![]() ![]() Suiza en tren con Swiss pass ✏️ Blogs de Suiza
Un viaje a Suiza en tren con la Swiss passAutor: Ctello Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (4 Votos) Índice del Diario: Suiza en tren con Swiss pass
01: Recorrido
02: DATOS PRÁCTICOS
03: GINEBRA
04: LAUSANNE, VEVEY Y MONTREUX
05: FÁBRICA DE QUESO, GRUYÈRES, CHOCOLATE CALLIER, CHILLON, ROCHERS DE NAYE
06: MONTREUX Y PASEO DE LAS FLORES AL CASTILLO DE CHILLON, TREN GOLDEN PASS A
07: LAUTERBRUNNEN, CATARATAS DE TRUMMELBACH, TELEFÉRICO A GIMMELWALD (subida
08: TREN A ZERMATT. VISITA AL PUEBLO. SUBIDA AL GORNERGRATBAHN (Cervino)
09: TREN GLACIER EXPRESS A CHUR. VISITA A CHUR. VISITA A AROSA.
10: VISITA A VADUZ ( Liechtenstein), MAIENFELD (Pueblo de Heidi), SAN GALLEN
11: BERNINA EXPRESS. TIRANO . AUTOBÚS BERNINA EXPRESS. LUGANO
12: BELLINZONA. TREN y BARCO WILHELM TELL. LUCERNA
13: MONTE PILATUS. STANSERHORN.ALTDORF. BÜRGLEN. SCHWYZ
14: BERNA Y ZURICH
15: BASILEA. REGRESO A BARCELONA DESDE ZURICH
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Etapas 10 a 12, total 15
1 de agosto ya, día de la fiesta nacional como se encargan de anunciarnos unos panecillos en el desayuno, con la bandera suiza colocada encima. Muy ricos, tiernecitos.
La primera visita de la mañana, de todos modos, no era de Suiza sino de su país vecino, Liechtenstein. Para llegar a Vaduz se tiene que ir en tren a la ciudad de Sargans y una vez allí coger un autobús (hay muchos). El Principado de Liechstenstein está situado en el valle del Rin y que tiene una extensión que equivale a un tercio de la de Andorra. Vamos, es diminuto. El jefe del Estado (príncipe) es Hans Adam II, pero actúa como regente su hijo Luis Felipe María, para preparar la transición de poder. Su sistema de gobierno es una Monarquía Constitucional, algo similar al nuestro, aunque es un principado, por lo que no cuenta con un rey, sino con un príncipe o Fürst. El monarca tiene poder de veto sobre las leyes aprobadas en el Parlamento, cosa que en España no ocurre. En 2003 el príncipe Johann Adam anunció que tanto él como su familia se irían al extranjero si salía en referéndum un apoyo a la república. Sin embargo, la mayoría de la ciudadanía de Liechtenstein votó a favor de que continuara la dinastía reinante. Tenemos que pensar que son un pueblo bastante tradicional. Las mujeres no consiguieron el voto a las elecciones nacionales hasta 1984. Ayer como quien dice. Su capital es Vaduz y la ciudad más poblada es Schaan (5.900 habitantes). Tiene como moneda oficial el franco suizo. El principado está considerado como un paraíso fiscal. No es miembro de la Unión Europea pero forma parte del Espacio Schengen de libre circulación europeo. Eso provoca que entres en él como si nada y apenas te das cuenta de que estás en un país distinto. Cada día muchos trabajadores de otros países cruzan su frontera. Además aproximadamente un tercio de su población es extranjera, sobre todo de países próximos como Alemania, Austria, Suiza e Italia. Es un país que se ha desarrollado mucho y muy rápido. Ha pasado de ser tierra de campesinos en los años 40 del siglo pasado a convertirse en una tierra con una industria muy potente Vaduz es una pequeña y tranquila ciudad, de 5.200 habitantes, situada orillas del río Rin, en una zona verde y montañosa. Pese a no tener estación de tren (sólo existe una en Schaan), está muy bien conectada con dos poblaciones suizas del cantón de San Galo (Sargans y Buchs), que tienen trenes frecuentes a Zurich y Chur. A pesar de ser tan pequeñita cuenta con un notable patrimonio. Podemos destacar la Catedral de San Florián, fácilmente visible desde la carretera, de estilo neogótico, que sustituyó a la vieja iglesia medieval de la ciudad. Destaca por su hermosa torre, con su aguja puntiaguda y por el entorno natural que la rodea. En su interior vemos varias imágenes de santos y un relicario del santo patrón. Fue levantada entre 1869 y 1874 por el arquitecto Friedrich von Schmidt sobre cimientos de una iglesia medieval. Su santo patrón es Florinus de Remüs (Florián o Florín), un santo del siglo IX proveniente de Valle de Vinschgau. Era iglesia parroquial pero en 1997 adquirió el estatus de catedral. Los dos sepulcros del príncipe de Liechtenstein Francisco José II, y de su consorte Georgina de Wilczek, que murieron en 1989, están en la catedral. También se encuentra enterrada allí otra princesa consorte de Liechtenstein, Isabel de Gutmann, esposa de Francisco I, fallecida en 1997. Los príncipes de Liechtenstein acustumbraban a enterrarse en Brno, en la República checa. Elsa, como se la conocía, fue la primera es ser enterrada en el panteón de Vaduz. Los edificios del Parlamento son otros de los monumentos más destacados de la ciudad, pegaditos a la catedral y muy cerca del ayuntamiento (en realidad todo está muy cerca). No me he equivocado. Vaduz tiene dos parlamentos, el nuevo y el antiguo. La construcción del moderno edificio que alberga las dependencias del Parlamento fue muy polémica (y con razón porque no es muy bonito- aunque al natural gana bastante en relación con las fotos que había visto-). El Parlamento del Principado de Liechtenstein (Landtag des Fürstentums Liechtenstein en alemán) es un edificio de tres secciones construido entre 2002 y 2008. Junto a éste se encuentra el viejo Parlamento, de estilo barroco y neoclásico. Allí está también marcado el kilómetro cero. El edificio del gobierno (Regierung en alemán) del Principado de Liechtenstein fue construido entre 1903 y 1905. Se inspira en los palacios del Renacimiento tardío y tiene tres pisos. Cuenta con una rica decoración con diversos ornamentos en las fachadas oeste, norte y sur, mientras que la fachada que da a la ladera de la montaña y al bosque del castillo tiene una fachada más simple (porque apenas se ve). Destacan los mosaicos de la fachada. Arriba del todo está el escudo con un cielo azul estrellado como fondo. A la izquierda, junto a las ventanas redondas, se encuentra la administración con una figura alegórica femenina con timón mientras que en el panel derecho se muestra la Justicia con el libro legal. A los lados de la fachada hay una especie de torres insertadas con cubierta piramidal. En su conjunto es un edificio bonito. Los techos están cubiertos con tejas rojas, que se combinan con ladrillos esmaltados de color verde oliva, creando un patrón irregular. Entre 1866 y 1867 se construyó el primer edificio del Parlamento donde desde 1868 hasta 1905 se realizaron las sesiones legislativas. Al inaugurarse el Edificio de Gobierno en 1905, las actividades parlamentarias se trasladaron a la segunda planta de este edificio. Durante dos trabajos de renovación del Edificio de Gobierno, entre 1969 y 1970 y entre 1989 y 1995, el Parlamento funcionó en el edificio Rheinbergerhaus, lugar de nacimiento del compositor Josef Gabriel Rheinberger. La plaza en la que se hallan ambos es punto de encuentro de turistas y lugareños. Pero de hecho toda la calle lo es porque allí están los museos, la oficina de turismo, las tiendas, restaurantes y el Ayuntamiento, construido en 1932 y renovado en 1984. Es un edificio muy sencillo, con fachada de color crema y una torre alta. Las ventanas están decoradas con vivos colores (destaca el rojo). En la torre hay un reloj algo simple y en la fachada el escudo de la ciudad. Delante hay unas curiosas estatuas modernas de unos caballos. El edificio Rheinbergerhaus fue construido a mediados del siglo XVI como residencia oficial para los Condes de Sulz. Se construyó un anexo en el siglo XVIII para instalar la cocina. En este bonito edificio blanco ahora está la Escuela de Música. El lado sur está decorado con un reloj de sol pintado en el siglo XVIII y dos