Hoy me toca darle vueltas a la ciudad. A mí, visitar ciudades solo me aburre, sinceramente, por muy bonitas que sean. Acompañado en la ciudad, las disfruto mucho más porque te paras a tomar algo, comentas las tiendas, etc.
A las 8 de la mañana, busco un sitio para desayunar y me meto en uno para guiris. Estaba bueno, pero precio guiri, error. Después del desayuno, me pongo a dar vueltas y hay que reconocer que la ciudad es objetivamente bonita. Es como si estuviera en una ciudad española. Misma arquitectura. En este caso, es más bonita incluso que la propia Cuenca de España. Esto es una ciudad grande y se ve bien cuidada. He coincidido con la presentación de las fiestas de noviembre y, en la plaza de la catedral, se han marcado sus bailes con el alcalde incluido.
A las 11:30, he ido a por mis cosas al hostal, ya que las siguientes dos noches las paso en otro. El nuevo es mil veces más bonito. El otro, "La Perla Cuencana", no desentonaría como atrezo del Resplandor. Este, "Posada Todos los Santos", está muy cuidado, con una especie de patio español en medio. Por 12$, tampoco puedo pedir más.
Hecho el check-in, me voy a dar una vuelta y termino comiendo un hornado de cerdo en el mercado principal. Me estuvo más bueno el de Riobamba. Después de comer, he descansado un rato y luego he seguido recorriendo un museo arqueológico, con jardín botánico y aviario incluido. El museo se asienta en unas ruinas incas y, quitando el aviario, está más que aceptable. Del museo, he paseado por el río, donde hay unas casas que llaman "casas colgantes" que se dan un aire, no más.
Ya de noche, he vuelto a la zona de la catedral y para el alojamiento. Aunque las ciudades me aburran, esta es bastante bonita y se hace gustosa.
