![]() ![]() 12 días por Noruega: Bergen - Tromsø - Islas Lofoten - Oslo ✏️ Blogs de Noruega
Paisajes de ensueño y auroras inesperadas más allá del Círculo Polar Ártico en agosto de 2023Autor: Lapilvi Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (9 Votos) Índice del Diario: 12 días por Noruega: Bergen - Tromsø - Islas Lofoten - Oslo
01: PREPARATIVOS
02: DÍA 1 – Vuelo MADRID-BERGEN y visita de BERGEN
03: DÍA 2 – BERGEN
04: DÍA 3 – Vuelo BERGEN-TROMSØ y visita de TROMSØ
05: DÍA 4 – TROMSØ y embarque a las ISLAS LOFOTEN
06: DÍA 5 – Navegación y llegada a LOFOTEN: SVOLVÆR
07: DÍA 6 – LOFOTEN: KABELVÅG-HENNINGSVÆR-GIMSØY-BUKSNES-BALLSTAD- ¡y AURORAS!
08: DÍA 7 – LOFOTEN: HAUKLAND-UTTAKLEIV-NUSFJORD-FLAKSTAD
09: DÍA 8 – LOFOTEN: RAMBERG-KVALVIKA BEACH-HAMNØY-REINE-Subida al REINEBRINGEN
10: DÍA 9 – LOFOTEN: SAKRISØYA- Å -MOSKENES-Embarque a BODØ
11: DÍA 10 – Vuelo BODØ-OSLO y visita de OSLO
12: DÍA 11 – OSLO
13: DÍA 12 – Vuelo OSLO-MADRID y fin de la historia
14: DATOS INTERESANTES
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Etapas 7 a 9, total 14
26 de agosto de 2023. Desayunamos un día más en un hotel Scandic. El desayuno buffet del Scandic Vestfjord Lofoten, en Svolvær, es mejor que el de Tromsø, pero no tan bueno como el de Bergen.
![]() Cerramos las maletas y vamos a por el coche que hemos alquilado para recorrer las islas Lofoten. Hicimos la reserva del coche con la compañía Rent A Car Lofoten: www.rentacar-lofoten.com/ porque era la única que nos permitía devolverlo en un lugar diferente de la recogida. Las demás compañías, o directamente no lo permitían, o cobraban unos suplementos desorbitados del orden de 700 € o así… Las indicaciones eran que recogeríamos el coche en el puerto de Svolvær, así que nosotros pensábamos que esta empresa tendría unas oficinas allí. Lo curioso fue que el día anterior nos enviaron un email diciendo que oficina no hay, que nos dejaban el coche abierto, con las llaves debajo de la alfombrilla, junto a la terminal de los ferrys y barcos, y que nos sirviéramos nosotros mismos. ![]() ![]() Hicimos fotos de algunos pequeños arañazos que tenía la chapa, se los enviamos a la empresa para dejar constancia, e iniciamos nuestro viaje por las Lofoten. En general, todo el tiempo recorreremos la carretera E10, que es la que vertebra todo el conglomerado de islas que conforman el archipiélago de Lofoten. Pararemos en todos los lugares interesantes que pillen de paso, y nos desviaremos por carreteras secundarias para ir a puntos más alejados. La E10 es una carretera de un solo carril por sentido, que casi siempre se convierte en un único carril al llegar a los puentes que conectan las islas e islotes. Es muy normal encontrar al inicio de cada puente un semáforo regulando el paso para cada sentido. El recorrido de hoy será desde Svolvær hasta Ballstad, donde tenemos el alojamiento para esta noche. ![]() A pocos kilómetros de Svolvær hacemos la primera parada en Kabelvåg para ver la Iglesia de madera Vågan Kirke, la segunda iglesia de madera más grande de toda Noruega, con capacidad para 1.200 personas. Se encuentra situada junto al mar, una ubicación muy bonita. ![]() ![]() Seguimos carretera hacia Henningsvær, para lo que nos desviamos por la 816. Por el camino atravesamos puentes, lagunas