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SEGUNDA ETAPA --- YUNNAN 11 dias por el Pais del Sur de las Nubes


29 de julio ---

Hoy nos despertamos temprano en el silencio rural de SHAXI.
Hoy despedimos los pueblos BAI que tan inolvidables experiencias nos han regalado y nos vamos a vivir dos dias entre tibetanos.
Despues del buen café del hotel hablamos con Wang que nos avisa de que en el norte está lloviendo mucho y tal vez nuestra ruta se verá afectada.
De momento no vamos a preocuparnos. Nos sentimos seguros e ilusionados en el coche - refugio.
Entramos en la carretera principal que va de Lijiang a Shangrila y enseguida dejamos el valle y empezamos a tomar altura. Y, efectivamente, la lluvia nos da la bienvenida al norte de Yunnan.
El primer objetivo está cerca : el Rio Yangtzé, el rio más largo de Asia. Baja de los Himalayas en paralelo con nuestro querido Mekong del que guardamos maravillosos recuerdos de Laos, Camboya y Vietnam.
Pero su ruta hacia el Sur se ve bruscamente desviada cerca del pueblo de Shigu y debe volver hacia el Norte para encontrar un nuevo camino que le llevará hacia el Este y, asi a recorrer toda China hasta Shanghai.
Desde el pueblo de Shigu hay bonitas vistas de la espectacular curva del Yangtzé. Aunque hoy todo está dominado por el cielo plomizo y las densas brumas.


Paramos cerca del rio, lo más cerca que podemos y comprobamos que su caudal es muy grande e impresionante y con el color marrón rojizo de las tierras que se lleva en el camino.




Ahora no llueve y hacemos una parada en Shigu. El pueblo domina estratégicamente la curva del Yangtzé y ha sido testigo de acontecimientos importantes en la historia de Yunnan. Ello es debido a que, en la curva el cauce del rio se ensancha y es uno de los puntos más fáciles de cruzar ( en época seca ).
Aquí los Naxi establecieron el límite de su territorio frente a los tibetanos en 1548.
Y, más recientemente, el Ejército Rojo cruzó el Yangtzé durante la Larga Marcha.. Este último acontecimiento tiene un gran monumento conmemorativo en la parte alta de Shigu.




Nosotros subimos despacio hasta la parte más alta del pueblo y pasamos un rato encantados con las poderosas brumas y las panorámicas grises pero espectaculares. Aprendemos a no ver la lluvia como una amenaza sino como un actor más de este espléndido escenario.



Hoy en el pueblo hay mercado. Todas las calles estan llenas de puestos de productos locales. Mucha comida, herramientas, ropa... Y la gente comprando con sus cestas a la espalda, tranquilos y amables con nosotros. Recuerdo que compramos una gran bolsa de mandarinas, las mejores que he comido en la vida.

Y volvemos al coche para seguir el camino a las alturas. Ahora cruzamos el Yangtzé pues vamos a coger la carretera del centro.



Aqui, viendo la enorme anchura de las aguas ya empezamos a asumir que la visita a la Garganta del Salto del Tigre va a ser imposible. Toda esta cantidad de agua tiene que pasar por la estrecha garganta de poco más de 12 metros de ancho. Un espectáculo que seguro vale mucho la pena, pero en condiciones climáticas normales. Hoy sería una locura.
A Wang le cuesta renunciar y prueba por las dos entradas que conoce...Pero...nada que hacer : Acceso cerrado y bien vigilado que no se vaya a colar nadie pues debe de ser muy peligroso.
Nosotros lo aceptamos con mucha tranquilidad. Queda tanto para ver !!!. Y asi vamos a llegar antes a Shangrila.
Asi que empezamos la empinada subida que, sin tregua, nos llevará a las preciosas mesetas pretibetanas.
La carretera va muy llena y estamos un rato parados ( comiendo mandarinas ) por un pequeño accidente que inutiliza uno de los carriles. El paisaje es cada vez más grandioso y verde. Las montañas enormes, los valles profundos, las nieblas, las enormes nubes. Todo es espectacular y el camino se hace corto.



Ya al final de la cuesta y a punto de entrar en la meseta que rodea a Shangrila, hacemos una parada en un mirador sobre los valles que hemos dejado atrás. Bonitas panorámicas y pequeñas tiendas con productos tibetanos típicos de la zona. Muchos productos derivados del Yak, el animal más preciado de la zona. Embutidos, carne, mantequilla, dulces, pieles... Todo muy tentador y bien preparado para que te lo lleves.
Y desde debajo el toldo rojo nos llama el increible animal de un blanco inmaculado y su extraño cuidador. Y como buenos turistas no nos resistimos a la tentación.



Y ahora la meseta se ensancha, las montañas se alejan y al lado de la carretera aparecen una tras otra las preciosas casas tibetanas y el paisaje verde se salpica de pequeñas estupas blancas.
Estamos en SHANGRILA.
Siempre hemos sentido una fuerte atracción por el Tibet, a la vez que un temor a la decepción por las circunstancias de su historia reciente. Así que es el viaje eternamente aplazado y, hasta ahora nos hemos conformado con los ambientes tibetanos de Nepal que nos han dejado muy buenos recuerdos.
Nunca hasta que empezé a preparar el viaje a Yunnan habia tenido noticia de este Shangrila. Cuando ya me habia enamorado supe que el nombre se lo han puesto recientemente para ayudar a su promoción turística.
Esto puede resultar decepcionante si vienes hasta aquí buscando el mito. Pero si eres realista te vas a encontrar con un pueblo tranquilo y acogedor donde acercarte a la cultura tibetana. Con un paisaje extraordinario y con un monasterio budista que justifica el viaje. Si además todo esto tiene un nombre mítico y precioso, mejor que mejor.