querubines que sostienen el escudo de armas principesco. Durante un tiempo fue residencia del guardabosques del príncipe. En 1939 se colocó allí un monumento, un busto de bronce fundido, que representa a Josef Gabriel Rheinberger, que nació en esa casa como dije. La Casa Roja o “Rote Haus” es el símbolo de Vaduz, una gran casa con techo a dos aguas junto a una torre de piedra y una casa más pequeña. Construida en el siglo XVI como la primera casa de la capital, desde 1807 pertenece a la familia Rheinberger, quienes la restauraron notablemente. Es uno de los monumentos más alejados y para encontrarlo sólo tienes que ir subiendo, dejándote guiar por la imagen de la torre (a veces se ve y a veces no). Se encuentra en Mitteldorf, el antiguo centro de Vaduz. Enfrente tiene un bonito viñedo. La casa tiene un remate escalonado y está pintada de rojo oscuro, de ahí su nombre. Está documentado históricamente que la familia Vaistli tomó posesión de las fincas en 1338, por lo que seguramente hubo un edificio previo medieval. Cuando esa fsmilia se extinguió, pasó a ser propiedad de Josef Litscher alrededor del año 1500. En 1525 las posesiones fueron adquiridas por el monasterio de Johann. Una leyenda local dice que Josef Litscher asesinó a su hermano después de una pelea y huyó al monasterio de San Juan por temor a un castigo. Se dice que le prometió al monasterio sus posesiones si le permitían huir al extranjero. Estos hechos pueden verificarse mediante un documento que atestigua el cambio de titularidad y por el hecho de que Litscher fue "emigrado" en el mismo año. La leyenda se recuerda en un fresco ubicado en el lado este de la torre. ![]() El Museo Nacional de Liechtenstein muestra una exposición permanente sobre la cultura y la historia natural del pequeño país. Vaduz también cuenta con un museo de Correos y un museo del Esquí. El Kunstmuseum es el museo de arte moderno y contemporáneo. Se inauguró en el año 2000 y se considera uno de los mejores museos de Europa además de símbolo nacional de la cultura. Es un edificio moderno de hormigón, basalto y guijarros de colores. Algunas esculturas están en la calle, como la de los caballos raros que hay frente al Ayuntamiento. El Castillo del Príncipe se alza sobre la ciudad y se ve desde todas partes. Fue construido en época medieval dominando la ciudad pero con el paso del tiempo se le agregaron dos alas; una de estilo renacentista y otra de estilo neoclásico. Es el símbolo de Liechtenstein ya que una de sus torres aparece en el escudo del principado. Es la residencia oficial del Príncipe de Liechtenstein, por lo que no está abierto al público. Podrías darte la caminata hasta arriba pero no verías más que puertas y paredes, poco más. ![]() El Castillo fue construido en la época medieval, como decía. Concretamente se edificó en el siglo XIII aunque con posterioridad se añadieron esas partes renacentista y neoclásica. En la Guerra Suaba, en 1499, quedó casi en ruinas. En el siglo XVI se añadieron las dos torres redondas. Entre 1905 y 1912 se renovó por orden del príncipe Johann II. Ha sido prisión, almacén del ejército y hasta taberna. Desde 1938 es residencia oficial del príncipe y no se permiten las visitas. Desde las alturas es posible tener vistas de la ciudad. En cuanto a los precios, Liechtenstein no es barato pero como Suiza tampoco lo es si llevas dinero puedes permitirte el lujo de comprar algo si te gusta. Yo adquirí una cartera de piel para mi abuelo y bien contenta que estoy por ello. Después de la visita cogimos de nuevo el bus (en el lado contrario de la carretera principal) y volvemos a Sargans. Desde allí otro tren nos lleva al pueblo de Maienfeld. Maienfeld es el núcleo de la zona conocida como “Tierra de Heidi” (Heidiland), en el cantón de los Grisones, cerca de la frontera con Austria. La escritora Johanna Spyri eligió esta región de los Alpes suizos, donde ella misma había veraneado, como escenario de Heidi, la historia de una niña huérfana, alegre y amante de la naturaleza, convertida en un clásico de la literatura suiza. El Heidi-Dorf (pueblo de Heidi) traslada a los visitantes a la época en que se creó este cuento infantil, mientras que el Heidi-Weg los conduce a la casa de la montaña y a los pastos alpinos a través de un idílico paisaje. Heidi vivía con el abuelito en la casa de los abetos, donde la pequeña se echaba en su cama de heno mirando las estrellas y cada mañana desayunaba queso que el abuelo hacía con la leche de las cabras. Más abajo vivían Pedro, su madre y la abuela ciega, camino de Dörfli, pueblecito al que bajaban en invierno para resguardarse de las nevadas que tapaban la casa y donde Heidi iba a la escuela. Maienfeld es el pueblo, un poco más grande, en el que según la serie los habitantes de Dörfli bajaban a por provisiones en carro de caballos y desde donde Heidi sale en tren a Frankfurt. En realidad Dörfli se encuentra en la otra parte del país y realmente Mainfeld es el pueblo al que se refiere el cuento. En Maienfeld todo gira en torno a Heidi, desde la casa y el pueblo de Heidi hasta un pastel que lleva su nombre (yo vi un dulce pero no sé si se refieren a eso). El sendero de Heidi parte de la estación de tren de Maienfeld y conduce por las estrechas calles del pueblo histórico hasta llegar a Rofels, donde está el Pueblo de Heidi. No tiene pérdida. Sólo tienes que salir de la zona de la estación, pasar por la tienda de Heidi (llena de souvenirs de la niña) y continuar subiendo hasta llegar al casco antiguo. Si vas siguiendo los carteles rojos que ponen “Heidiweg” no hay modo de perderse. Un sendero rodea los viñedos y sube (en algunos tramos la pendiente es pronunciada) hasta llegar a Rofels, donde está el Heididorf. ![]() En este lugar se encuentra la que se supone que es la casa de invierno de Heidi y muestra la vida de hace cien años. La casa es una construcción de madera en la que se ha recreado el entorno ficticio de la vida de la niña y su abuelo. En una de las casas que se ha montado un museo de Johanna Spiry que puede visitarse (hay entrada conjunta con la casa de Heidi). En la planta inferior del museo encontramos una tienda, la que se anuncia como la oficina de correos más pequeña de Suiza, un corral con cabritas a las que se puede alimentar y muchas esculturas hechas por un artista local (mirando su foto me recuerda bastante al Viejo de los Alpes). Unos pasos más allá está la casa propiamente dicha que, en dos pisos, recrea un hogar típico de la época con todos los objetos pertinentes. Heidi y Pedro nos reciben sentados a la mesa haciendo sus deberes (con lo poco que le gustaban al cabrero) y puedes sentarse con ellos para hacerte una foto. El abuelo está al pie de la escalera. A la casa no le falta detalle y tiene hasta la silla de ruedas de Clara. En el pueblo también comienza el sendero de aventuras de Heidi, una ruta que conduce en menos de dos horas (todo depende de cómo camines por los empinados caminos) hasta los pastos alpinos de Heidi (Ochsenberg) y la casa del abuelo. Doce estaciones narran lúdicamente la historia de esta niña. No obstante quien no desee caminar hasta los pastos alpinos, puede seguir el camino en medio de campos y praderas hasta el hotel restaurante Heidihof y la fuente de Heidi, el monumento dedicado a Johanna Spyri. Sólo hay que seguir, como siempre, los carteles rojos. El camino primero discurre por una zona asfaltada cercana al hotel y a los aparcamientos pero pronto se adentra en plena naturaleza. Para llegar a la fuente (anunciada como Heidibrunnen- fuente de Heidi en alemán-) sólo tienes que apartarte del camino principal unos metros. La fuente está junto a la carretera y son muchos los que acuden allí (en coche) para asar carne en los sitios