Aunque fuimos hace bastante tiempo, siempre he tenido deseos de compartir este recorrido por Túnez, un viaje de última hora del que guardo muy buenos recuerdos. Estuvimos allí antes de la terrible racha de atentados contra los turistas extranjeros y me dio mucha pena la situación en la que se sumió un país cuyas gentes pese a mantenerse distantes me parecieron también amables y hospitalarias. Desde entonces, a menudo consulto el hilo del foro para enterarme de cómo van las cosas por allí en cuanto al turismo. Y me alegra comprobar que poco a poco todo ha ido mejorando y los visitantes han vuelto. También me he fijado en que los destinos buscados siguen siendo los mismos y están más o menos como entonces. Así que, siempre teniendo en cuenta el tiempo transcurrido, me he decidido a publicar este diario de recuerdos, si bien con muchas menos fotos de lo que tengo por costumbre, pues en aquella época las tarjetas de memoria de las cámaras no disponían de tanta capacidad de almacenamiento como ahora. Por eso mismo, habrá más fotos con “bicho” de las que me gusta poner: mil disculpas.

Ese año no íbamos a salir fuera de España porque unas obras en casa nos habían dejado la cuenta bancaria bastante despeluchada. Ya a mitad de septiembre, un amigo que trabajaba en una agencia de viajes con la que yo mantenía mucho contacto por cuestiones laborales me comentó que Túnez era un destino bueno, bonito y barato, donde él mismo había estado el año anterior. Le dije que lo tendría en cuenta para el futuro, pues entonces estaba muy liada y no tenía tiempo de mirar nada. Además, ya nos habíamos hecho a la idea de no salir hasta el año siguiente. Al cabo de unos minutos, me envió un correo electrónico con un simulacro de recorrido y su correspondiente presupuesto que me dejó sorprendida: no recuerdo el importe, que tampoco serviría ahora como referencia por el tiempo que ha pasado, pero realmente me pareció muy económico. Y le dije que nos lo preparase.

El mejor precio era para la última semana de septiembre, una buena época para no pasar demasiado calor. La pega era que varios días nos pillaban en Ramadán. Nunca antes habíamos estado en el Norte de África ni en un país musulmán, así que al principio tuvimos alguna reticencia, pero enseguida se nos pasó. Durante el viaje, no nos influyó demasiado, aunque vimos situaciones curiosas que nos llamaron la atención.

Túnez es el país más pequeño del Magreb, con una superficie de 163.610 km2. El 60 por 100 de su territorio es tierra fértil y apropiada para el cultivo, mientras que el otro 40 por 100 está ocupado por el desierto del Sahara. Situado entre las montañas orientales de la Cordillera del Atlas y el Mar Mediterráneo, cuenta con 1.148 kilómetros de costa y tiene frontera con Argelia y Libia. Su población es de unos 12 millones de habitantes, que en su mayoría profesan la religión musulmana.


La duración del viaje era de diez días con un poco de todo, aunque no fue posible incluir las ruinas de Douga, que me hubiera gustado visitar. Por lo demás, lo típico y más importante en un primer viaje a Túnez: la capital, el Museo del Bardo, Sidi Bou Said, Cartago, Sousse, Monastir, Kairouan, Sbeitla, Gafsa, Nefta, Tozeur, Douz, Chot El Djerid, Matmata, Gabes, El Djem, Sfax y un par de noches en Hammamet, para disfrutar de la playa.
Primera parte del viaje en Google Maps.


Segunda parte del viaje en Gogle Maps.


Viaje y llegada a Túnez.
A estas alturas, no recuerdo con qué compañía aérea volamos, ni tampoco nada especial durante el trayecto, que duró en torno a dos horas, ni en los controles del aeropuerto, donde cambiaos algunos euros para llevar encima un poco de efectivo. No sé si fue en el avión o en la terminal dónde rellenamos un cartoncito con datos personales y lugar de alojamiento (el primer hotel), que nos sellaron después. Había que presentarlo a la salida, pero yo lo perdí. Menos mal que no supuso ningún problema y pude sustituirlo por otro, al regreso, en el propio aeropuerto. De todas formas, no se me fue de la cabeza durante todo el viaje. Nunca me había pasado antes y he tenido buen cuidado después para no repetir el descuido.