Llegamos al casco antiguo ( donde otra vez no pueden circular vehículos )y cargamos las maletas en el motocarro que nos manda el hotel. Despedimos a Wang hasta mañana y andamos tras las maletas hasta el Hotel KERSANG´S. Es un hotel sencillo en una preciosa casa tradicional y con un exquisito desayuno.





Son las 3 de la tarde cuando salimos a las calles de Shangrila.
Primero nos comemos deliciosos bocados que salen de la parrillas que no se apagan en las calles del nuevo Shangrila.



Luego caminamos tranquilos y abrigados por las calles relucientes fotografiando las preciosas casas de madera muchas reconstruidas ( bien reconstruidas ) después del gran incendio de 2014.




Encantadora la placita de la estupa blanca




Todas las casas del centro son pequeños restaurantes o preciosas tiendas de objetos budistas tibetanos. Tambien muchos pañuelos de colores muy bonitos y mantas de lana y por último muchos artículos para deportes de montaña.
Aprovechamos que no llueve y nos acercamos al Parque Guishan.



Este parque contiene un moderno y bonito templo budista y La Gran Rueda de Oraciones.
Subimos muy despacio la larga escalera. Debo decir que Shangrila se encuentra a 3.200 metros de altitud y parece que esto puede provocar el mal de altura. Asi que vamos a ser prudentes, aunque la verdad es que no notamos nada. Supongo que al haber subido gradualmente la adaptación ha sido buena.
Llegamos al templo y nos recibe una multitud de banderas budistas agitadas por el aire fresco de la tarde.





Y al otro lado, sobre los tejados grises de Shangrila, aparece la Gran Rueda Dorada. Segun dicen, es la rueda de oración más grande del mundo.




Para moverla se necesita la colaboración de unos cuantos fieles. Y la verdad es que en el largo rato que estuvimos aqui no se detuvo ni un momento.




Hay un ambiente muy familiar y relajante sobre los tejados de Shangrila. Nada que ver con los recónditos y misteriosos rincones que sugiere su nombre. Pero es muy agradable estar aquí.



Ahora empieza a caer una fina lluvia y bajamos al pueblo. Estamos un rato dando vueltas de tienda en tienda. Compramos muchos irresistibles pañuelos para familia y amigos. Compramos mucho incienso para casa. Y tambien embutido de yak que va a durar poco.

Y ahora ya nos merecemos una buena cena. Con el fresquito que hace apetece algo caliente. Y nos comemos un enorme hot pot. El delicioso caldo calentito donde vamos añadiendo verduras y carnes que se van cociendo en la mesa y nos calientan por dentro y por fuera.



Las calles de Shangrila de noche estan muy bien iluminadas y andamos bajo la fina lluvia descubriendo y fotografiando nuevos rincones.
Nos han contado que a esta hora tendria que haber bailes tradicionales en las pequeñas placitas. Pero hoy estan vacias. (otra vez la lluvia )




Pero son tantas las imágenes nuevas que estamos recogiendo que no hay espacio para lamentaciones. Y llegamos a la pequeña habitación de madera agradecidos y sorprendidos a la vez de haber llegado aeste remoto y encantador lugar.
En la habitación hay un pequeño radiador eléctrico que nos va perfecto para secar nuestros mojados zapatos.




30 de julio ---



La mañana en Shangrila es muy fesca pero al salir de la pequeña habitación de madera, comprobamos con alegria que no llueve. Incluso se pueden entrever entre las nubes retazos de un cielo increiblemente azul.
Con mucho optimismo subimos a desayunar al cálido comedor. Nos espera un muy especial desayuno con productos de la zona. Café con leche de yak, mantequilla de yak, un pan muy especial y sabroso y una especie de crema blanca y especiada que nos sienta de maravilla. Y además la atención de los chicos del hotel es excelente y te sientes como en casa.
Andamos por las calles vacias hasta el parking donde nos espera Wang. Como siempre sonriente y optimista porque parece que se han retirado las lluvias y, tal vez mañana podremos completar la ruta.
Nosotros solo pensamos en las visitas de hoy que promete ser uno de los dias más especiales del viaje.

Salimos en direccion al Lago Napa. Es un lago de origen fluvial, muy cercano a Shangrila, que nos regalará preciosas estampas cotidianas de la vida rural de los tibetanos de la meseta.
Conforme nos acercamos, los verdes de la llanura se vuelven más intensos y ya encontramos muchos animales pastando en las fértiles praderas.




La mayoria son caballos que, segun vamos viendo tienen mucho éxito entre los turistas chinos para dar paseos por el lago.
También hay muchas vacas pequeñas y peludas que más bien parecen corderos (no sé como se llaman).Y, segun nos cuentan, en invierno aqui se alimentan gran cantidad de Yaks que ahora estan en las montañas. Está claro que no vamos a verlos.
Vamos rodeando poco a poco el lago y cada vez aparece más agua entre la hierba creando preciosas imágenes que nos atrapan del todo.





