Nambots (Namibia Y Botswana) ✏️ Blogs de Africa Sur21 días en 4x4 por libre. Incluyendo Zimbabwe para ver las cataratas Victoria.Autor: Daniorte Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (20 Votos) Índice del Diario: Nambots (Namibia Y Botswana)
01: Preparación
02: Día 1: Llegada al desierto
03: Día 2: Sossusvlei - Ganab
04: Día 3: Welwitschia drive y Swakopmund
05: Día 4: Cape Cross y Uis
06: Día 5: Etosha. Okaukuejo (I)
07: Día 6: Etosha. Okaukuejo (II)
08: Día 7: Etosha. Halali
09: Día 8: Etosha. Namutoni
10: Día 9: De Etosha a Rundu
11: Día 10: Rundu - Mavunje (Caprivi)
12: Día 11: Llegada a Kasane (Chobe)
13: Día 12: Cataratas Victoria (Zimbabwe)
14: Día 13: Chobe. Ihaha
15: Día 14: Chobe. Savuti
16: Día 15: Moremi. Khwai Norte
17: Día 16: Moremi. Xakanaxa
18: Día 17: Moremi. Third Bridge
19: Día 18: Third Bridge - Maun
20: Día 19: El Okavango desde Maun
21: Día 20: Maun - Windhoek
22: Día 21: Windhoek y fin del viaje
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Etapas 4 a 6, total 22
La noche ha sido ventosa pero hemos dormido relativamente bien.
Nos hemos levantado antes del amanecer. Con los grillos aun rodeando el campamento hemos ido recogiendo. Cuando el alba empezaba a clarear hemos empezado el camino. Hoy la idea es llegar a Swakopmund y si llegamos a tiempo hacer un tour por el desierto por la tarde. Hemos empezado yendo hacia lo que llaman la Welswitchia drive. Se llama así por las plantas típicas de namibia que son fósiles vivientes y tienen la fama de ser la planta que no muere. Antes de alcanzar la Welswitchia drive hemos recorrido parte de sabana acompañada con el amanecer que brindaba una postal de national geografic total. Tras abandonar la zona de sabana volvemos a desierto. La Welswitchia drive discurre por una parte tremendamente árida que forman badlands. Además es una zona rica en uranio y se ven vestigios de minería y carteles de zona de extracción de uranio. Muy apocalíptico. Al llegar a la Welswitchia drive comenzamos a ver las primeras welswitchia. A quien no le guste el tema puedo entender que se quede indiferente pues no son para nada fotogénicas. Realmente son una rareza tan extrema que, junto con el paisaje lunar, hacen que merezca la pena ir a verlas. Se ven muchas y alguna bastante grande. Se llega a un punto en el que se encuentra un ejemplar que dicen ser milenario y es la zona más bonita. Una llanura tapizada con una especie de gramínea y con welswitchias salteadas por doquier. De la welswitchia drive, a nuestros 80 km/h, hemos llegado a Swakopmund sobre las 12:30. Como hemos llegado temprano hemos adelantado el tour que teníamos para mañana para esta tarde. Swakopmund es un fallo en matrix. Una ciudad de estilo alemán pero en medio de África. Es heredera del colonialismo alemán y refugio actual de sudafricanos y namibios blancos que lo tienen como centro de veraneo. Hemos parado a comer y nos hemos metido en un restaurante de hamburguesas. A las 14 hemos ido al hostal donde dormimos. Una casita bastante grande que la regenta una pareja de boers sudafricanos que se fueron de Sudáfrica en 2008 por la inseguridad que decían vivir. Tras dejar las cosas nos han recogido para hacer el tour. El tour consiste en ir a la zona de desierto que hay junto a Swakopmund a buscar "la vida en el desierto". El tour está bien, ves dunas muy bonitas, puro desierto y al final hemos visto un camaleón, una lagartija namibia y un chacal pero por 50 euros por persona que te clavan se me hace caro. Aun así merece la pena... con el calor que caía casi nos da una pájara eso sí. A las 18 estábamos de vuelta y como aquí se cena tempranísimo pues nos hemos ido a un bar que nos ha recomendado el boer en el que hemos tomado unas cervezas con un atardecer. Tiger Reef. Muy chulo. Hoy el día ha estado bonito, sacado de Mad Max, al menos nos hemos podido duchar tranquilamente y quitarnos medio Namib que llevábamos en el cuerpo y la cabeza Etapas 4 a 6, total 22
Como ayer hicimos por la tarde el tour del desierto hoy nos hemos levantado sin prisa. Fácil hemos dormido 9 horas. Bien aprovechadas porque hasta dentro de una semana no volvemos a tocar una cama.