de aguas color esmeralda y rincones especialmente bellos. ![]() ![]() ![]() ![]() A Henningsvær no se puede entrar con coche; hay que dejarlo en el parking que hay a la entrada. Es un parking con parquímetro, pero hay aseos gratuitos, cosa rara porque lo normal es que en todas partes son de pago. Henningsvær es una población muy pequeñita, como todas en las Lofoten. Fundamentalmente son dos islitas unidas por un puente, rodeadas de un montón de islotes aún más pequeños. Tenemos mucha suerte con el tiempo, porque está totalmente despejado, y el mar produce unos reflejos intensos del azul del cielo, de las montañas y de las casitas de madera. ![]() ![]() ![]() ![]() En Henningsvær está el famoso campo de fútbol de las Lofoten que aparece en muchas vistas aéreas de las islas (tecleando en Google salen inmediatamente las imágenes a las que me refiero). Habíamos leído que desde el faro hay una buena vista del campo de fútbol, parecida a las vistas aéreas, pero el camino que lleva hasta el faro está actualmente cortado con un cartel que dice “propiedad privada”, así que nuestro gozo en un pozo. Nos tenemos que conformar con verlo a ras de tierra, que es un punto de vista que no tiene demasiado interés porque es un campo sin más, como cualquier otro. Lo bonito es verlo sumergido en su entorno, desde arriba. En Henningsvær encontramos también muchos secaderos de pescado como los que veremos en todas y cada una de las poblaciones de las islas, pero la época en que se cuelga el pescado es de febrero a mayo, por lo que en agosto vamos a encontrar todos los secaderos vacíos. ![]() Tras comer en unos merenderos junto al puerto, abandonamos Henningsvær y deshacemos carretera para continuar por la E10. A la altura de Lyngvær hay una escultura-espejo junto a la carretera que forma parte de una serie de arte moderno que hay por todo Noruega, y que por lo visto produce originales reflejos del paisaje. Pero tenemos que pasar de largo porque no vemos la posibilidad de dejar el coche cerca. Nuestro siguiente destino es Gimsøy, para lo que tenemos que volver a salir de la E10 y recorrer 7 km hacia el norte. Queremos ver la fotogénica iglesia blanca que hay al borde del mar. ![]() ![]() La iglesia de Gimsøy es uno de los escenarios más cotizados por los fotógrafos en las islas Lofoten las noches de aurora. Regresamos a la E10 y enseguida nos volvemos a desviar por la 815 para ir hacia Valberg, donde hay otra pequeña iglesia también muy apreciada por los aficionados a la fotografía. El lugar es espectacular, entre una playa de arena finísima y blanquísima, y las montañas, aunque a nosotros nos gusta menos que la de Gimsøy. A estas horas ya está el sol un poco bajo y las propias montañas dejan todo el paraje en una sombra muy anodina. Tampoco mi cámara es nada del otro mundo ![]() ![]() Teníamos planificado como opción pasar por Bostad a ver el Lofotr Vikingmuseum (Museo Vikingo), pero cierra a las 17:00 y ya es tarde, así que vamos ya hacia Ballstad directamente, donde tenemos el alojamiento para esta noche: una cabaña de madera en el borde del mar. Para ello no necesitamos volver a la E10, ya que podemos continuar por la 815 y evitamos el rodeo. La 815 va bordeando la costa, y el paisaje es todo el tiempo una preciosidad: un mar muy