Cuando nos acercamos a cualquier pequeño pueblo de la orilla aparecen siempre las pequeñas estupas blancas y los típicos montones de viejas piedras rodeados de las banderas multicolores. Pastores, animales pastando, perros, verdes intensos... Imágenes para recordar siempre.





Las pequeñas estupas nunca estan solas. Continuamente vemos a las ancianas del pueblo con su vestido tradicional que se acercan, nos saludan con el tashi dalek tibetano y empiezan a rodear la estupa. Luego se sientan a tomar el sol bajo la protección de las viejas paredes.





Elegimos un pueblo al azar y caminamos por sus calles solitarias. Algun perro, muchas gallinas y niños jugando con modernos juguetes entre las viejas piedras. Observamos que casi todas las viejas, preciosas casas tibetanas estan recien restauradas o en proceso de restauración. Coservan la tradicional estructura cúbica y las pequeñas y decoradas ventanas. Pero nos llama la atención que le añaden un gran espacio acristalado en el piso de arriba que supongo simboliza la modernidad.




Deducimos que la llegada del turismo está enriqueciendo a las familias de estos remotos pueblos.
Los yaks, los caballos y el impresionante paisaje son sus tesoros más valiosos. Intuimos que la vida de estas gentes está cambiando mucho. Esperamos que para bien.




En muchos rincones encontramos este extraño artilugio de la fotografía que nos dejaba muy intrigados. Al final descubrimos que son secaderos de maiz. Ahora vacios, pero en tiempo de cosecha regalan otra preciosa estampa a estos agraciados paisajes.



Volvemos al coche despues de un bonito paseo y acabamos de rodear el lago que hacia el oeste se vuelve más profundo y donde en vez de los animales pastando encontramos barquitas de pescadores.
Ha sido una mañana perfecta y con una luz preciosa. Nos vamos cargados de bonitas fotos y muy buenos recuerdos.

Ahora la visita estrella :- el Monasterio Songzanlin - (el Pequeño Potala).
Recuerdo que cuando vi por vez primera fotos de este monasterio y comprobé que era fácil su visita, se confirmaron otra vez las certezas de que nuestra ruta china iba a llegar hasta aqui. Ahora tengo claro que acertamos. Supongo que si has visitado el Gran Potala no te va a merecer la pena. Pero para nosotros fué una visita tan fácil, tan relajante, tan entrañable y cargada de imágenes tan bonitas que seguro siempre recordaremos como una de estas visitas perfectas con que te regalan todos los viajes.

Wang nos deja en el parking de los buses que van al monasterio y nos recuerda que a la vuelta debemos coger el número 3. Y , otra vez con entrada gratis, nos bajamos del bus y llegamos a la puerta del precioso complejo.



Vamos a hacer la visita muy despacio y sin pensar, dejandonos llevar por las imágenes y las emociones. Siempre nos pasa lo mismo. Todo lo leido y aprendido se nos olvida y vivimos la visita casi desprovistos de memoria y conocimientos previos. Solo con nuestros 5 sentidos. Creo que es por eso que no podemos ir con un guia pues somos incapaces de escucharle.
Nos acercamos a las empinadas escaleras y las paredes blancas salpicadas de ordenadas ventanas de colores, se nos van haciendo próximas.




A derecha e izquierda pequeños callejones esconden rincones muy fotogénicos. Y coronando el espectáculo, arriba, tocando el cielo, los deslumbrantes tejados dorados del gran templo.
Ya llegamos a la gran plaza y nos maravillamos con las cúbicas construcciones tan simples y tan armoniosas en su decoración y con los colores tibetanos tan bien combinados.





Nos encontramos dentro del templo durante la ceremonia de mediodia. Aqui no podemos hacer fotos y nunca conseguiremos recordar toda la belleza acumulada entre estas paredes. Es casi escandalosa la colección de imágenes acumuladas y apretujadas en los intrincados pasillos. La variedad y la calidad de las figuras podria llenar un gran museo.
Tratamos de contemplar las imágenes pero más bien debemos intuirlas. Estan medio ocultas por las ofrendas y los reflejos del cristal protector. Y nada de fotos !!!.
Los cantos relajantes de los monjes acompañados con sus peculiares y desconocidos instrumentos nos acompañan durante toda la visita.
Es un ambiente indescriptible y nos llena de sensaciones agradables y desconocidas.
Todo está muy limpio y cuidado en todos los detalles. Un monasterio de lujo.
Admiramos el intenso colorido de las maderas y los barrocas pinturas de la iconografia del budismo tibetano. Gran contraste con los budas de Myanmar o Sri Lanka.




Salimos al exterior a respirar el aire limpio y fresco. Andamos por la parte de arriba del monasterio buscando rincones olvidados. Contemplamos la luminosa panorámica y pasamos un rato sentados frente al templo descansando de tantas emociones y tratando de ordenar los recuerdos.





Bajar la escalera es muy fácil y pronto el templo vuelve a ser como un decorado de fondo del paisaje.
Ahora deberiamos ir a comer (ya son las dos y media), pero nos atrae más ir en busca de la foto perfecta del monasterio reflejandose en el pequeño lago. Comer puede esperar...
Y empezamos la ruta por la izquierda caminando sobre la pasarela de madera, entre verdes arbustos y cantos de pájaros desconocidos.
Pronto nos vamos situando frente al monasterio. Primero enmarcado por verdes praderas.





