Cogemos el metro directamente a la colina de Buda, tras subir una escalinata encontramos al lado del Museo Hospital de la Roca (que no visitamos) un ascensor que nos terminar de ascender (menos mal).
Llegamos a la plaza donde se encuentra la Iglesia de San Matías, la estatua de Esteban I de Hungría y el Bastión de Pescadores, hay unas taquillas donde puedes adquirir entradas conjuntas o separadas de modo que mi marido y mi pequeño cogen las dos y mi hija y yo solo la del Bastión.

El Bastión de los pescadores es un mirador que puedes recorrer con preciosas vistas de Pest y al Parlamento, sus siete torres son un homenaje a las 7 tribus que fundaron Hungría y aproveché la visita de mi marido a la Iglesia para no dejar de recorrerlo, hacer fotos y disfrutar de las vistas.


La Iglesia de San Matías es una iglesia que originariamente era gótica, pero que ha sufrido una gran reforma y hoy es neogótica. Impresiona el interior que está totalmente decorado de pinturas (recuerda más a una iglesia ortodoxa que a una católica). Su acústica es tan buena que hoy en día es utilizado más como lugar de conciertos que como templo cristiano.
A continuación tomamos la Calle Uri Utca que mencionan en la guía como que tiene encanto hasta el Castillo de Buda o Palacio Real ya que allí residían los reyes de Hungría, actualmente comprende la Biblioteca Széchenyi, la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest. Se pueden recorrer gratuitamente sus jardines y miradores y es lo que hicimos ya que las vistas son muy similares a las del Bastión aunque más escoradas. Por la noche ver este conjunto iluminado junto al puente de las cadenas es una maravilla, pero ya lo veremos más adelante.





Bajamos en ascensor y cogemos un tranvía hasta el pie del monte Geller (si no vais con muletas como yo hacedlo caminando para pasar por el puente Isabel (blanco) y el puente de la Libertad (verde).
Llegamos hasta el hotel con el balnerario Geller

y decidimos emprender la subida a la Ciudadela cuesta arriba con mucha pendiente por caminos y escaleras. Lo siento pero en mis condiciones me lo debería haber ahorrado, ya que al llegar arriba después del esfuerzo solamente hay una plaza con el monumento a la Libertad (que se ve mejor desde más abajo) y unos trileros. Teniendo en cuenta que las vistas son infinitamente mejores desde el Bastión de Pescadores ya que estamos demasiado escorados a la derecha siento que ha sido una pérdida de tiempo y un esfuerzo innecesario.

Cuando bajamos,más cómodamente por el lado del parking, mi interés está en buscar el monumento a Sissi, y lo encontramos justo al pie del puente Isabel que lleva su nombre, y es que Isabel fue la reina más querida por los húngaros.

Atravesamos el puente hasta el lado de Pest y comemos en Oliva´s, un italiano, tras lo cual volvemos a atravesar el puente de las cadenas para continuar nuestro paseo por Buda, esta vez hacia el otro lado del puente.
Pasamos por delante la iglesia calvinista que está en la misma orilla del Danubio pero está cerrada. Intentamos también visitar la Iglesia de Santa Ana, pero también está cerrada.

Cogemos el metro una parada hasta la Plaza Moscú, un gran centro de comunicaciones de los transportes y andamos hasta el parque del Milenio donde dejamos a mi hijo esparcirse un ratito.
De ahí ya llegamos en tranvía a uno de los extremos de la Isla Margarita, un gran parque alargado rodeado por el Danubio que comienza y termina en los puentes que cruzan el Danubio a ambos lados y que recorremos caminando en toda su extensión, aunque se pueden alquilar bicicletas y coches eléctricos. Dentro de este recinto hay parques acuáticos, un zoo y varios jardines. Lástima que es esta fecha aún no está activada la fuente para ver el espectáculo de luces y sonido. En la punta opuesta a donde empezamos encontramos el jardín japonés y ya fuera volvimos al apartamento.
