![]() ![]() Caleta Tortel, un pueblo suspendido en las laderas de un fiordo ✏️ Diarios de Viajes de Chile
Caleta Tortel llamada por algunos " la Venecia chilena" tiene una increíble geografía conformada por fiordos, canales e islas, abruptos cerros, pantanos, selvas y enormes cañadones donde desembocan los ríos Baker, Bravo y Pascua. Sus calles reemplazadas por una ingeniosa y compleja red de pasarelas, escaleras y puentes de ciprés nos ofrecen una vista increíble de las maravillas del Sur chileno.Nada te prepara para ver Caleta Tortel, oficialmente la ciudad más extravagante cerca de la Carretera Austral. Aferrado a los bordes boscosos de una pequeña colina y con vistas a las aguas azules del rio Baker, este asentamiento es único ya que no contiene ni una sola carretera. Es un pueblo de pasarelas suspendido en las laderas de un fiordo. Así era el hostel donde nos hospedamos. Está lloviendo mucho y el viento sacude con ráfagas las ramas de una planta grande que se ve desde la ventana de la cocina. A Tortel le dicen la Venecia chilena. Siempre se relacionó con el río Baker, uno de los ríos más importantes de Chile. Es el pueblo que surgió de la actividad maderera del ciprés de las Guaitecas. Una madera muy resistente al agua, pero se ha usado tanto, en postes de alumbrado público, cercos, construcciones de todo tipo, que lamentablemente este árbol nativo está en extinción. Antes del año 2003 cuando no existían caminos en la zona, el río Baker era el principal punto de contacto del pueblo con el resto de la Región y el País. Ahora la Carretera Austral se ramifica hasta la punta de la Caleta Tortel, lo que ha marginado los tradicionales traslados por el río y ha transformado el pueblo y sus tradiciones. Los 7 km de pasarelas y escaleras te esperan en Caleta Tortel. Todo es de madera. Casas, tejuelas, calles, barcos, plazas... Un lugar suspendido en el aire en un paisaje de ensueño y emplazado justo entre los Campos de Hielo Norte y Sur. Nació en 1955 cuando los colonos vinieron a trabajar en el desarrollo de la ganadería y la pesca pero encontraron un negocio más rentable, la extracción de la madera de ciprés de las Guaitecas de exquisito olor, belleza en su veta y gran durabilidad. Caleta Tortel sustenta su economía en torno a éste árbol, siendo la única en la Patagonia que no basa su existencia en la pesca. Caminando por las pasarelas de Tortel hay otros árboles y plantas nativas... coigue, notros, mañíos, helechos, musgos, líquenes y bosque achaparrado, que llena todo el ambiente de verde y ese olor a tierra húmeda. Y la historia misteriosa está en Tortel en la Isla de los Muertos. En el invierno del año 1906 mueren en la zona y son enterrados en la isla ciento veinte trabajadores de la Cía Explotadora del Baker. La Isla de los Muertos se constituye en un cementerio de tumbas individuales con restos humanos sepultados en ataúdes labrados en ciprés, con sus cruces hechas de la misma madera a dos metros de profundidad. Hay muchas historias sobre esto, una dice que la Compañía no les envió los suministros de comida, otra que comieron algo que estaba en mal estado, que contrajeron una enfermedad misteriosa... en fin todas conjeturas de un suceso trágico y lamentable. Si estás dispuesto a subir y bajar cientos de escaleras de madera no dejes de venir a Caleta Tortel. Después de estar tres días nos fuimos de este pueblo singular con sensaciones encontradas. Un lugar donde todos te saludan. Una maravilla. Cuando estás en Tortel para seguir avanzando en tu viaje tenés la oportunidad de ir a Puerto Natales en el Ferry Crux Australis. El horario es los días sábados a las 23 horas desde Tortel y llegás a Puerto Natales el lunes a las 16.30. Siempre las condiciones del tiempo harán este viaje más extenso o no. Esta ruta viene a resolver una deuda histórica con las regiones más australes del país ya que conecta la vía marítima con ambas regiones patagónicas, lo que permite recorrer Chile sin necesidad de aviones, volver sobre el mismo camino o cruzar la frontera argentina para retornar a Chile. Es un viaje increíble, de 42 horas con excelente atención y el recorrido abarca Puerto Yungay, Caleta Tortel, Puerto Edén y Puerto Natales. Fue una gran experiencia viajar en transbordador tantas horas, fue mi primer viaje embarcado y no fue aburrido. Un viaje lleno de paisajes para admirar, tripulación muy amable, siempre preocupados de la seguridad y buena atención, equipamiento cómodo, con duchas de agua caliente y baños, butacas de grandes dimensiones y buena comida repartida en desayuno, almuerzo y cena. Gente de todos los ámbitos sociales, viajeros en vehículos, chilenos que viajan por la conectividad que les brinda este medio de transporte y por supuesto gente de países lejanos que están recorriendo el confín del mundo. Después de 14 horas de navegación desde Tortel se llega a Puerto Edén que hace inevitablemente honor a su nombre. Emplazada en la isla Wellington dentro del Parque Nacional Bernardo O’Higgins (uno de los 17 parques nacionales chilenos) cuenta con uno de los entornos más vírgenes del planeta, con vegetación y fauna endémica que son tan maravillosas como limitantes. Acá no sirven las medias tintas. No hay coches ni carreteras. No existe un solo lugar de escape que no sea por mar. La isla es salvaje, de suelos húmedos, musgo y chimeneas que humean todos los días del año. Es la magia de Puerto Edén. Navegar hasta allí es casi una odisea. Así son los secretos de Chile, bien protegidos. Y no hay otra. Atravesar fiordos helados, dejando a los lados islas que podrían haber sido eternas. Glaciares milenarios, canales ventosos, angosturas que dejan ver de fondo al Océano Pacífico y el Campo de Hielo Patagónico Sur, la mayor masa de agua dulce del planeta. A pesar de la odisea, merece llegar a este lugar y quedarse unos días. Pasear de un lado a otro por las pasarelas de madera que al borde del mar sirven como calles a los edeninos. Entender porqué alguien decide vivir aislado, al margen del mundo. Experiencias que solamente se podrán vivir en Puerto Edén. Seguimos viaje y observamos como trabajadores de pesqueras subían al barco después de meses de trabajo. Cansados, con ropas muy usadas y polvorientas se desplomaron en sus butacas a dormir gran parte del viaje. Todos los pasajeros debimos bajar y permanecer en el muelle mientras se hacía la carga y descarga de muchas provisiones. Artesanos vendían sus trabajos y entre ellos los últimos descendientes de la cultura kaweshkar o alcalufe. Un lugar conectado con pasarelas y una comunicación con otros lugares cuando el clima lo permite. Sus habitantes se dedican principalmente a la pesca y a las artesanías, reflejo patente de una rica cultura indígena que lucha por no desaparecer. El transbordador viaja a 10 nudos como marcha mínima y si hay viento a favor acelera la velocidad. La Región de Aysén en la Carretera Austral cambió su brújula; siempre mirando hacia el norte y ahora el norte es el sur de Chile. Esta conectividad marítima no solamente favorece al turismo en la Patagonia chilena sino que promueve el asentamiento humano y el desarrollo de actividades productivas. Una experiencia que no podés descartar si venís al Chile profundo. A nosotros nos pareció algo único. Estamos llegando a Puerto Natales. Índice del Diario: Carretera Austral-Chile
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