Y luego llegamos al punto donde se refleja en las cristalinas aguas regalandonos imágenes perfectas.
Por detras de los dorados tejados el cielo se va oscureciendo mucho. El contraste es precioso y no llegamos a ser conscientes de la amenaza que esto supone.





Y seguimos tranquilos con el paseo y las fotos hasta que, a punto de acabar la vuelta, notamos la primera gota, el primer trueno y en un momento parece que el cielo se abre y cae un diluvio que nuestros pequeños paraguas apenas pueden contener. Llegamos a la parada del bus totalmente empapados. Y desde aqui contemplamos por última vez el Songzanlin borroso detrás la gran cortina de agua.

El trayecto hasta el pueblo dura casi media hora y nos sirve para secarnos un poco. No tenemos claro donde debemos bajarnos y el conductor no nos hace mucho caso. Asi que improvisamos ayudados por el amigo Google y bajamos muy cerca de donde empieza el casco antiguo de Shangrila.
Ahora si que sentimos el hambre. Entramos en un local vacio donde acabamos todos los dumplings (deliciosos) que les quedaban. A 1 yuan cada pieza.
Ya en la plaza donde empieza la ciudad vieja hay una especie de moderno montaje donde se muestra todo el producto típico. Muy seleccionado y muy caro pero bonito de ver. Aqui rematamos nuestra comida-merienda con unos deliciosos pinchos de yak.
La lluvia ha llegado tambien a Shangrila y nos vamos al hotel a cambiarnos de ropa y calentarnos un poco.
Un delicioso té en el comedor de madera y la visita de Wang un poco triste por la ruta de mañana. Por lo visto esta tarde ha vuelto a llover mucho y algunas carreteras estan cortadas.. La tranquilizamos pues estamos muy felices con lo que vamos viendo y si algo falla no va a ser tan grave
.
Quedamos mañana a las 8.30 y salimos a pisar las calles de Shangrila por última vez. Las últimas compras y la última cena en este moderno Shangrila que, aunque no tiene nada de remoto e inaccesible, si que es un bello remanso de paz.

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SEGUNDA ETAPA --- YUNAN 11 dias por el pais del Sur de las nubes.


31 de julio ---


En la pequeña habitación de madera pasamos un buen rato organizando el equipaje. Cada vez es más difícil meter en las maletas todo lo que vamos acumulando.
Subimos al cálido comedor a tomar el último desayuno con leche de yak. Desde la ventana vemos un trocito de la Gran Rueda de Oraciones que a esta hora temprana está girando ya.
En las calles solitarias de Shangrila vamos siguiendo a nuestras maletas y tenemos la sensación de una añoranza anticipada por lo que vamos dejando atrás.
Pero en esto consiste el viaje. Siempre camino a nuevas experiencias.



Encontramos a Wang muy triste pues se confirma que debemos suspender la ruta especial que ibamos a hacer hoy. Las sinuosas carreteras de montaña que bajan a Lijiang pasando por las terrazas de Baishuitai y cruzando la región de Samba ( origen de la etnia NAXI ), estan cortadas por numerosos desprendimientos causados por las últimas lluvias.
Solo podemos descender hasta Lijiang por la carretera nacional. No sirven de nada las lamentaciones y nos damos ánimos pensando que tendremos más tiempo para descubrir LIJIANG.
Y asi volvemos a disfrutar de las últimas imágenes de la meseta de Shangrila. Las últimas casas tibetanas y las últimas estupas.




La lluvia fina y persistente nos acompaña y volvemos a admirar el verde intenso de los valles. Encontramos algun pequeño desprendimiento que nos obliga a cortas paradas. Pero hay muchas máquinas trabajando y las paradas duran poco. El paisaje es magnífico.




Y en poco tiempo cambiamos las despejadas alturas por los misteriosos bosques del territorio NAXI, esta desconocida etnia que nos apetece descubrir.



A media mañana volvemos a encontrarnos con el rio Yangtzé. Lo cruzamos junto al monumento de los elefantes blancos y comprobamos que sigue tan poderoso y rebosante como hace dos dias.
Esto nos hace pensar que el Salto del Tigre va a seguir cerrado, pero el optimismo de Wang no se da por vencido y vuelve a la entrada de la Garganta a probar suerte. Intento inutil. La Garganta lleva tres dias cerrada y tienen que bajar mucho las aguas para que vuelva a estar abierta.

Ya lo teniamos bastante asumido y ahora ponemos la ilusión en Lijiang a la que vamos a llegar pronto.
Lo que nos toca asumir ahora es que la despedida de Wang no va a ser al final del dia con una cena como habiamos pensado. En Lijiang ya no la necesitaremos y ella seguirá viaje a Chengdú donde empezará una nueva ruta.
Hacemos en silencio los últimos kilómetros y pronto estamos pasando las maletas desde el coche a la bicicleta portamaletas que nos han enviado desde el hotel.
Estamos en la puerta norte del casco antiguo de Lijiang. Estamos junto a las típicas norias. Y aqui recibimos el más cálido abrazo que se pueda esperar de un conductor de viaje.
Nunca te olvidaremos Wang. Y creo que tú a nosotros tampoco.

