Hoy he ido a visitar el Parque Nacional Cajas. Este parque es un humedal situado a 4000 metros en pleno páramo andino lleno de pequeños picos y lagunas glaciares. Está a solo 30 km de Cuenca y hay un bus que te deja justo en la entrada, muy cómodo de visitar.
Me he hecho una ruta de 12 kilómetros bastante bonita y cómoda. El parque tiene pocos desniveles. He ido rodeando varias lagunas llenas de una especie de bromelia que llaman puyas, una planta muy característica del páramo andino que tiene una vara floral más alta que yo.
La ruta pasa por un bosque de Polylepis, una especie de árbol de alta montaña curiosísimo que ya me encontré en El Altar. Se le conoce como papelillo porque la corteza se deshace como si fuera papel.
A diferencia del Altar, aquí las rutas están muy bien conservadas con tablones para evitar la erosión. Un paseo muy agradable. He conseguido hacer casi toda la ruta sin mojarme los pies. Justo a un kilómetro de la parada del bus, pum, una especie de musgo traicionero que ha sido pisarlo y hundirme en el agua hasta el pie. Menos mal que el bus pasó rápido porque según marcaba el termómetro del centro de visitantes estábamos a 7 grados y tenía los pies como cubitos. Ruta muy bonita por el parque, cómoda y con paisaje y flora muy interesante.
He vuelto a Cuenca a las 14:00. Duchita y paseo para comer algo. Por la tarde estuve hablando con la chica de la posada, resulta que está estudiando psicología y se va el año que viene a hacer un máster en Argentina.
Por la tarde noche me despedí de Cuenca y poco más. Mañana voy a Guayaquil para volar a El Salvador. Si esto fuera un viaje normal y corriente, me volvería a casa ya. Se me habría hecho corto, así que de momento sigo con ganas de continuar el viaje.