acondicionados a tal efecto. Muestra a la niña con una cabrita, seguramente Copo de nieve. El agua es fresca y buena (pero toda en el país lo es). Ya de vuelta al sendero puede despistar un poco el hecho que parezca que se mete en propiedad privada. Y es que realmente tienes que pasar por un pequeño murito y entrar en terrenos de viñedos para ir bajando hacia el pueblo. El calor era sofocante y llegar a Maienfeld y a sus fuentes se agradece. De vuelta al pueblo no podemos dejar de hacer la foto más típica del lugar (y que por una vez no tiene nada qué ver con la niña huérfana). Se trata de la fachada del ayuntamiento desde la fuente llena de flores. Una bonita estampa. De nuevo cogimos un tren hacia Sargans para coger otro a la preciosa San Gallen. Esta ciudad ha sido unos de los añadidos del viaje, un arrebato que, sin embargo, salió muy bien. La ciudad de san Gallen (San Galo) es capital del cantón del mismo nombre y su monumento más importante es el complejo (enorme, por otra parte) de la vieja abadía. Para llegar allí debemos subir muy al norte del país hasta alcanzar el enorme lago de Constanza. Aunque no lo parezca está a unos 700 metros de altitud por lo que se le considera una de las ciudades de mayor altura de Suiza. Es una localidad preciosa, no en vano se incluye en la lista de patrimonio de la Humanidad. Un paseo a pie nos llevará desde la estación de trenes hasta el bien cuidado casco antiguo. Los orígenes de la ciudad se deben al monje irlandés del siglo VI Gallus, del que proviene su nombre, que llegó a la zona para convertir a los alamanes paganos al catolicismo. Ya en el siglo VIII se levantó en el lugar donde había una ermita alzada por el monje una abadía benedictina que se convirtió en una de las más importantes del país. Su poder fue también de carácter cultural, ya que poseyó una enorme biblioteca que aún se conserva. El casco antiguo posee preciosas casas de los siglos XVI y XVII y es uno de los más bonitos del país. Merece la pena fijarnos en los enker, los miradores de las casas fabricados en madera, piedra o metal. Hay muchísimos, más de cien, y algunos son verdaderas obras de arte. ![]() Desde la plaza del Mercado podemos descender hacia la catedral, pasando primero por la Iglesia de san Lorenzo, del siglo XV aunque remodelada en estilo neogótico. Llama la atención su tejado cubierto de piezas de varios colores (recuerda ligeramente al tejado de la catedral de Viena, salvando las distancias). Pero pronto nos olvidamos de ella, cuando entramos en la gran explanada del recinto monacal y vemos la enorme estampa de la catedral. Su construcción (lo que vemos hoy en día) data del siglo XVIII y es puramente barroca (sólo hace falta entrar y deleitarnos con esa profusión de decoración y detalles que nos dejará con la boca abierta). La catedral de san Gallen es, sin lugar a dudas, una de las más bellas de Suiza y su lujo interno contrasta con la austeridad protestante. Para construirla tuvieron que derribar el edificio anterior, del siglo IX. ![]() Este cenobio benedictino lleva el nombre del monje irlandés San Galo (Gall o Gallen). Fue el fundador de la Abadía y es uno de los tres santo patronos de Suiza (junto con Nuestra Señora de las Ermitas de Einsiedeln y San Nicolás de Flüe). Se cuenta que consiguió dominar a un oso temible y hacer que trajera leña para el fuego. Ese animal aparece en el escudo heráldico de la ciudad y acostumbra a acompañar al santo en las representaciones que se hacen de él. La abadía fue una de las más importantes de Europa. Durante el reinado de Pipino el Breve se fundó la famosa escuela de San Galo, en la cual las artes, las letras y las ciencias florecieron. Bajo el gobierno del abad Waldo de Reichenau (740-814) se copiaron numerosísimos manuscritos, formándose así una nutrida biblioteca. Muchos monjes irlandeses y sajones se establecieron en la abadía para dedicarse a la copia de manuscritos. A petición de Carlomagno, el Papa Adriano I envió gran cantidad de cantores desde Roma, que propagaron el Canto gregoriano. En el siglo XIII, la abadía y la ciudad, como principado independiente, estaban regidas por los abades, que adoptaron el título de príncipes del Sacro Imperio Romano. En 1712, la abadía sufrió el saqueo y el expolio de gran parte de sus tesoros, siendo llevadas muchas obras a Zúrich y Berna. En época carolingia el recinto monacal tenía todo lo necesario para la vida y para que los monjes no tuvieran que salir. Además de los edificios de carácter religioso, había un molino, cocina, panadería, cervecería, una casa para los novicios, enfermería, una casa para el médico, una escuela con la casa para el maestro, dos casas de huéspedes (para pobres y para ricos), talleres, establos, una granja, un jardín botánico,etc. El recinto del Klosterhof, imponente, forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1983 y comprende, además de la catedral y de otros muchos edificios que se abren a su alrededor, el de la biblioteca, con una increíble sala rococó. Contiene alrededor de 14.000 volúmenes de los cuales 2000 son manuscritos y 1650 incunables de incalculable valor. Contiene 2100 manuscritos que datan de los siglos VIII al XV y 1650 incunables, códices, libros antiguos y grabados. Su colección reúne alrededor de 160.000 libros. En la década de 1990 se creó una biblioteca virtual, en la que se digitalizaron los manuscritos más importantes. Los libros publicados antes de 1900 se encuentran en una sala de lectura especial. La sala principal de la biblioteca fue reconstruida en el siglo XVIII en estilo barroco rococó. Está considerada la mejor sala barroca no eclesiástica de Suiza y uno de los edificios de bibliotecas más perfectamente diseñados del mundo. El suelo es de madera de abeto. Tiene cuatro grandes estrellas y bucles en forma de zarcillo que están incrustados en madera de nogal. Los interiores de madera ornamentados se realizaron en el taller del monasterio. El techo está decorado con numerosos trabajos de estuco ornamentado y cuadros abovedados realizados entre 1762 y 1763. Las imágenes representan concilios ecuménicos. Los retratos de los dos constructores Cölestin Gugger (1740–1767) y Beda Angehrn (1767–1796) están en los lados estrechos del pasillo en la galería. Es una lástima que estuviera cerrada porque por lo que he visto en fotos o en algunas publicaciones es una verdadera maravilla. ![]() San Gallen tiene también algunos museos dignos de mención (que no pudimos visitar a causa de la hora) como el Textil. Parece ser que su colección es una de las más prestigiosas del mundo en su género, con unos 30.000 objetos que pasan por bordados y encajes desde el siglo XIV, en los que la ciudad siempre ha despuntado a piezas halladas en tumbas egipcias, entre otros. Para cenar optamos por un restaurante repletísimo en la Markplatz, donde pudimos probar una típica salchicha de ternera con salsa de tomate y cebolla (servida con el tradicional rosti). Muy bueno. De regreso hacia Sargans (y de allí a Chur) en tren pudimos ir viendo los fuegos artificiales que hacían en las distintas localidades por las que pasábamos con motivo de la fiesta nacional. Etapas 10 a 12, total 15
Día de abandonar Chur y dirigirnos a la estación para coger el Bernina Express, el tercero de los trenes panorámicos y uno de los más espectaculares según dicen. El tren panorámico Bernina Express empieza en el valle fluvial del Rin en Chur, transcurre por aldeas de habla romanche a orillas del Albula y acaba en la vertiente mediterránea de los Alpes, lugar de pueblecitos donde se habla mayoritariamente el italiano. Se considera como una de las travesías en tren más espectaculares del mundo (lástima que el tiempo no acompañaba mucho).