Y de una manera automática, sin tener mucha conciencia de lo que nos rodea empezamos a caminar tras las maletas y el risueño conductor de la bicicleta.



AL llegar al final de la calle nos despierta de nuestro aturdimiento la voz cantarina e incansable de Jessy. Es la dueña del hotel CHEN JIE INN. El hotel tiene una muy buena puntuación en Booking por la amabilidad y eficacia de Jessy. Puntuación muy merecida como pudimos comprobar enseguida.
Ha venido a la primera placita para darnos la bienvenida y para enseñarnos unos cuantos trucos para orientarnos en el laberinto de calles de Lijiang. Nos lleva al pequeño hotel y nos repite incansable las instrucciones para localizarlo. Creo que se le ha perdido más de un huesped y seguramente nos ve mayores y despistados...
El hotel es una preciosa casa tradicional que Jessy comparte con sus padres y el perrito Titi. Las pocas habitaciones estan alrededor de un bonito patio que tambien sirve de recepción y donde el padre de Jessy ofrece su té a los huespedes.
La habitación es muy bonita y cómoda. Enseguida sabemos que vamos a estar bien aquí.



Le planteamos a Jessy nuestro plan de visitas en Lijiang. Ella, incansable, aprueba, corrige, aconseja y sobre todo resuelve. En poco tiempo ya tenemos un taxi para las visitas de mañana y el transporte al aeropuerto. Para esta tarde le comentamos que nos gustaría asistir al concierto de Música Naxi. Le hace gracia porque dice que eso no se lo piden mucho pero nos promete conseguirnos entradas. Quedamos aquí a las 6.30 para recogerlas.
Ahora ya salimos a la calle y justo al lado del hotel hay un enorme Buffet con todo lo más apetecible que podamos desear. Ya no recuerdo todo lo que probamos pero lo mejor los pinxos de Yak que tambien encontramos aqui.



Y ya en plena forma nos mezclamos con los afortunados visitantes de LIJIANG, la Joya de Yunnan.
Empezamos a andar hacia el Sur.




Andamos despacio. Nos entretiene la gente y nos entretienen los preciosos rincones que vamos descubriendo.Todo es como un decorado lleno de vida. Todo en un caos ordenado donde todo cabe y nada sobra. Casas, tejados, maderas, canales de aguas cristalinas, bonitas tiendas, puentes, fanalitos rojos y muchísimas flores por todos los rincones.




Vamos buscando el mercado pero nos encontramos de pronto frente a la Casa de la Familia Mu. Es una visita imprescindible y decidimos entrar ahora.



Se dice que la Familia MU reinó sobre los Naxi desde el siglo X. Aumentó su poder mediante alianzas con los mongoles y con los chinos imperiales frente a los tibetanos.
Tuvieron mucho poder durante siglos y su palacio era un verdadero Palacio Imperial. Fué bastante destruido durante la Revolución Cultural y muy bien restaurado últimamente.
Sacamos nuestras entradas de jubilados y empezamos a disfrutar de la deslumbrante belleza y armonia de los pabellones, jardines, pasillos, escaleras y demás rincones del recinto.






Los colores limpios y vivos de las maderas contrastan bellamente conlos tejados grises.




Fantásticas postales de China.




Andamos un buen rato por los pasillos de madera que rodean templos y pabellones y subimos hasta los miradores contemplando bonitas vistas del recinto.
De golpe otro de los imprevistos y generosos chubascos del monzón de Yunnan se precipita sobre el Palacio y sus visitantes. Todos nos refugiamos en los pasillos y pabellones disfrutando del espectáculo.
Los colores se intensifican con la lluvia. Rojos, azules, verdes y grises lucen en todo su esplendor.






La lluvia cesa y volvemos a la calle y a la vida real. Pronto encontramos el mercado del sur ( Zhongyi ) que nos deja boquiabiertos. Es enorme, muy ordenado y lleno de todo tipo de productos locales. Vamos a necesitar un buen rato para explorarlo y ahora no hay tiempo. Solo compramos una bolsa de mano que necesitamos para proteger nuestras compras más delicadas. Pero volveremos seguro.
Y caminamos de vuelta al hotel junto a los bonitos canales que corren paralelos a muchas calles.




Encontramos los tradicionales lavaderos con los estanques en niveles para distintos usos. El primero para beber, el segundo para lavar las verduras y el tercero para lavar la ropa. Vemos que todavía se siguen usando.



En el hotel recogemos nuestras entradas que resultan ser un pequeño librito con toda la historia de esta antigua Orquesta Naxi.
Andamos hasta el viejo teatro por las calles del norte que lucen espléndidas, llenas de flores y de visitantes agradecidos.




Frente al teatro, en un callejón, vemos las paredes dibujadas con los Pictogramas de la escritura Dongba. Esta es la única escritura de pictogramas usada aún en la actualidad. Parece que los sacerdotes Dongba las utilizan en sus plegarias en los rituales de nacimientos, bodas y funerales de la gente Naxi.
El moderno Lijiang aprovecha ahora cualquier ocasión para reivindicar y preservar su peculiar cultura.




Por fin a las 8 en el viejo teatro de madera, unos ceremoniosos músicos impecablemente vestidos reciben los primeros aplausos de un público poco numeroso pero muy entregado.
Los antiguos instrumentos van produciendo extraños sonidos y sugerentes melodias que nos tienen fascinados durante todo el concierto.





