Para el primer día del año 2022, habíamos reservado una excursión en catamarán, para visitar Cayo Iguana.
La mañana anterior pudimos reservar con Cubatur.
Aquí fue la única vez en todo el viaje a Cuba, que usé la tarjeta de crédito.
La excursión no es barata, creo que eran 182 o 192€ para los cuatro, aunque ya de regreso a España, en el banco nos han cobrado 166€, supongo que los 182 o 192 eran dólares.
El catamarán sale a las 9:00 del puerto de Casilda y tu tienes que llegar hasta allí, el transporte al puerto no está incluido, sobre las 16:30 estás de vuelta.
Para llegar al cayo, antes hay unas 2 horas de navegación, justo antes de llegar, hacen una parada para hacer snorkel, una media hora, sobre una pequeña barrera de coral que protege al cayo. Después se llega al cayo y puedes disfrutar unas horas libres allí.
La bebida y comida está incluida, aunque hasta después de la parada de snorkel, no sirven bebidas alcohólicas, para que no haya problemas mientras estás nadando.

Según nos dijo el capitán, el catamarán tiene capacidad para 80 personas y nosotros tan solo éramos 16 turistas, mas 3 personas de tripulación, casi casi, era una excursión privada


Disfrutamos mucho del paseo, lo que se levantó un poco de viento y cuando tocó hacer snorkel, no lo disfrutamos tanto, había mucha corriente.
El barco, amarra en una pasarela, por la que te diriges al cayo, justo allí tienen un comedor cubierto, con mesas, bancos, techo de paja, preparado para dar la comida del almuerzo.
Justo en esta zona, es donde se acumulan la mayoría de iguanas, ya que el personal, les da luego, los restos de comida que los turistas no se acaban.
Hay a montones y de muchos tamaños. También cerca del comedor, tienen hamacas de plástico y sombrillas de paja, para después de comer, el que no quiera pasear, se pueda tumbar tranquilamente allí.

Después de comer dimos un paseo, en busca de iguanas y jutías, pero de las jutías ni rastro, según ellos también hay muchas, pero nosotros tan solo encontramos iguanas.

Disfrutamos mucho del día, también hicimos unas fotos muy chulas.

Por la noche, también encontramos, por la zona de detrás de la catedral el Restaurante La Botija, un restaurante muy chulo, buen precio y que fue el primer restaurante en todo el viaje, que estaba lleno hasta los topes.

Comimos muy bien, aunque por suerte nos sirvieron primero el plato de las niñas y sin exagerar 40 minutos después, nos trajeron nuestros burritos a nosotros, digo suerte, por que si llega a ser al revés, ya sabéis que las niñas habrían protestado un poco mas, al estar hambrientas. Tenían lleno, eso hizo que la comida tardase bastante en salir.

Mañana nos despedíamos de Trinidad, tocaba ir a Cayo Coco, 3 noches en un hotel todo incluido, que nos hacía mucha ilusión ir.