El trazado del tren entre Thusis y Tirano, donde termina el viaje, ha sido incluido en la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, siendo el tercer trayecto ferroviario del mundo que obtiene tal reconocimiento. Desde Chur hasta Samedan este tren comparte vía con el Glacier Express. A partir de ahí, los trazados se separan y el Bernina asciende hasta el Ospizio Bernina, punto más alto del viaje, a 2.253 metros. Incluso antes de llegar a este apeadero con posada a la orilla de varios lagos artificiales, ya se puede admirar la lengua de hielo del glaciar Morteratsch y la silueta del Piz Bernina (4.048 metros), el monte más alto de los Alpes orientales. El tren recorre el impresionante viaducto de Landwasser, de 65 metros de alto, el símbolo del ferrocarril rético RhB. Otras curiosidades del recorrido son el viaducto circular de Brusio y la garganta del Schyn. En Alp Grüm (Jardín Alpino) el tren se detiene unos minutos y te permiten bajar a 2091 metros de altitud para hacerle fotos a las espectaculares vistas del glaciar Vadret da Palü. ![]() El descenso hasta el pintoresco pueblo de Poschiavo es de vértigo. Anchos valles y grandes coníferas vuelven a asomarse a través de las grandes ventanas panorámicas. En las calles de Poschiavo se descubre una arquitectura diferente, con plazas y calles llenas de palacios renacentistas que combinan bien con el “Quartieri degli spagnoli”, calle donde construyeron sus mansiones los inmigrantes de la zona que hicieron fortuna en España en el siglo XIX. Lástima que desde los cristales mojados de gotas de lluvia no se consigan las mejores fotos. Una vez en Tirano, el convoy habrá atravesado 55 túneles y 196 puentes, superando sin hacer uso de la tracción de cremallera, desniveles de hasta el 7%. El trayecto en tren desde Chur a Tirano dura 4:05 horas. En Tirano, que se encuentra ya en Italia, se coge el autobús Bernina Express para llegar en 3:15 horas a Lugano, nuevamente en Suiza. Valtelina (o Valtellina) es una zona alpina de Italia en el norte de la Lombardía. Comprende el alto valle del río Adda hasta su desembocadura en el lago de Como. Tirano es una de las principales ciudades de la Valtellina. En Tirano se pueden ver hermosos palacios nobles de los siglos XVI a XVIII y es una ciudad famosa por su santuario mariano barroco. La importancia de la posición geográfica de Tirano, hizo que Ludovico el Moro fortificara la población. Esto garantizó cierto bienestar y por eso se construyeron tantos palacios. El santuario de la Madonna de Tirano, que se levanta al norte de la ciudad, es una de las tres iglesias más hermosas de Lombardía. Llegar caminando a ella desde la estación de tren (bajo la lluvia) lleva unos 13 minutos. La iglesia por dentro es muy bonita y vale la pena el paseo. Se dice que el 29 de septiembre de 1504 en Tirano, en un jardín, la Virgen se apareció a Mario Omodei y le pidió que construyera un templo en ese lugar en su honor para que cesara una epidemia de peste que asolaba la zona. Se convirtió en el primer promotor de la construcción de la capilla, que comenzó el 25 de marzo (el día de la Anunciación de la Virgen María) de 1505 y terminó, por lo menos exteriormente, en 1513. Se consagró el 14 de mayo1528 cuando estuvo terminado el interior. Es muy curioso ver como el Bernina express pasa junto a la iglesia. Después si sobra tiempo (a nosotros nos sobró un poco porque no nos detuvimos a comer en ningún restaurante de los adyacentes a las estaciones sino que llevamos nuestras provisiones para comerlas en el bus) siempre puedes acercarte a ver algunas de las plazas del casco antiguo. ![]() Como nota informativa para los viajeros decir que Tirano cuenta con dos estaciones de trenes, juntas en la misma plaza (una de trenes normales y otra del Bernina) más una de autobuses a la que se accede bajando por unas escaleras que quedan a la derecha de la estación de trenes italianos. El señor encargado de la estación es un poco pasota pero nos permite, a cambio de un euro por maleta, dejarlas en un cuarto que él tiene (la llegada a territorio italiano nos hace darnos cuenta de cómo han cambiado las cosas con relación a Suiza… si estábamos a acostumbrados a ver consignas magníficas en todas las estaciones ahora no se ve ni una). Lo malo es que cuando volvimos para coger el bus el señor no estaba y tuve que ir a buscarle a la puerta de la estación de trenes, donde pasaba el rato charlando con unos vendedores de paraguas. Cuando le dije que tenía la llave para abrir el cuarto donde habíamos dejado las maletas lanzó una expresión equivalente a “es verdad” y fue para allá. También él tiene las llaves de los WC de la estación de buses (por si no se le encuentra en ninguna parte lo mejor es ir a los de la estación del Bernina). El bus Bernina express es bastante cómodo y el conductor hace las veces de guía acompañante. Eso quiere decir que no hace explicaciones exhaustivas pero sí que mira los billetes y da unas nociones de por dónde pasaremos. Vale la pena ir mirando porque casi todo el trayecto discurre por una poco conocida zona de Italia (por lo menos para mí), paralela al lago de Como. Está situado a 199 metros de altitud sobre el nivel del mar y tiene una superficie de 146 km². Con sus 416 metros de profundidad (en la presa de Argegno) es uno de los lagos más profundos de Europa. Es el tercer lago más grande de Italia, después del lago de Garda (el primero, que conocimos en un viaje a Italia hace bastante tiempo) y el lago Mayor. Tiene forma y Y invertida. ![]() El autobús nos deja junto a la estación de trenes y para bajar al casco antiguo lo mejor es coger un pequeño funicular que para allí mismo. Se detiene frente al hotel Acquarello, precisamente el que nosotros tenemos. Los comentarios en Booking y otras páginas similares es que este hotel de tres estrellas no está mal pero que oyes ruidos en las horas de funcionamiento de funicular (entre las 11 de la noche y las 5 de la mañana no va). Tengo que decir que no he sentido esa molestia para nada. También es verdad que nos levantamos temprano. A Lugano se le denomina a menudo la “Río de Janeiro” de Europa por su configuración geográfica, la abundancia de agua, su clima seco y soleado y las montañas y colinas de fácil acceso que la rodean. Aunque