Salimos a la calle y todo parece un sueño. El ambiente es de fiesta y la iluminación preciosa y muy china.
La gente pasea tranquila admirando la bella Lijiang.
Llegamos hasta nuestro Buffet y cenamos en una mesa en la plaza contemplando la variedad de etnias orientales que nos rodean.
Aunque la verdad es que los más raros somos nosotros y nos lo recuerda la joven pareja que, timidamente, nos pide permiso para sentarse con nosotros y nos dan a probar todos los deliciosos platos que ellos comen. Y todo con una encantadora sonrisa.
Buenas noches Lijiang. Mañana más.




1 de agosto ---

Hemos pasado una buena noche en la bonita habitación. Estamos descansados y con muchas ganas de seguir explorando el mundo de los Naxi.
Este hotel no tiene desayunos y a las 8 ya salimos a la calle buscando algo para comer. Pero en Lijiang, como buena ciudad de vacaciones, todo el mundo duerme. A esta hora podemos disfrutar en soledad de las bonitas calles que, con la luz de la mañana, lucen aún mejor.
Empiezan a salir los primeros paseantes y a abrir los primeros locales. Podemos desayunar fruta, zumo, churros y iogur.
Y volvemos al hotel pues tenemos contratado el taxista para las 9. Nos espera en la puerta norte por donde llegamos ayer. Pero Jessy no se fia de nuestra orientación en Lijiang y se empeña en acompañarnos. Por el camino nos habla de las maravillas del otoño en Lijiang cuando no hay nubes, ni lluvias y el cielo tiene un maravilloso azul.
Hoy el dia no está mal. A las 9 en punto llega nuestro pulcro taxista con su gran cochazo. Es joven, risueño y no habla nada de inglés.
Empezamos camino hacia el norte. La primera visita que yo habia pedido era el templo Yufeng, más que nada porque sabía que estaba en las faldas de la montaña del Dragón de Jade y siempre nos apetece ver paisaje.
El coche nos deja en un gran parking y por señas nos dice que nos va a esperar más abajo ( en el otro parking ).
Pasamos la entrada y nos encontramos realmente con un exhuberante paisaje y con un gran lago lleno de peces dorados, cascadas y al fondo la enorme figura dorada de una extraña diosa.



Esto no nos parece para nada un viejo templo budista. Nos leemos el folleto que nos dieron en la entrada y empezamos a deducir que estamos en el Jade Water Village del que no teniamos ninguna referencia. No sabemos si es un error o un regalo del chofer pero vamos a disfrutarlo.
Nos acercamos a la extraña Diosa y deducimos que es la Diosa de las Aguas del Jade. La montaña del Dragón de Jade es la más importante de la zona y todas las aguas de Lijiang provienen de ella.




Comprobamos la devoción de la gente Naxi por esta diosa y demás extrañas figuras de animales que la acompañan. Parece que su religión se basa mucho en el culto a la naturaleza y a todos sus elementos.




Encontramos un desconocido monumento de piedra negra que resulta ser un crematorio Naxi.



Y asi vamos entendiendo que este espacio siempre habia sido sagrado para el pueblo por ser el origen de las aguas de Lijiang. Y ahora con el auge económico de la región lo han convertido en un gran parque donde venerar y preservar los principales elementos de la cultura Naxi.
Subimos al templo a contemplar extraños dioses.




Y disfrutamos con el Pueblo de las Aguas del Jade y su precioso entorno.




Encontramos reproducciones de casas típicas. Pequeños talleres donde se enseñan oficios tradicionales. Espacios para conciertos y danzas...
Disfrutamos de un ameno museo con mucha información de esta desconocida cultura. Paredes llenas de preciosos murales explicando los numerosos mitos de los Naxi. Su literatura es muy rica en fábulas y mágicas historias.




Tambien una galeria con fotos de gente Naxi con sus fiestas y trajes tradicionales. Aprendemos a distinguir un poquito los rasgos faciales naxi - los pequeños ojitos y la piel morena y ruda de los habitantes de las montañas -




El parque es enorme, pero ya nos sentimos satisfechos con lo visto y volvemos al parking después de comprarnos unas tortas en el bien surtido restaurante.
El chofer sonrie y nosotros tambien. No tenemos idea de que estará pensando pero todo va muy bien.
Ahora nos lleva a la orilla de un precioso lago ( el Lago del Jade ) muy venerado y visitado y lleno tambien de viejas y fantásticas historias de la mitologia Naxi.
Siguiendo con el afan de preservar y promocionar su cultura, aqui tambien han reproducido una larga pared con los pictogramas Dongba que vimos ayer en Lijiang. Y una especie de extraño totem junto al camino del lago.




La próxima parada es en YUHU . El pueblo de montaña con todas las casas de piedra. Como un pueblo de los Pirineos pero siempre con los fanalitos rojos y los tejados curvos.




Todos los habitantes del pueblo utilizan los caballos para su trabajo. Es un pueblo muy auténtico todavia. Aunque parece que ya el turismo lo va descubriendo y posiblemente empiece pronto su trans formación.




Y anora nos vamos a Baisha.
Baisha es otro importante pueblo Naxi, mucho más pequeño que Lijiang pero importante por ser el origen del clan Mu del que ya hablamos ayer.