Parte de la mañana la hemos echado por Swakopmund. Hemos ido a comprar cosas para reponer y a cambiar dinero. El problema con el dinero aquí es que te dan miles de billetes para poquísima cantidad. Hemos cambiado 300€ que son unos 4800 dólares Namibios y prácticamente nos lo han dado todo en billetes de 20. Te juntas con un taco de billetes que da miedo. Después de comprar hemos ido a desayunar tranquilamente en la casa y tras despedirnos del hombre del alojamiento hemos empezado el día. Hoy es un recorrido sin muchas complicaciones por la que llaman la costa de los esqueletos. Se llama así porque las condiciones del mar son tan malas que hay varios pecios en la costa. Toda la costa sigue perteneciendo al desierto del Namib. No hay ni una construcción salvo un pequeño pueblo pesquero desde Swakopmund hasta Angola. Es toda una llanura salina con ocasionales desvíos que bajan a la playa en la que muchos namibio van con el 4x4 a pescar. La primera parada ha sido uno de los famosos pecios que hay en la costa, El Zeyla. Una imagen bonita del barco encallado en la costa con cormoranes secándose las alas en el esqueleto del barco. Hemos ido parando en muchos de los desvíos que hay para pescar y hemos intentando mojarnos los pies para comprobar que el agua esta heladísima. La carretera al menos es buena y puedes ir rápido. No está asfaltada pero es como sal prensada sin baches que fácil te pones a 100, y en este caso no salta la alarma del coche. El punto fuerte del día es la colonia de leones marinos del cabo. Es una de las mayores colonias de leones marinos y se encuentra en Cape Cross. Antes de llegar pasas por unas salinas donde pagas el permiso y en tres kilómetros llegas a Cape Cros. Nada más bajar del coche te das cuenta de las dimensiones de la colonia. Son miles de leones marinos, sin exagerar. La peste es brutal. Como un olor a orín concentrado mezclado con putrefacción y heces. Ni poniéndote la mascarilla se amortigua. El olfato se acostumbra un poco pero es un espejismo porque de golpe te vuelve otra ráfaga. Aun así el espectáculo es tan brutal que aun con la peste hemos estado una hora y media recorriendo la zona. Los leones marinos se agolpan en las sombras, están por todos lados. En el mar se ve una mancha inmensa de leones marinos que saltan surfeando las olas. El sonido es la constante llamada de las crías buscando las madres y el sonido de las que están amamantando. En Galápagos vi la colonia de San Cristóbal, que en su momento me parecieron un montón de leones marinos, pero esto es lo de Galápagos multiplicado por 15. La pena es que entre tanto leones marinos se ven muchas crías muertas cuando no moribundas. Si te fijas por el suelo se ven esqueletos y restos de leones ya casi disecados. Con el número de leones marinos que hay es normal que mueran bastantes al no encontrar a su madre o al ser rechazados por esta al traer una nueva camada. Se llega a ver como las gaviotas se pelean por picotear los restos de una cría muerta hace relativamente poco. Dejando a un lado el olor a muerte y pis es una experiencia tremenda estar rodeado de miles de leones marinos. Una vez hartos de leones y con la peste metida en el cerebro y en la ropa hemos vuelto sobre nuestros pasos para coger el desvío a Uis. Antes hemos parado en la playa para comer unos sándwiches e intentar reiniciar las fosas nasales. El camino hacia Uis es una hora y media de pura recta en la que nos vamos alejando del desierto y nos adentramos en paisaje de sabana con las montañas Bradberg al fondo, "El techo de Namibia". Kilómetros antes de llegar a Uis la carretera está rodeada de puesto de piedras, decorados de las formas más pintorescas y en los que si te paras y coges una piedra, dejas el dinero a voluntad en un bote y sigues el camino, nadie los atiende. Hemos llegado a Uis a las 17. Es un pueblo con poco interés más que el estar a medio camino entre Etosha y Swakopmund. Hemos elegido un camping que le ha dado el encanto total al dia, Daureb Isib Campsite. Un camping lleno de cactus, súper bien cuidado con zonas de camping enormes con su aseo, lavabo y barbacoa propias. El camping tiene unas vistas preciosas a las Bradberg y entre los bichos, las lagartijas y los pájaros he echado el rato. Ya de noche hemos vuelto a hacer barbacoa. Lo malo de la época en la que hemos venido es que nos anochece a las 19. Una horita más nos haría un mundo peor bueno, con lo que tardamos en hacer las brasas aún nos falta tiempo Etapas 4 a 6, total 22
Con el amanecer hemos arrancado hacia Etosha. Nuevamente nos ha acompañado un amanecer precioso. Estos colores del amanecer y del atardecer solo los he visto en África, imagino que será por las grandes llanuras junto con el polvo en suspensión de los grandes desiertos, se tinta el cielo con unos tonos súper saturados que son una maravilla.
