Desde el Neguev nos dirigimos a Eilat, nuestra próxima base y desde la cual a la mañana siguiente hicimos el tour a Petra en Jordania.
Llegamos a Eilat un rato antes de la hora de la cena y cuando salimos a conocer el paseo marítimo ya era noche cerrada. Se veían lindos lugares para sentarse en unas terrazas de madera con mesitas redondas de 4 personas con velas y sombrillas como para tomarse un trago al borde del Mar Rojo, pero lamentablemente no nos dieron tiempo para eso. Nos llevaron al paseo marítimo comercial, con lindas tiendas de marca. Lamenté no haberle tomado el tiempo a la ciudad todavía como para convencer a mi amiga de quedarnos a tomar algo y volver al hotel por nuestra cuenta, lástima debería haberlo hecho, se veía muy bonito para estarse ahí tranquilamente. Segunda noche en Israel, segundo KO para mi. Estaba tan enojada que ni foto le saqué.
Como dije a la mañana siguiente tempranito, salimos hasta la frontera con Jordania para la visita a Petra. Hace 12 años el papelerío para el control de inmigración de Israel a Jordania lo hizo la agencia de viajes, el control en Jordania fue caótico, no había la cantidad necesaria de personal jordano para atender el ingreso de la cantidad de turistas que había, tampoco disponían de un lugar físico adecuado donde hacerlo, no sé si siempre sería así pero a mi me tocó hacer el pase en un negocio de artesanías (créanme así fue, por razones obvias no saqué fotos, se suponía que la tienda era el control de frontera, no vaya a ser que terminara en una cárcel musulmana por histérica), después de haber esperado afuera, sin lugar donde sentarse y a pleno rayo de sol, más de una hora, por fin cuando todos nos volvimos a juntar pudimos subir a los micros para iniciar la ruta hasta las ruinas de Petra. En Jordania cambiamos de buses y de guías ya que no permitían el ingreso de autos de patente israelí y los guías deben ser los locales autorizados. Eso fue igual para nosotros y para los 5e, sin discriminación todos pasamos por el mismo caos.
Me voy a adelantar pero lo primero que se me ocurre decir cuando pienso en Petra es que es un lugar increíble, aun antes de llegar al templo que se conoce como El Tesoro, desde que arrancamos a caminar, me encantó.
Nos bajamos del bus en lo que es la entrada al sitio arqueológico. A partir de ahí hay dos posibilidades, seguir caminando o pagar para que te lleven en carruaje tirado por caballos, nosotras fuimos caminando, los carruajes nos pasaban por al lado como alma que lleva el demonio en un cañón angosto, había que pegarse a la piedras del cañón para no correr riesgo de atropello.
Desde que empezamos a caminar se ven ruinas de este antiguo asentamiento nabateo

Unos metros más adelante comienza el cañón, que por si sólo ya valdría la pena la visita por el color de las rocas, las formas que toman algunas, lo angosto de algunas partes del cañón y, porque no, la experiencia de los carruajes haciéndote pegar a las paredes del cañón.


De pronto a la vuelta de una curva de la parte angosta del cañón aparece la primera visión de El Tesoro, como llaman al Templo que es increíble.

Por fin llegamos a la frutilla de la torta, que preciosura, realmente cuesta creer que esta maravilla se haya construido en el siglo VII AC, tallando la roca con ese nivel de detalle, y que la piedra tenga ese color rosado natural, realmente de película, y así es, ya que acá se filmó una de la secuencias de una de las películas de Indiana Jones.

También me llamó la atención la gran cantidad de gente, de turistas, que había. Una vez que se sale del cañón se entra a lo que se podría describir como una amplia plaza delante del templo, en esa plaza había un pequeño puesto que vendía bebidas, menos mal, porque el calor apretaba que no puedo ni describirlo, lo que no había era baño. Tenían instalados 2 baños químicos, si sólo dos, para los centenares de turistas que había, todos tomando líquido como esponjas por el calor que hacía, y sin personal de limpieza, no puedo explicar lo que fue esa experiencia, espero que después de 12 años esté solucionado ese tema porque realmente es una pena que uno recuerde más esa situación que lo que ha visto o le ha contado el guía.
El sitio arqueológico es enorme, continua detrás del templo y sobre el, lástima que entre que fuimos caminando, hicimos cola para acercarnos a El Tesoro, para comprar bebida, para ir al baño conteniendo la respiración, y ayudar a los padres de mi amiga, no tuvimos tiempo de perdernos por las ruinas que se veían muy interesantes.

A la hora indicada nos juntamos con el guía para empezar el regreso a Eilat, igual que antes primero caminata por el cañón, cuando estuvimos todos, bus jordano hasta la frontera, espera para hacer inmigraciones de entrada a Israel, una vez más cuando estuvimos todos del lado israelí subimos a los micros israelíes que nos dejaron en nuestro hotel, ya de noche.
Recomiendo el paseo a Petra, creo que es uno de los lugares que más me gustaron de los que tuve la suerte de conocer hasta ahora.