Ahora Baisha es otro destino turístico muy visitado. Sus calles rurales conservan aún mucho encanto, aunque estan invadidas por pequeños restaurantes y preciosas tiendas con auténticos tesoros.
Se estan promocionando mucho los talleres de bordado. Estuvimos visitando uno y realmente hacen trabajos muy bonitos y delicados. Disfrutamos mucho viendo las maravillas de la exposición - tienda. Muy tentador pero demasiado caro para nuestro presupuesto. La gente muy amable y poco insistente.




Las calles son mucho más solitarias que en Lijiang. Hay un ambiente muy tranquilo y comemos de maravilla en uno de los bonitos restaurantes.
Despues de callejear y hacer alguna compra nos vamos en busca de la otra visita recomendada - los Frescos de Baisha -.
La famosa familia Mu fué siempre muy amante de las artes y en especial de la pintura. Y asi estuvieron por aquí pintores chinos, tibetanos, naxis o bais plasmando en templos y palacios lecciones de historia y religión. Muchos de estos frescos se han perdido pero en el Palacio Dabaoji se conserva una pequeña muestra.




La visita se conplementa con una exposición de objetos cotidianos y muchos paneles informativos.

Volvemos al parking para ir al último punto de la ruta -el Estanque del Dragón Negro -.
Se encuentra ya tocando a Lijiang y es la clásica postal de Yunnan que tanto se utiliza para su promoción turística.
El chofer nos deja en el parking, le pagamos lo acordado y nos despedimos. El regreso a Lijiang se puede hacer en un bonito paseo.
Y nos acercamos despacio hasta la orilla del lago.




Realmente todo es una bella composición que parece creada por un artista sobrenatural. Y eso que por culpa de las nubes de verano le falta la guinda. La Montaña blanca del Dragón de Jade reflejándose en las cristalinas aguas.
Andamos hasta el puente, hasta el pabellón, andamos por la orilla y nos sentamos un buen rato tratando de empaparnos de esta perfecta belleza.
Sabemos que hay por aqui un museo de cultura Dongba, pero con lo aprendido hasta ahora nos sentimos satisfechos y nos limitamos a la vida contemplativa. Vale la pena.




El sol empieza a caer y es hora de volver a la realidad. El camino a Lijiang corre paralelo al gran canal que lleva las aguas a las calles de la ciudad. Pronto llegamos al comienzo del viejo Lijiang, pero nos vamos un poquito a la parte nueva a buscar un Banco de China para cambiar otra vez ( la última ? ). Todo muy fácil y correcto.
De nuevo las norias que marcan el principio del casco viejo. Ahora vamos a explorar las calles que suben a la Colina del Leon. Hay mucha gente que sube por las callejuelas para ver el precioso atardecer. El cielo se ha despejado bastante e incluso durante unos momentos podemos ver la mítica silueta del Dragón de Jade por entre las nubes. Tiene mucha razón Jessy, esto con el cielo azul debe ser espectacular.
Empiezan a encenderse las luces. Bajamos, compramos, comemos en la calle ( delicioso ).
Y acabamos con una fresquita cerveza en la placita del centro junto al precioso callejón de nuestro hotel.



Es la última noche en Lijiang.

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SEGUNDA ETAPA --- YUNNAN 11 dias por el pais del Sur de las Nubes.



2 de agosto ---

Hoy va a ser uno de estos dias difíciles que siempre toca vivir en todo viaje. En primer lugar porque vamos a alejarnos de Yunnan, y tambien por los problemas en el vuelo de salida.
A las 8 de la mañana ya tenemos recogida la habitación y bien colocadas nuestras cosas en las maletas. Asi que salimos a las vacias calles para vivir intensamente las 5 horas que nos quedan en Lijiang. Casi todas las tiendas estan cerradas y solo unos pocos madrugadores disfrutamos de la belleza de una Lijiang solitaria.




Nuestros pasos nos llevan sin dudar a visitar con tiempo el mercado del sur, el mercado Zhongyi que tan buena impresión nos causó el primer dia. Es el gran mercado de Lijiang. Aquí acuden cada mañana hombres y mujeres, ancianos y jóvenes para comprar los productos frescos que van a usar durante el dia, para sus casas o para sus restaurantes.



Nos llama la atención su limpieza. A pesar de ofrecer todo tipo de alimentos no se nota ningun mal olor como ocurre en otros mercados. Todo está muy ordenado, los pasillos son anchos, el suelo limpio y es muy agradable pasear por aquí.
Las frutas y en especial las hortalizas son todo un espectáculo y otra vez me maravilla el sistema de compras con la abierta cesta - mochila a la espalda donde van colocando todos los alimentos sin necesidad de envoltorios inútiles. Lo hace todo el mundo aunque algunos jóvenes ya llevan la mochila de plástico en lugar de la de paja.
Capítulo aparte merecen las setas de Yunnan. Las hemos visto en todos los mercados, aunque aquí encontramos muchísima cantidad y variedad. Mi marido que es un apasionado de las setas se maravilla de encontrar juntas todas las especies que conoce y otras que no conoce en abundancia y a unos muy buenos precios.
Tambien vemos muchos puestos de hierbas medicinales y mucha gente comprando y consultando. Creo que para ellos estos puestos sustituyen a las farmacias. Lástima de no poder compartir conocimientos.





