Día 4, 11 de septiembre: Isla de Pascua
Hoy visitamos Orongo, la parte sur de la isla, una aldea ceremonial al lado del volcán Rano Kau, cuyo cráter se conserva casi entero.
En Orongo se celebraba el culto al “Hombre Pájaro” o Tangata Manu. Este culto consistía en que un representante de cada familia competía por obtener el primer huevo del ave migratoria llamada manutara que anidaba en el islote Motu Nui. Cada participante debía nadar hasta este islote, buscar un huevo, volver nadando, subir los acantilados con el huevo intacto y una vez arriba en Orongo, entregárselo al Rey. Quien resultaba ganador de esta prueba gozaba junto a su familia de un gran poder, el que duraba todo un año. Estos son los islotes y las viviendas de la aldea.
Salimos hacia el interior de la isla y cuando llevamos unos pocos kilómetros se nos enciende la luz de la reserva. Como no sabemos cuánta gasolina queda y teniendo en cuenta que la única gasolinera de la isla está en Hangaroa, nos damos la vuelta, para regresar de nuevo y continuar con nuestra visita. Llegamos hasta el Ahu Akivi que tiene todos los moais mirando al mar. Nuestra idea era subir al volcán Po Ike, al lado de este Ahu, pero nos dice una señora tiene un puesto de suvenires que no merece la pena, ya que está muy nublado y no vamos a ver nada, así que la hacemos caso.
Al volver al coche vemos la rueda que nos dio problemas ayer otra vez deshinchada, así que de nuevo al pueblo, a que nos la hinchen. Como era prácticamente la hora de comer nos quedamos en una pizzería al lado de la iglesia. El coche nos está dando más guerra de la esperada y eso que aún no había llegado lo mejor.
Por la tarde subimos por la carretera de la costa sin asfaltar, viendo ahus, acantilados, el agua azul y la lava oscura.
Por la tarde subimos por la carretera de la costa sin asfaltar, viendo ahus, acantilados, el agua azul y la lava oscura.
El primer ahu de la tarde es el Ahu Akapu, un único moai sobre un ahu enorme.
Un poco más al norte está el Ahu Tepeu. Los moais de esta ahu están caídos, pero la estructura del ahu recuerda al modo de construir inca, lo que ha hecho pensar que en esa época también hubo relaciones entre el continente y la isla.
Ya dejando la costa y siguiendo la carretera hacia el interior de la isla nos encontramos con la cueva Ana Te Pahu, en cuya entrada crece un montón de vegetación, sobretodo plataneros.
Aunque el día seguía bastante nublado fuimos al hotel a coger el trípode para hacer fotos de la puesta de sol, en el que es el lugar más típico de la isla, en Hangaroa, el Complejo Ceremonial Tahai, donde están el Ahu Vai Uri con sus cinco moais. Finalmente se despeja y disfrutamos de una puesta de sol impresionante.
Después teníamos espectáculo de bailes polinésicos, que, si bien pensábamos que era una turistada, al final nos acabó gustando bastante. Hay dos en la isla, nosotros fuimos a Kari Kari. Os dejo un vídeo para que os hagáis una idea.