Desde Uis hasta Etosha es la muerte a pellizcos. Son 4 horas. La primera hora por gravilla a 80 y el resto por pista asfaltada a 120 km/h, pero son literalmente dos rectas, tal cual. Es todo paisaje de sabana y lo único es que no te puedes despistar porque se te cruzan de vez en cuando vacas o monos. Lo que más ha amenizado semejante aburrimiento de conducción ha sido la radio. Aquí hablan un idioma que usan sonidos superpuestos como clics y chasquidos, se llama Khoekhoe y solo el nombre del idioma ya es impronunciable. Es una paranoia porque parece que estén hablando dos personas a la vez. El otro día en el tour del desierto los guías lo hablaban también. Curiosísimo. Hay hasta música cantada en ese idioma. A las 11 hemos llegado a Etosha. Nos invadía la misma sensación que cuando entramos al Kruger, hace ya 4 años, y estábamos pendientes de cuál sería el primer animal a ver. Quitando los impalas, que son una plaga, lo primero que hemos visto a dos kilómetros del campamento ha sido un león. El tío estaba metido en el matorral y se le veía la cara pero imposible sacarlo decente. Hemos esperado un rato y lejos de salir se ha metido aún más en el matorral y se ha tumbado boca arriba. Dejando al león atrás hemos llegado al campamento de Okaukuejo. El campamento es famoso porque tiene una charca que atrae una barbaridad de vida y la puedes ver cómodamente sentado en los bancos. Si pones Okaukuejo live en YouTube sale el video en directo. El campamento aun así está un poco dejado pero bueno tiene su punto con la zona central en forma de castillo. Tras hacer el check in hemos vuelto a ver si el león había cambiado de posición... nada, sigue bocarriba dentro del “bush”. Así que hemos vuelto al campamento y hemos comido un par de sándwiches con patatas, en el restaurante del campamento, a precio de filete de kudu madurado durante tres años en las cuevas de Damaraland. Ya comidos hemos cogido el coche y hemos recorrido una serie de charcas que hay cerca. En la primera charca nos hemos encontrado gran cantidad de cebras y ñus bebiendo agua y restregándose en la arena. En la segunda charca una jirafa bebiendo junto con kudus y más cebras. Por el camino nos hemos ido encontrando con elefantes y jirafas. La tercera charca ha sido en la que hemos encontrado una familia de elefantes bebiendo y justo cuando volvíamos hacia el campamento se nos ha cruzado por el camino un rinoceronte negro. He acelerado para ponernos a su altura y cuando hemos parado el tío ha girado como un toro loco y se ha puesto a restregar la pata preparándose a embestir. Mi pareja me gritaba y yo le apretaba al acelerador pero el coche al ser automático no arranca de sopetón, cuando al final hemos salido escopetados llevábamos buen subidón de adrenalina. Vaya bicho el rinoceronte. Habrán sido 30 segundos en total pero 30 segundos de locura. El safari tiene que te comes mucho tiempo viendo nada más que matorrales, o bush como le dicen aquí, pero un solo encuentro como el del rinoceronte hace que merezca la pena la búsqueda. A la vuelta hemos pasado por una última charca con dos avestruces escasos y ya en el campamento mientras nos hemos echado unas cervezas sentados frente a la charca viendo la vida pasar. Mientras caía la tarde se ha dejado ver un grupo de jirafas bebiendo, un facocero, cebra, un zorrillo... todo eso sentados comodísimamente en un banco y, sorprendentemente, todo el mundo en silencio. La gente lo respeta bastante. Ya de noche y tras comernos unos sándwiches frente a la charca nos hemos duchado y hemos vuelto a la charca. Por la noche es cuando se acercan los rinocerontes, desde finales de mayo junio hasta que vuelven las lluvias acuden con casi seguridad todas las noches. A las 20 ahí estaba una pareja de rinocerontes bebiendo agua tras las jirafas, han llegado a juntarse 4 rinocerontes hasta que ha llegado un elefante y los ha echado y con ellos a nosotros. Un día con una paliza mañanera de coche pero bien recompensado con la alegría de ver tantísima vida. Etapas 4 a 6, total 22
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