no es la capital del cantón sí es la ciudad más grande y poblada y uno de los principales centros turísticos. Se asienta en la bahía del lago de Lugano o Ceresio, muy cerca de Italia, y está rodeada de montañas como el Monte Salvatore (912 metros) o el Monte Brè (925 metros). La primera noticia de su historia data del siglo VIII aunque se han encontrado restos romanos. La Plaza de la Reforma es el núcleo del barrio antiguo. Tiene planta regular y aire clasicista y está embellecida en los laterales con dos fuentes de finales del siglo XIX (cuesta verlas porque están prácticamente fuera de la plaza) y el Palazzo Cívico, la casa consistorial, construido en el siglo XIX. A su alrededor se encuentran muchos restaurantes. La catedral de San Lorenzo se encuentra a mitad de la ladera de una colina, ante la estación de ferrocarril, y de hecho se ve cuando subes o bajas con el funicular. Es una catedral católica, sede de la diócesis de Lugano y dedicada a san Lorenzo de Roma. Se sabe que en este lugar hay un edificio religioso desde el año 818. En 1078 empezó a edificarse una colegiata, que se convirtió en catedral en 1888. El edificio románico original se orientó de manera opuesta a la iglesia actual. En el siglo XV se amplió la iglesia y la entrada se trasladó a la posición actual, con tres pórticos en estilo renacentista. Entre los años 1905 y 1910 se demolieron algunas capillas barrocas y se añadieron frescos en el interior. ![]() La característica principal de la iglesia es su fachada de piedra blanca y mármol de Carrara, dividida en tres sectores por cuatro columnas falsas. En la parte central encontramos el portal principal, llamado “Portal de los santos”, con cinco medallones con relieves que representan a cuatro santos y a la Virgen con el niño, y un rosetón grande con decoración de querubines. Los marcos de los portales están decorados con amorcillos, aves y leones. Entre el marco del portal principal y el entablamento encontramos las figuras de dos ángeles que llevan antorchas. Entre los portales y dentro de los marcos cuadrados encontramos los bustos de los cuatro evangelistas y de los reyes Salomón y David. En el friso hay 17 figuras que representan sibilas y personajes bíblicos así como figuras de animales. El portal original románico está ahora en la zona de la sacristía. La parte inferior del campanario data de la época de la iglesia románica. Los dos pisos superiores son barrocos con una linterna octogonal cubierta con cúpula. Lamentablemente puedo decir poco del interior porque estaba en obras. La iglesia de Nuestra señora de los Ángeles se encuentra un poco más allá (desde la plaza de la Reforma caminando hacia la derecha tal y como miras al lago). Se puede llegar en autobús pero no vale la pena porque apenas es un paseo. La construcción de la iglesia se inició en 1499. En 1529 el artista lombardo Bernardino Luini pintó dos frescos que están considerados sus obras maestras, la Madonna con su hijo y san Juan Bautista y la Crucifixión, la exterior y más espectacular. El autor era muy popular en su tiempo y se inspiraba en Leonardo da Vinci. Vale la pena llegar hasta allí para contemplar esas pinturas. Prácticamente enfrente encontramos los Jardines de Belvedere, un jardín minúsculo cerca del paseo marítimo que bordea el lago. Está repleto de olivos, palmeras, rosas y camelias así como de varias estatuas de artistas locales. Mucho más grande es el Parque Cívico, el parque de la ciudad, que se encuentra caminando hacia el otro lado. Está situado cerca del centro, en la punta norte de la bahía, y es uno de los parques más bonitos de Suiza. ![]() Es enorme y está lleno de plantas tropicales, un jardín de rosas, esculturas, antiguas fuentes, una reserva de animales con ciervos y pájaros (que no vi, por cierto) y en verano se celebran conciertos al aire libre. La ciudad está llena de puestecitos de helados aunque espero que la gente tenga más suerte que yo porque la bola de chocolate era pasable y la de vainilla no sabía a nada. Qué desilusión. Muy cerca de la entrada del Parque Cívico encontramos una fuente dedicada al héroe nacional suizo del que ya hablaré más adelante, Guillermo Tell. El personaje me gusta mucho así que me gustó ver la estatua. ![]() En Lugano encontramos también muchas villas, como la Villa Ciani, en el Parque Cívico y hoy sede del Museo de Bellas artes, donde podemos admirar obras de Tintoretto, Pissarro, Monet y Lucas Cranach. La Villa Favorita es otra de las famosas fincas de Lugano. Está en el noroeste de la bahía y hoy en día es ya más finca que museo. Es un palacete neobarroco propiedad de la familia Von Thyssen, bastante descuidado por lo menos en su parte trasera, que es lo que vimos. En 1992 gran parte de la colección se trasladó al Palacio de Villahermosa de Madrid en virtud de un acuerdo con Patrimonio nacional español. Hasta ese momento era la colección privada más importante del mundo junto con la Fundación Paul Getty. Se puede llegar hasta allí en autobús. El número 2 deja en la puerta. Para cogerlo se tiene que salir por una puerta lateral del Parque Cívico, subir hacia el Viale Carlo Cattaneo e ir a la parada de Palazzo Congressi. El autobús tiene que llevar la dirección a Castagnola. Se llega en unos 5 minutos y la parada está claramente indicada. Hoy quedan en Villa Favorita pinturas, esculturas, mobiliario antiguo, tapices y joyas (que no vimos debido a la hora). De regreso al centro de Lugano volvimos a la zona próxima a la Plaza de la Reforma para cenar. Lo más normal que se puede encontrar en la ciudad son los restaurantes con comida italiana (pasta, sopa minestrone, pizzas, etc). Nos decantamos por uno que estaba llenísimo, de nombre Tango. Pedí un plato de gnocchi con salsa de azafrán y no sé qué más que estaba francamente bueno. Etapas 10 a 12, total 15
Por la mañana temprano, después del desayuno, cogimos un tren anterior al previsto inicialmente y nos fuimos hacia Bellinzona. Es la capital del cantón del Tesino y se encuentra situada en el centro del mismo, a orillas del río Tesino. La ciudad es famosa por sus tres castillos: Castelgrande, Montebello y Sasso Corbaro, que pertenecen al Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000, así como por la muralla del antiguo burgo.
