Amanece lloviendo en Xi’an y nos levantamos con el tiempo justo de desayunar para llegar a la estación de tren de Xi’an North para coger nuestro AVE que nos dejaría en Luoyang.
El desayuno venía con la reserva de la habitación y era bastante completo. Un buffet que tenía tanto comida occidental como oriental, había hasta churros!!
Tomamos el metro que nos dejó en la estación de tren. El viaje hasta Luoyang lo hicimos muy bien, el tren muy cómodo. Allí nos esperaba Michelle nuestra guía para las cuevas. Tengo que decir que no nos gustó mucho porque era muy poco habladora y no muy cordial. Cuando llegamos dejó de llover por lo que pudimos hacer la excursión sin mojarnos.
Luoyang es una ciudad famosa por la flor que se cultiva allí, la peonía, la flor que representa a China. Florece en Abril, mes en el Luoyang se llena de visitantes para ver dichas flores. Con la entrada a las grutas, te regalan unas semillas de peonía para plantar. Ya os contaré lo que sale, hasta Marzo no se planta.
Las grutas estaban a unos 20 minutos en coche desde la estación de tren, la entrada fueron 120 yuanes por persona. El resto del itinerario lo realizaríamos a pie por lo que acabamos bastante cansados, a ello se suma que la mayoría de las cuevas están en la ladera de la montaña por lo que tuvimos que subir y bajar muchas escaleras.
Fueron mandadas construir por los gobernantes de la dinastía de Wei del Norte (386 – 534 d.C.) debido a que la zona tiene muy buen Feng shui: dos montañas una enfrente de la otra y un río en el medio, el río Yi.
Se pueden observar un gran número de cuevas y también más de 100.000 budas de diferentes tipos: Gruesos, Delgados, Altos y Grandes, Pequeños. Todos ellos dependiendo de quién donaba el dinero para su construcción. Cada buda tendrá una cara distinta ya que se hacía a la semejanza de la persona que donaba o lo diseñaba.
Hay muchas estatuas decapitadas, bien por vandalismo, bien según nos comentó nuestra guía porque en la 2ª Guerra Mundial los japoneses se llevaban las cabezas para venderlas.
Aquí os dejo unas fotos de lo que os podéis encontrar:
Sobre las 15.00 terminó nuestra visita y nos fuimos a comer. Pedimos a Michelle que nos llevase a un sitio donde pudiésemos comer cocina de la zona y nos llevó a un sitio que más parecía de turistas que otra cosa y muy sucio. La verdad que no nos apasionó mucho, es más, a la mañana siguiente amanecí con la tripa suelta ( ) y yo creo que fue de lo que comimos. Para más inri, al pagar me dice que tengo que pagar su comida y la del chofer . Nos quedamos un poco impactados porque nadie nos había avisado de ello, luego informamos a Nancy (la persona con la que lo contratamos) y de disculpó indicando que nos debía haber avisado Michelle antes. Estaba dispuesta a devolvernos el importe, pero tampoco queríamos jaleos por lo que dijimos que no. Como os he comentado en los preparativos, antes de contratar nada, preguntar este punto para luego no llevaros sorpresas. Esto también nos sucedió en Longshen.
Pedimos a Michelle que nos llevase a la estación para esperar allí a tomar nuestro tren de vuelta a Xi’an, tuvimos que esperar como una hora y media por lo que aprovechamos para tomar un café, ver fotos y descansar.
Llegamos a Xi’an sobre las 20:00, ya era tarde y estábamos un poco cansados. No queríamos rompernos mucho la cabeza con la cena por lo que nos metimos en un KFC que había al lado del hotel. Después nos fuimos a dormir, mañana llegaría otro de los días fuertes del viaje, Los Guerreros de Terracota.