azul, riscos que emergen de la orilla, islotes escarpados en el horizonte… ![]() A veces nos cruzamos con grupos de ovejitas, lo que nos recuerda mucho a las carreteras de Islandia. ![]() Atravesamos Leknes, la población más importante de esta zona de las islas, donde está el Vestvågøy Museum, con la historia de los pescadores de la zona, para quien le pueda interesar. Pasamos de largo porque nos parece una ciudad con menos interés turístico. Poco antes de llegar a Ballstad nos detenemos junto a la Buksnes Kirke (Iglesia de Buksnes). Es una original construcción de madera roja de estilo “dragón”, un diseño que fue muy popular en los países nórdicos a principios del S. XX. Fue construida en 1905 tras incendiarse la que había anteriormente en el lugar al caerle un rayo. ![]() Llegamos por fin a nuestro alojamiento para esta noche en Ballstad. Es una auténtica cabaña de pescadores rehabilitada, de madera sobre postes, de las conocidas como "rorbuer" en noruego. Dispone de salón-cocina, dos habitaciones y un baño, y nos enamora nada más verla. El alojamiento se llama Kræmmervika Rorbuer – The Blue Pearl. La localización de por sí ya es una maravilla: al mismísimo borde del mar, formando parte de un grupo de cabañas, cada una de ellas de un color, con un embarcadero. El conjunto es una preciosidad. ![]() ![]() ![]() ![]() Este alojamiento nos ha sorprendido muy gratamente. El precio fue de tan sólo 130 €/noche en Booking, muy económico tratándose de Noruega. Lo recomiendo vivamente. Pero todavía nos queda una emocionante sorpresa más para el día de hoy. Aunque estamos a 26 de agosto y la temporada de auroras suele ser a partir de mediados de septiembre, hemos pecado de tontorrones y nos hemos descargado la aplicación “Aurora” por si sucede un milagro... Esta aplicación da las probabilidades de que haya auroras según la zona en que te encuentras, la hora y la nubosidad del cielo. ¡Desde luego, hoy está absolutamente despejado! La aplicación nos da un índice KP de 3,7 para esta noche. Este índice va de 0 a 9, así que 3,7 no es mucho pero sí supone una actividad “moderada” de auroras. A poquito que se manifieste alguna aurora podremos verla, ya que no hay una sola nube. ¡Esta noche hay que estar alerta! Casi rozando la media noche empezamos a ver una especie de nubes de tenues colores verdosos… ¿Auroras? ![]() ![]() ![]() Las fotos son una birria ![]() Por cierto, hay que señalar que en las fotografías el verde sale más intenso que lo que el ojo humano ve en la realidad. Incluso simplemente al mirar por el visor de la cámara, antes de tomar la foto, ya se ve más intenso que mirando directamente al cielo. No sé por qué sucede esto, pero es así. Las auroras duran un par de horas y sobre las 02:00 parece que empiezan a disiparse. La propia aplicación ya empieza a bajar el KP a menos de 3, así que decidimos acostarnos. Hoy hemos sido muy felices. ![]() ![]() ![]() Etapas 7 a 9, total 14
27 de agosto de 2023. Nos levantamos en nuestro "rorbuer" de Ballstad soñando aún con auroras, y desayunamos con las cosas que hemos ido comprando en los supermercados estos días atrás. Este lugar es tan bonito que nos da pena abandonarlo, pero para esta noche también tenemos alojamiento reservado en otra cabaña, que esperamos que tampoco nos defraude.