El castillo de Castelgrande es el más accesible porque está en la parte baja de la ciudad. En el año 15 a.C. se construyó un primer castillo en la época del emperador Augusto. Poco después fue abandonado hasta el siglo IV. Posteriormente los monarcas carolingios se apoderaron de la zona, dando paso luego a los emperadores de la dinastía Sajona, que construyeron una muralla en lugar de la romana, muy deteriorada. En el siglo XI se cede a los obispos de Como, que lo reformaron en el siglo XII, y ya casi en el siglo XIII pasa a manos de la nobleza. En el siglo XV el Duque de Milán encargó una construcción militar de 700 metros de longitud, la Muralla Sforzesca. Se construyó en un promontorio rocoso situado en medio de un valle profundo. Entre los siglos XVI y XVIII perteneció a la Confederación de los XIII cantones y en 1803 pasa a pertenecer al Estado. En 1820 se transformó en arsenal y prisión y ya en el siglo XX se emprendieron múltiples reformas. Antiguamente tenía más edificios pero los duques de Milán los mandaron derribar para liberar espacio interior. La Torre Blanca, del siglo XIII, es la más alta del castillo. Alrededor de esta torre se construyó el palacio del obispo de Como. En un ala del castillo está el Museo arqueológico. A pesar de que el museo estaba cerrado pudimos acceder fácilmente al recinto (subida en ascensor) y lo que más impresiona es su imponente muralla. El paso de ronda se puede recorrer en gran parte. Desde el castillo pueden verse claramente en la montaña de enfrente los otros dos castillos, que no pudimos visitar por falta de tiempo. ![]() El castillo de Montebello se construyó antes de 1313 para la familia Rusca y en el siglo XIV pasó a manos de los Visconti. El castillo fue reformado y ampliado entre 1462 y 1490, se abandonó en el siglo XIX y se renovó en el siglo XX. Está rodeado de fosos profundos que lo protegían. Lo más antiguo es la torre del homenaje, rectángulo irregular anterior al siglo XIV con almenas. Un pozo en el patio oriental interior también puede ser del castillo original. Una pequeña capilla dedicada a san Miguel está en la zona orientada al sur. Se construyó alrededor del 1600 y es uno de los pocos edificios construidos en los castillos de Bellinzona en la época de dominio de los tres cantones. El castillo alberga el Museo Arqueológico y Cívico. El castillo de Sasso Corbaro es el más pequeño (por lo menos en apariencia) y más alejado de los tres. A diferencia de los otros dos no está integrado en las murallas de la ciudad. La primera parte del castillo se construyó en el siglo XV para defender Bellinzona. En tiempos de paz la torre norte se usó como prisión (aunque se sabe que varios presos se escaparon). Fue alcanzado por un rayo varias veces en los siglos XVI y XVII y en 1900 quedó en estado ruinoso. En este castillo destaca la Sala Emma Poglia, cuarto totalmente cubierto en madera de nogal del siglo XVII. Después de la visita volvimos a la estación, recogimos las maletas de las consignas donde las habíamos dejado (8 CHF- olvidé decir que, aunque parezcan pequeñas, son muy profundas y caben de sobras maletas grandes y mochilas) y esperamos al siguiente tren panorámico, el último del recorrido, el Wilhelm Tell. Este tren despista un poco porque no está anunciado como los demás. Sólo te orienta la hora de llegada. En realidad sólo era propiamente Wilhelm Tell un solo vagón y nosotros los únicos pasajeros que hacíamos ese trayecto. Contábamos para guiarnos no ya con un folleto o auriculares con explicación en varios idiomas por megafonía como hasta entonces sino con una guía para nosotros solos (explicaciones en inglés). El tren panorámico Guillermo Tell (Wilhelm Tell) conecta con tren y barco dos de las partes más bellas de Suiza, la central y el cantón italoparlante del Tesino. Dispone de instalaciones para discapacitados, toma de corriente, restaurante, ducha y baño y servicio de refrigerios. Incluye el trayecto en barco de vapor de ruedas (o, en su defecto, barco con motor), comida en el restaurante del barco y tren panorámico. Nuestro objetivo en ese tren era llegar a Flüelen. Atravesaremos el paso de san Gotardo, de 15 km. de largo, y en la dirección que llevamos el tren va de los 1100 metros de altura a los 470 metros, atravesando el valle del río Reuss de Uri. Veremos impresionantes vistas del pueblo de Wassen con su bonita iglesia (debido a las vueltas que damos la iglesia se verá tres veces, en varias perspectivas). Pero lo más significativo del recorrido es el Paso de san Gotardo. Es un paso de montaña situado a más de 2000 metros de altura, entre Andermatt, en el cantón de Uri, y Airolo, en el cantón del Tesino. Aunque el paso se conocía en la antigüedad, no se usó ampliamente hasta el siglo XIII porque significaba pasar junto al río Reuss, en la Garganta de Schöellen, tan crecido por el deshielo que en abril y mayo moría mucha gente por ahogamiento. El primer Puente del diablo se construyó en 1230 y acabó destruido por una tormenta en 1888. El nombre proviene de una leyenda que dice que un pastor deseó que el diablo construyera un puente para poder atravesar el río. Aquél aceptó a cambio de ser el primero en pasarlo pero el montañés le engañó y la primera en cruzar el puente fue una cabra. Enfadado, el diablo desprendió una roca para lanzarla contra el puente y destruirlo pero una anciana dibujó una cruz en la roca. Así el diablo no pudo sostenerla. El Túnel de san Gotardo se abrió para el tráfico ferroviario en 1882 (en las obras murieron 177 trabajadores). En 1980 se abrió un nuevo túnel por carretera de 17 km. con el resultado de 53 muertos y en la actualidad se está haciendo un nuevo túnel para el tren. Cuando se acabe será el túnel ferroviario más largo del mundo, con 57 km. Tuvimos la oportunidad de ver las obras. Para hacer este trayecto hemos tenido obligatoriamente que coger un aumento de categoría de la segunda clase a la primera. Eso ha provocado pagar algo más de 16 euros por persona pero a cambio viajamos cómodamente y nos regalan una postal, 19 francos en un bono intercambiable en la comida en el barco y una navajita Victorinox miniatura con 3 funciones (navaja, lima y tijeras). No está mal. Yo creo que vale la pena. Ya en Flüelen nos embarcamos en el histórico barco de vapor y navegamos por el Lago de los cuatro cantones, pasando por los prados de Rütli, la roca en homenaje a Schiller, el autor de Guillermo Tell, o la capilla de Tell (en Uri, donde el héroe logró escapar del barco del gobernador Gessler), para llegar al embarcadero de Lucerna. Nada más entrar en el barco nos recibe una persona de la tripulación que nos coloca las maletas. De inmediato una señorita nos hace pasar al comedor de primera clase, en la parte baja del barco, impresionantemente bonito, con paredes de madera tallada y lámparas de cristal, donde nos preparamos para comer. Después de estudiar la carta nos decidimos por un menú con productos típicos que incluye una ensalada con queso del Tesino, roast beef con vino Merlot servido con polenta y verduras y de postre Tarta de la Nonna (típica del norte de Italia y rellena de crema), de la que nos dan dos trozos con una bola grande de helado de vainilla (éste sí sabía… y muy rico) y moras. El menú costaba 54,50 CHF más la bebida pero se quedaron en unos 40 con el descuento. Mucho dinero para la mentalidad española pero no tanto teniendo en cuenta que eran tres platos