30 de agosto
Dia intenso. Dia de luz, de emociones y valiosas imágenes.
Exquisito desayuno en el patio del hotel rodeados de la blanca piedra recién labrada y de las familias turco-alemanas de vacaciones.
Y volvemos a la calle para disfrutar más momentos de este pueblo encantador.


Bajo la intensa luz de la mañana, visitamos otra casa tradicional, subimos y bajamos las típicas escaleras y compramos algún recuerdo de este entrañable rincón.


Y nos despedimos con las últimas fotos desde la terraza del hotel. Rumbo... Mardin.
Aún paramos un momento en el barrio nuevo de Midyat ( al oeste del pueblo ) para visitar el - MUSEO de la CIUDAD - en el popular barrio de Estel. Ubicado en otra preciosa casa, muestra muchos elementos de la vida cotidiana de la zona.


Y, ahora si, ahora rumbo al oeste, rumbo al destino top del viaje, rumbo a Mardin ( a poco más de 1 hora de Midyat ).
Antes de entrar en el pueblo visitamos otro monasterio siríaco de la región del Tur Abdin.
- MONASTERIO DEYRULZAFARAN o MOR HANANYO ( s. V ) - Otro monasterio ortodoxo siríaco en las afueras de Mardin y conocido como Monasterio del Azafrán por su intenso color dorado. Antiguo templo de adoración al sol, ciudadela romana y sede del patriarcado de la iglesia siríaca que aún sigue oficiando misas en arameo.
Mucha historia entre sus vivas paredes. También se entra mediante visita guiada.


Y entre tierras doradas salpicadas de arbolitos que parecen pequeñas encinas, nos vamos acercando al majestuoso peñón que cobija en sus faldas al misterioso e impasible Mardin.

Aún hacemos otra interesante visita en la parte baja de Mardin.
- MADRAZA KASIMIYE ( s. XV ) - Arquitectura perfecta en sus simetrias. La viva piedra intensamente soleada y el maravilloso pórtico que nos acoge. En el interior el patio con arcos rodea al pequeño estanque. Y, tocando el azul del cielo, las dos perfectas cúpulas acanaladas.



Y ahora si... ahora Mardin.
- MARDIN - La guinda del viaje, la ciudad que me enamoró con una sola imagen de su minarete sobre la vasta llanura de Mesopotamia.
Mardin, la pequeña ciudad que ha sabido conservar toda su vieja esencia medieval viviendo a tope la vida cotidiana del siglo XXI. Ahora los pequeños buses amarillos han sustituido el trajín de animales y carretas en la calle principal. Pero en el laberinto de calles estrechas que suben y bajan, tan solo los pequeños burros pueden andar transportando mercancias a los escondidos bazares ( un recuerdo para el cercano zoco de Alepo ).
Mardin reposa su ajetreo sobre la falda del gran peñón, a los pies del enorme castillo. Y las preciosas cúpulas acanaladas y los robustos minaretes destacan sobre la vida escondida en los callejones de Mardin.
La única calle circulable sube por la vertical montaña en suave pendiente. Primero hacia el oeste, luego al este ( el tramo más poblado ) y luego desciende. Todo en un solo sentido de circulación. El resto solo peatones y burros.
Y nosotros, con la lección bien aprendida, conseguimos en 10 minutos llegar al soleado parking del hotel. Un poco aturdidos por el calor y el intenso tráfico de la calle principal. La ciudad aparentemente dormida en el tiempo, se nos presentó muy llena de vida y movimiento.

Y llegamos al - GAZI KONAGI BUTIK OTEL - Otra casa tradicional co austeras y auténticas habitaciones de piedra con nombres de parejas de cuento ( la nuestra es la Asli y Kerem ). Con patios y escaleras y unas vistas espectaculares sobre las infinitas llanuras. Aquí vamos a vivir nuestros 3 dias en Mardin.



Descansamos hasta media tarde y salimos expectantes a la calle. Enseguida nos envuelve el peculiar ambiente de Mardin. Luz dorada, gentes en movimiento y preciosas tiendas en casas históricas. Mucha vida en la calle principal.

Para la tarde de hoy tenemos un solo objetivo y está en la parte más alta de Mardin. Subimos despacio por la calle de las escaleras. Sabemos que tenemos mucho tiempo y vamos a disfrutar de la visita.
- MADRAZA ZINZIRIYE ( s. XIV ) - La bella madraza construida hacia el fin del Imperio Artúqida ( s. XI-XIII) a los pies del Castillo, en la parte alta de Mardin.


La Madraza de las dos bellas cúpulas de piedra acanalada goza de una privilegiada situación con las mejores vistas sobre las infinitas llanuras de Mesopotamia con tierras sirias tocando el horizonte. El robusto y delicado minarete de la Ulu Cami es el perfecto contrapunto.

Llegamos un poco tarde. Cuando el sol ya se estaba despidiendo de las enormes cúpulas. Anduvimos emocionados buscando el mejor ángulo para captar le eterna belleza. Muy difícil tarea ...


Acabamos olvidando las fotos y tan solo nos dejamos atrapar durante un buen rato por la magia de este espacio único. Y estamos seguros de que este va a ser uno de los recuerdos imborrables de nuestra vida viajera.


Otra vez en la calle, nos mezclamos con la gente de Mardin. Descendientes de árabes, armenios, siríacos, griegos, arameos,... Una histórica mezcla que convive en paz entre las piedras del viejo pueblo. También muchos visitantes, casi todos turcos orgullosos de la belleza de Mardin.
El cielo se vuelve oscuro. Y desde las terrazas del hotel contemplamos un nuevo espectáculo, las luces de Mardin. Los iluminados minaretes son como faros guiando la noche de los caminantes.


Hoy velarán nuestro merecido descanso.