Nuestro primer destino de hoy son las playas de Haukland y Uttakleiv, a 19 km de donde estamos ahora. Hacer un itinerario por carretera en las islas Lofoten es muy placentero porque no hay grandes distancias y se atraviesan continuamente paisajes preciosos. En las Lofoten, el objetivo del camino no es el destino, sino el camino en sí. ![]() ![]() Tras Haukland y Uttakleiv visitaremos el pueblecito de Nusfjord y luego iremos a Flakstad, donde pernoctaremos. ![]() Enseguida llegamos a Haukland, cuya reputación es ser la mejor playa por encima del Círculo Polar Ártico. Nos cuesta un poco encontrar hueco en el parking, pues a pesar de que a finales de agosto ya no es temporada de vacaciones para los noruegos, aún hay "bastante" gente en la playa o haciendo rutas por los alrededores. Y pongo "bastante" entre comillas porque, si lo comparamos con Benidorm, hay cuatro monos, pero aquello es otra escala y el parking está en proporción. No tenemos intención de bañarnos, sólo queremos ver el lugar y desde allí hacer una ruta hasta la playa de Uttakleiv, que está al otro lado de la montaña. Haukland es una playa de arena muy fina y muy blanca, y unas aguas turquesas absolutamente transparentes… y heladas. No en vano estamos por encima del Círculo Polar Ártico. ![]() ![]() ![]() El camino hasta la vecina playa de Uttakleiv es muy sencillo de seguir: es una senda prácticamente horizontal que va bordeando todo el peñón que separa ambas playas. Tenemos que echar mano de gorras y viseras porque la ruta es de aproximadamente una hora la ida y otra hora la vuelta, y casca un sol de justicia. No sería la primera vez que el Mortadelo se nos churrusca en un país nórdico. Ambas playas son auténticos paraísos para los amantes de la fotografía, aparte de ser enclaves muy propicios para ver auroras. En la playa de Utakleiv hay unos grandes pedruscos muy pulidos y redondeados que casi parecen foquitas varadas, entre los que se queda el agua embalsada cuando baja la marea, y que ofrecen a los buenos fotógrafos fantásticos primeros planos para sus tomas (no es el caso, mis fotos no están a ese nivel). ![]() ![]() ![]() Nuestro siguiente paso es Nusfjord. Este típico pueblecito tradicional de pescadores fue elegido proyecto piloto para la conservación de estilos arquitectónicos en 1975. Para llegar hasta Nusfjord hay que bordear lago Storvand, atravesando un tramo de paisajes extraordinariamente bellos de los que, lamentablemente, no tengo fotos decentes porque no había apartaderos para poder parar un momento. Dejamos el coche en la zona de aparcamiento que hay a la entrada de Nusfjord. El parking es gratuito, pero no así visitar el pueblo, cosa que nos sorprende mucho porque nunca nos había pasado que tuviéramos que pagar para entrar en un pueblo. El precio es de 100 NOK (8,80 €) por persona. Al principio nos da un poco de rabia, pero enseguida comprendemos que los turistas debemos colaborar en el mantenimiento de los focos turísticos si queremos que se puedan seguir conservando para nuestro propio disfrute. Nusfjord es un lugar muy auténtico, un verdadero museo al aire libre, que conserva construcciones de madera muy antiguas y tradicionales que no deben perderse. El aparcamiento está en alto; de hecho hay que subir una cuesta bastante empinada para llegar a él. Ya desde el primer momento en que bajamos del coche nos encanta lo que se ve desde aquí arriba. ![]() ![]() Todo el pueblecito es una preciosidad. Mires hacia donde mires, no puedes parar de hacer fotos. Y con este cielo tan azul… ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() En algunas construcciones especialmente singulares hay paneles explicativos de su historia, como en la antigua panadería, o en las cabañas donde los pescadores arreglaban las redes y almacenaban sus utensilios, etc. También hay un café, y hasta una galería de arte. ![]() ![]() Y para los Instagramers hay un lugar donde te puedes hacer una fantástica foto besando a un apestoso pescado seco que lo va a petar en likes: ![]() ![]() Volvemos al coche y conducimos ya hasta donde tenemos nuestro alojamiento para esta noche: una cabaña en el Lofoten Beach Camp, en Flakstad. Se trata de un camping muy apreciado por los surferos porque está situado en plena playa de arena fina y por lo visto hay buenas olas, sin rocas ni corrientes peligrosas. Organizan cursos de surf y tienen alquiler de material. A nosotros todo eso nos da igual porque no nos sabemos sostener en una tabla ni siquiera en tierra firme, pero nos pareció un lugar muy bonito para pasar una noche, y tampoco estaba mal de precio: 150 € una cabaña para hasta 5 personas, con cocina y baño privado. El camping tiene todo tipo de instalaciones: aseos, lavaderos, restaurante, etc. ![]() La cabaña no está mal, pero comparada con la que tuvimos ayer en Ballstad se queda un poco pobre. Muy cerca del camping hay una iglesita muy mona, de la que tomamos nota para utilizarla como motivo de primer plano en caso de que esta noche volvamos a tener auroras (jeje, no desistimos en nuestra ilusión): ![]() Pero no hay nada que hacer. A medida que avanza la noche van apareciendo nubes por el horizonte, y además el índice KP está muy bajo, en torno al 2. Esto es lo más bonito que vamos a ver esta noche: ![]() Etapas 7 a 9, total 14
28 de agosto de 2023. Hacemos nuestro desayuno en la cabaña del camping de Flakstad con las provisiones que vamos comprando en los supermercados. Por cierto, hemos observado que en general todos los supermercados en Noruega tienen horario continuado y cierran a las 23:00 horas.