abundantes, en un marco incomparable y de lujo. Se hace necesario hablar ahora de Guillermo Tell y el juramento de Rütli, ya que los primeros lugares que vemos hacen referencia a ellos. Según las leyendas, Guillermo Tell era un habitante de Bürglen (pueblo del cantón suizo de Uri), ballestero, famoso por su puntería, de finales del siglo XIII y principios del XIV. No existe ninguna prueba que indique que existió de verdad. En aquella época, la Casa de Habsburgo se había anexionado recientemente algunos cantones suizos. Cierto día en el que Guillermo Tell pasaba por la plaza mayor de Altdorf acompañado por su hijo no quiso inclinarse en señal de respeto ante el sombrero del gobernador instalado en la plaza simbolizando al soberano de la Casa de Habsburgo. Ante tal muestra de rebeldía ante su legítimo señor, el gobernador de Altdorf, Hermann Gessler, un hombre colérico y sanguinario, detuvo a Tell. Habiendo llegado a sus oídos su fama como ballestero, le obligó a disparar su ballesta contra una manzana colocada sobre la cabeza de su propio hijo, situado a 80 pasos de distancia. Si Tell acertaba, sería librado de cualquier cargo. Si no lo hacía, sería condenado a muerte. Tell intentó en vano que Gessler cambiara su castigo. Al no conseguirlo introdujo dos flechas en su ballesta, apuntó y gracias a su habilidad consiguió acertar en la manzana sin herir a su hijo. Al preguntarle el gobernador por la razón de su segunda flecha, Guillermo le contestó que estaba dirigida a su corazón en el caso de que la primera flecha hubiera herido al chico. Enfurecido por la respuesta, Gessler volvió a detenerle y mandó que le encarcelaran en el castillo de Küssnacht. En el camino al castillo, a través del lago de los Cuatro Cantones, estalló durante la travesía una tormenta que a punto estuvo de llevar a pique a la nave. Tell, desatado por los guardianes para que pudiera llevarlos a tierra, se hizo con el control del barco y logró llevarlo a la orilla, salvando así su vida y la de los demás ocupantes de la barca, entre los que se encontraba el propio Gessler. Apenas desembarcado, Guillermo Tell huyó, tendiendo poco después una emboscada al gobernador y matándolo con su segunda flecha. Este hecho marcaría el comienzo de la sublevación de los cantones suizos de Uri, Schwyz y Unterwalden contra los Habsburgo, convirtiéndose en un mito fundamental en la lucha de Suiza por su independencia. No existen evidencias de que Guillermo Tell existiera realmente. Es más, hay muchas leyendas sobre héroes similares en otras zonas. Un siglo y medio después de que supuestamente tuvieran lugar estos hechos empezaron a recogerse en crónicas y baladas que se transmitían oralmente. Hacia el siglo XV aparecen los primeros textos escritos suizos y se conoce un drama en verso del siglo XVI. En el siglo XIX sirvió de inspiración a muchos autores, como el alemán Friedrich Schiller, que escribió un drama en cinco actos llamado Guillermo Tell. También Rossini compuso una ópera sobre el personaje. Guillermo Tell es un mito que se encuadra en el movimiento de resistencia nacido entre los campesinos del cantón de Uri a partir de 1278 y que llevó a la creación de la Confederación de los 3 Cantones o Helvética. Encarna los ideales de lucha por la libertad e independencia de Suiza así como el amor paterno y la búsqueda de la justicia. Hoy en día es el héroe nacional suizo. A principios del siglo XIII este territorio se encuentra principalmente en manos de los condes de Zäehringen. Después de la extinción de esa estirpe en 1218 sus dominios son heredados por la Casa de los Habsburgo de Austria. Las ciudades, que han ido reforzando su poder, buscan apoyo en la Corona Imperial con el fin de librarse de la tutela del señor feudal, austriacos afincados en el territorio de la actual Suiza. Zúrich, Berna y Solothurn lo consiguen y pasan a depender directamente del emperador. La pequeña nobleza local ve con preocupación como los gobernadores de los Habsburgo sólo buscan arrebatarles sus riquezas. En cuanto a los campesinos, soportan cada vez peor los impuestos que deben pagar para beneficio exclusivo de una aristocracia extranjera que impone sus leyes sin tener en cuenta las costumbres tradicionales. El 1 de agosto de 1291 los pueblos de Uri, Schwyz y Unterwalden firmaron un Pacto federal de alianza jurídica y defensa permanente para combatir a los Habsburgo. Hasta el siglo XIX, no obstante, se desconocía ese hecho y se daba como cierto que el inicio de Suiza tuvo lugar con el Juramento de Rütli (1307), pacto federal de los hombres libres de los valles de esos tres pueblos en la pradera de Rütli, con vistas al lago de los Cuatro cantones. Aunque hoy en día ese juramento se considera una leyenda en muchos libros ambos suelen confundirse. Los prados de Rütli se distinguen más o menos desde la parada del barco que tiene ese mismo nombre (aunque que nadie espere ver una bandera ondeando al viento ni nada por el estilo). Muy cerca una piedra, un monolito, se levanta en medio del lago en honor al escritor Schiller. Antes, y al otro lado, hemos podido ver la capilla de Tell aunque para eso es mejor no ponerse en lugar por donde van a subir y bajar pasajeros del barco. La tripulación no te lo permite. ![]() Con lluvia y fresco llegamos a Lucerna. Lucerna se sitúa en el centro de Suiza, al norte del paso de San Gotardo y se extiende por la orilla del lago de los Cuatro Cantones. La ciudad está dividida en dos por el río Reuss, el cual recorre por el lado norte el lago. Los lados este y sur de Lucerna están dominados por las montañas alpinas. El Bürgenstock, al este, tiene 1.128 metros de altura y el Pilatus, al sur, 2.129 metros. Ambos forman, junto con el lago, una vista impresionante. El embarcadero está pegado al edificio KKL (“Kulturund Kongresszentrum Luzern”), moderna construcción de cristal y acero con tejado voladizo que sobresale por encima del lago de los Cuatro Cantones. Fue diseñado por Jean Nouvel y alberga salas de conferencias, escenarios para conciertos y obras de teatro y el Museo de Arte. Acoge un famoso festival de música. Al lado está la estación de trenes y muy cerca se vislumbra ya el monumento más famoso de Lucerna, el Puente de la capilla, que veremos luego. Para ir al hotel Drei Könige, en la Bruchstrasse, podemos tomar varios autobuses que bajan desde la estación por Pilatustrasse. Los recomendados por el personal del hotel son el 2 y el 10. Sin embargo, por alguna extraña razón, decidimos ir caminando… y nos perdimos. Al principio todo iba bien hasta que en un determinado punto nos fuimos hacia el lado contrario. Por suerte al final encontramos el camino correcto. Para regresar al centro ya lo hicimos mejor. Por Hirschengraben, una de las calles principales, pasan varios autobuses que llevan a la estación (2, 9, 10, 12 ó 18) en pocos minutos. Los autobuses 1, 19, 22 ó 23 llevan de la estación a Löwenplatz, donde visitamos el Panorama Bourbaki. Alberga un gigantesco mural circular que representa el avance del ejército francés a través de Suiza a las órdenes del general Bourbaki en la guerra franco-prusiana (1870-1871). Hemos visto varios "panoramas" por el mundo y normalmente resultan interesantes. Muy cerca de allí encontramos otro de los símbolos de la ciudad de Lucerna, el León moribundo. Es un bajorrelieve esculpido en el muro de un estanque que representa un león herido mortalmente por un dardo