Despertamos con unas vistas espectaculares y después de deleitarnos fuimos a desayunar para ir luego en busca de la bikini beach de Mathiveri.


Este fue un día de tres mil fotos, jeje




Después de todo el día en esta playa y de comer algo allí a la sombrita, nos fuimos a dar un baño a la playa de nuestro hotel.
** En esta isla snorkel nada. Vemos algún tiburón punta negra y alguna raya, pero poco más. Es una isla brutal como playas de arena típicas de postal, pero no vengáis buscando snorkel.
Después del día intenso de playa nos arreglamos para ir a cenar al restaurante que sí recomiendo, llamado Second Home. Nosotros os recomendamos ir pronto a cenar, pues será mejor evitar las horas punta o las horas de rezo; por ejemplo, nosotros íbamos sobre las 5 o 5.30h. En verdad no es pronto, aunque lo parezca. Si picoteáis algo del súper, como nosotros en la playa, es una buena hora. Las cenas son contundentes y no vais a tener hambre luego.
A pesar de la recomendación -y es que en esta isla no hay opciones- debo deciros que cuidado con la carta. Algunos precios los cambian cuando traen la cuenta. Nosotros pedimos zumo natural de maracuyá que ponía en el menú por 30 Rufiyaas y luego nos quiso cobrar 90; y lo mismo en el plato de tuna fried noodles , que pone 45 y te cobran 60. Le reclamé al chico y nos explicó que esos precios son de las raciones grandes; pero insistí en qué yo no pedí raciones grandes, sino la única opción del menú (otros platos sí especifica pequeña o grande por lo que si eso es verdad deben especificarlo en todo). Finalmente conseguimos pagar lo que ponía en la carta. La cuenta fueron 300 Rufiyaas por los tres zumos, agua pequeña, dos tuna fried noodles y un pescado al curry que picaba como un demonio
** Tengo las fotos de los menús por si las queréis.
Más agotados de esta disputa que del día de sol y playa nos fuimos a dormir a nuestra divina habitación