Hay tambien muchos puestos que preparan comida, para llevar o para comer aquí. Nos comemos unos deliciosos churros.
Y nos llama la atención la zona donde preparan el pato. Como los asan en unos viejos hornos despues de confitarlos con algo que les da un aspecto dorado irresistible. No vamos a dejar China sin comernos un buen pato !!!





Y ya toca dejar el mercado después de curiosear un poco las telas, objetos de decoración y las típicas artesanias.



Y ahora vamos a pasear despacio desde el mercado del sur hasta la puerta norte por la parte oeste al pie de la colina del León.
Descubrimos aún preciosos nuevos rincones. Las frescas aguas de los canales, la vida de la gente, preciosas pequeñas casas y grandes mansiones.





En una de las calles hay un grupo de niños dibujando atentamente los agraciados rincones bajo la atenta supervisión de su joven maestro. Hacen unos bonitos trabajos.
Y seguimos fotografiando y contemplando el espectáculo de preciosas flores de todos colores y especies que llenan las calles de Lijiang. Me maravilla contemplar juntas especies que para mi son de verano como begonias o alegrias junto a las rojas ponsetias que adornan nuestras navidades. La magia de Lijiang.






Estamos ya en la puerta norte. Mucha gente fotografiando las típicas norias. Y tambien el extraño artefacto de madera que descubrimos en Shangrila y que aquí lo tienen lleno de espigas de maiz para que todos nos llevemos una buena foto.
Hay un Starbucks con buenas vistas y buen café que nos sirve para despedir Lijiang.




Ya son más de las 12 y volvemos al hotel donde nos tomamos el té de despedida mientras jugamos con Titi y tenemos la última charla con Jessy en el bonito patio del Che Jie.



Y ahora toda pasa muy rápido. El sonriente transportista de la bicicleta carga nuestro equipaje y andamos otra vez hacia el sur siguiendo a la conductora del taxi hasta el parking de detrás del mercado.
Nos despedimos con sonrisas pero nunca con propinas. Todavía me parece increible.
Carretera al aeropuerto. El paisaje sigue precioso y el cielo con esta mezcla de grandes nubes y trozos de cielo muy azul. Ultimos recuerdos del cielo de Yunnan.

El aeropuerto es pequeño y tranquilo. Facturamos rápido y enseguida empiezo a recibir correos de Ctrip avisando de retrasos en el vuelo a Guilin.
Compramos con Ctrip los 3 vuelos internos que usamos en China. Fácil el proceso de compra y eficiente servicio como pudimos comprobar en esta larga tarde.
El vuelo iba a salir a las 3 de la tarde. Con el primer retraso anunciaron la salida para las 5 y luego un nuevo aviso de Ctrip - salida prevista a las 6 -, luego a las 7, 7.30.....Al final el vuelo salo de Lijiang a las 9 de la noche.
Nadie nos contó las causas del retraso.
Pasamos la larga tarde sentados entre muchas familias con niños que iban o venian de sus vacaciones.
Pasamos la larga tarde recordando, ordenando y escribiendo.
Bebimos tazas del té gratis que hay en todos los aeropuertos y comimos galletas.
Sobre las 7.30 nos dieron a cada uno una bandeja con una completa cena. Mucha amabilidad pero ninguna explicación.
Y mientras ibamos intercambiando correos con el hotel de Guilin con quienes teniamos contratado servicio de recogida en el aeropuerto. Y lo malo es que no podiamos darles la hora definitiva. Quedamos en avisarles cuando pudieramos embarcar.
Y asi fué nuestra salida de Yunnan. Difícil, como si el destino supiera que no queriamos irnos y nos regalara una tarde en el pequeño aeropuerto de Lijiang.


- GUILIN -

Pasada la medianoche aterrizamos en Guilin.
Y la prueba fué dura incluso para unos viajeros optimistas como nosotros. El chofer que nos estaba esperando se notaba que habia acabado toda su paciencia y no lo disimulaba. Nos recibió callado y con el ceño fruncido y se puso a conducir a toda velocidad por las oscuras y solitarias carreteras hasta Guilin.
Ya en la ciudad todo nos pareció muy oscuro y caótico. Y nos pareció muy triste la calle del hotel. Y el oscuro vestíbulo y el somnoliento recepcionista que nos entrega un papelito con nuestro nombre con la llave de la habitación. El contraste con las imágenes que teniamos en la cabeza era demasiado.
Ya estamos solos al pie de la amplia y desnuda escalera con tres pisos entre la habitación y nosotros. Resignación y maletas para arriba. En los numerosos descansos no dejamos de extrañarnos de la austeridad y desnudez del espacio después de tantos dias de refinadas y coloridas decoraciones.
La habitación nos anima un poco. Es muy espaciosa. No tiene armarios como todas las habitaciones en China, pero hay mucho espacio para movernos y deshcer comodamente las maletas. el televisor funciona y hay un gran escritorio con un austero sillón. El cuarto de baño tambien amplio y austero.
Me acuerdo muy bien porque el contraste con los hoteles de Yunnan es brutal.
Es el hotel CENTRAL WADA HOSTEL y debo adelantar que al final nos va a caer bien.
Mañana pondremos nuestro empeño en descubrir las cosas buenas de Guilin que seguro las tiene.

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