clavado en su espina dorsal. Se construyó en memoria de los héroes de la Guardia Suiza que murieron en 1792 defendiendo al rey Luís XVI contra los revolucionarios parisinos en las Tullerías para salvar la integridad de la Monarquía francesa. El escritor americano Mark Twain lo describió como “el más triste y conmovedor trozo de roca del mundo”. Desde luego es una estatua maravillosa. ![]() Pegado al pequeño jardín donde está el león vemos el Museo del Jardín del Glaciar o Jardín de los Glaciares (“Gletschergarten”), donde se pueden contemplar enormes agujeros o cuevas del fondo de un antiguo glaciar que se crearon como consecuencia de la lenta erosión del agua (se llaman marmitas); fósiles de conchas y de hojas de palma, rocas, minerales, vídeos interactivos, maquetas, miniaturas de casas típicas suizas, mobiliario, etc. También cuenta con un Laberinto de Espejos de estilo árabe creado en 1896 para una exhibición nacional en Ginebra y en el que incluso podemos ver una réplica de la fuente de los leones de la Alhambra. Tengo que decir que ni una sola vez me di contra un cristal (y eso que no hice trampas) y conseguí encontrar fácilmente la salida. No es tan difícil si te fijas bien. Cuando cerraron el jardín, y después de dejar atrás a la legión de orientales que hacían fotos al león, nos encaminamos hacia la catedral. Es el templo renacentista más notable de Suiza. En 1633 un incendio destruyó casi en su totalidad el templo original, que databa del siglo XII. Sólo se conservaron las torres gemelas. En su magnífico interior, decorado en estilo renacentista, destaca el altar mayor con las imágenes de san Leodegario y san Mauricio, patrones de la ciudad. El altar de la nave norte está decorado con una representación del Tránsito de la Virgen, pintado en 1500. Llaman la atención los elaborados bancos, el púlpito, la pila bautismal y el enorme órgano construido hacia 1640. Vimos poco porque estaban celebrando misa. Lucerna es una ciudad no demasiado grande (por lo menos en lo que a su zona monumental se refiere) que se recorre fácilmente a pie. El casco medieval se encuentra en la orilla norte del río Reuss y se accede a él desde la estación de tren en la orilla sur, cruzando el Puente de la Capilla. La mejor vista de la ciudad, el río y el lago se contempla desde una de sus 9 torres de la muralla medieval que rodea el norte del casco antiguo y se extiende unos 850 metros. A esa muralla se puede subir aunque algunas de las torres estaban remodelándose. Allí nos llamaron la atención tres vacas peludas escocesas y algunas llamas peruanas pequeñas. Ignoro qué hacían ahí. En el casco antiguo de Lucerna destacan las fachadas de sus hermosas casas históricas, especialmente en los alrededores de la Plaza del Ciervo (“Hirschenplatz”) y la Plaza del Mercado del Vino (“Weinmarktgasse”), que están pintadas con frescos o decoradas con esgrafiado y tienen puertas ornamentadas y ventanas circulares con miradores. Muchos de estos edificios albergaban gremios. Este histórico barrio es también un bullicioso centro urbano y abundan en tiendas, restaurantes y cafés. Entre sus monumentos cabe citar el Ayuntamiento (“Rathaus”), de estilo renacentista tardío. Se terminó en 1606 y luce una recargada fachada y una torre cuadrada al lado del río Reuss, y la Capilla de San Pedro (“St Peterskapelle”). En el muro sur de la capilla hay un relieve de 1513 que representa a Cristo y sus discípulos en el huerto de Getsemaní. En la planta baja del Ayuntamiento hubo un almacén de grano. La Torre del Reloj era en su origen una de las torres defensivas de Lucerna y es del siglo XIV. En ella está el reloj más antiguo de la ciudad. En la Plaza de la Capilla (“Kapellplatz”) se erige una fuente rematada por la imagen de Fritschi, un personaje legendario asociado con la primavera y la diversión, al cual se le rinde homenaje en el gran carnaval de Lucerna. La fuente Fritschi, construida en 1918 en lugar de una fuente más vieja pero no dedicada al Fritschi, fue diseñada por el archivista del gremio del azafrán August am Rhyn. En la columna de la fuente se hallan las máscaras de Fritschi y su esposa así como las caras de la criada y del mozo. Desde los cuernos de cuatro máscaras de bufones cae el agua en la cubeta hexagonal. La columna de la fuente lleva la estatua de un señor abanderado. ![]() Un poco más adelante, la plaza de los Molinos, o Mûlhenplatz, de forma alargada, también tiene notables edificaciones. Uno de sus lados da precisamente al popular puente de Los Molinos o del Molino, del que hablaré más adelante. Al otro lado del río encontramos la Iglesia de los Jesuitas (“Jesuitenkirche”), del siglo XVII y la Iglesia de los Franciscanos (“Franziskanerkirche”), que es la más antigua de la ciudad, del siglo XIII y estilo gótico pero con constantes remodelaciones. Ésta ulltima destaca por su pórtico pintado. La Jesuitenkirche o iglesia de los Jesuitas preside una de las riveras del Reuss, con sus campanarios de cúpulas abulbadas, del XIX. Los jesuitas llegaron a Lucerna en 1574 y pronto desarrollaron una gran actividad. La iglesia es el primer edificio religioso de estilo barroco en toda Suiza. Fue construido en 1666 por Christoph Vogler y su decoración interior es tambien barroca, aunque un poco posterior a la fecha de la construcción. Pero sin duda, como ya dije, el monumento más famoso y fotografiado de Lucerna (y uno de los símbolos del país mismo) es el Puente de la capilla. Se trata de un puente cubierto de madera que servía de muralla defensiva. Es el puente de madera más antiguo de Europa y el segundo más largo con 204 metros. Cruza en diagonal el río. Fue construido en 1365 y destruido en 1993 a causa de un incendio provocado por el motor de una lancha tras el cual se perdieron un total de 83 pinturas. ![]() Su reconstrucción fue un arduo trabajo que ha durado varios años. Exteriormente se nota el color claro de la madera nueva. En cuanto a las pinturas triangulares situadas en el interior del puente han sido también restauradas en la medida de lo posible. Están situadas en los paneles y son obra de Hans Wägman, quien las plasmó en el siglo XVIII. Esbozaban imágenes costumbristas de la comarca y de los patrones de la ciudad, San Leodegario y San Mauricio. Justo en medio del puente se alza, en piedra, la Torre del Agua, construida en 1300 como parte de la fortificación de la ciudad. Esta torre ha desempeñado funciones diversas: archivo municipal, cámara del tesoro, presidio y sala de torturas. Dentro del puente encontramos algunas tiendecitas, justo en la zona donde está la torre del agua, pero lo que más llama la atención es la gran cantidad de flores que lo adornan. Lucerna tiene otro puente cubierto de madera más pequeño, el Puente del Molino (“Spreuerbrücke”). Construido a principios del siglo XIV, su nombre se debe a que sólo desde aquí se podían echar al mar los desperdicios de la molienda. También está decorado con pinturas de la danza de la muerte realizadas en el siglo XVII por Meglinger. ![]() El puente fue restaurado en el siglo XIX. En un añadido se levanta una graciosa capilla del siglo XVI de color rojizo. Se puede ver un dique al que se enganchaban unos tablones de madera para regular el nivel del agua. Desde el puente del Molino es fácil alcanzar la subida que lleva a la zona de la muralla y las torres. Etapas 10 a 12, total 15
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