden: la sinagoga.