Tan sólo 25 kilómetros nos separan del lugar donde nos alojaremos esta noche, Hamnøy. Por el camino visitaremos Ramberg y tenemos intención de hacer la ruta de senderismo hasta Kvalvika Beach (Playa de las Ballenas). ![]() Ramberg es otro pueblecito costero de casitas de colores. Tiene una gran playa de arena blanca, y la zona del puerto se presta para un breve paseo. Está plagada de esa especie de gaviotas que hay a bandadas por todas las islas, que emiten un incesante graznido fuerte y agudo similar a carcajadas. Aprovechamos a comprar comida en un supermercado que hay allí mismo. ![]() ![]() Continuamos por la E10 hasta el desvío de la Fv808, que nos lleva, a lo largo de un tramo precioso que va saltando de islote en islote, hacia el punto donde se inicia la ruta de Kvalvika Beach. Damos dos o tres pasadas por las pequeñas áreas laterales que hay previstas para aparcar, pero no hay manera de encontrar un hueco en ninguna de ellas. Todo lleno. No quiero ni pensar cómo estará esto en plena temporada de verano… Nada. Nos quedamos con las ganas de ver Kvalvika Beach. Por lo que leí, es una espectacular playa aislada entre acantilados casi verticales de granito negro, a la que sólo se puede acceder tras una caminata de 2 km que va ascendiendo desde la carretera hasta la cima de los acantilados. El apelativo de “playa de las ballenas” no es porque allí se encuentren especímenes de tal especie, sino porque vivió una familia de cazadores de ballenas hasta que abandonaron el lugar a principios del S. XIX. Para hoy teníamos previstas dos alternativas: o hacíamos la ruta de Kvalvika Beach o subíamos al monte Reinebringen. Las dos cosas el mismo día no, porque quiero seguir viviendo. El destino ha querido que tengamos que optar por Reinebringen, así que nos dirigimos ya hacia Hamnøy para tomar posesión de nuestra nueva cabaña y poder descargar el equipaje. Habíamos reservado a través de Booking una cabaña en Hamnøy, en un complejo llamado Eliassen Rorbuer. Sabía que era una cabaña de éstas típicas de las Lofoten, de madera roja sobre pilotes, de las conocidas como “rorbuer”. Lo que no sabía, y me quedé impactada al llegar y darme cuenta, era que Eliassen Rorbuer es exactamente el conjunto de casitas que aparece en todas las fotos de Hamnøy, la icónica foto de las Lofoten que vemos en todas partes: ![]() El “rorbuer” con dos habitaciones, salón-cocina, baño privado y una enorme terraza sobre el mar con merendero, nos costó la espeluznante cantidad de 238 € la noche ![]() El lugar es realmente idílico. La cabaña es amplia y confortable. El complejo cuenta con un montón de “rorbuer”, un edificio de Recepción, un restaurante, un embarcadero, y hasta un museo de acceso libre sobre la historia de Eliassen, muy interesante. Nuestro “rorbuer” es el primero que tiene el tejado negro. Si os fijáis bien, el Chiquillo os está saludando desde la terraza. ![]() ![]() Todas las fotos anteriores están hechas desde el puente de la carretera que pasa junto al complejo, que es desde donde se toman las imágenes más típicas de Hamnøy. ![]() ![]() ![]() ![]() Hemos descargado el equipaje en nuestra cabaña, hemos comido, y volvemos a coger el coche para acercarnos a Reine, a tan sólo 5 km hacia el sur. Vamos a subir al monte Reinebringen, desde cuya cumbre hay una de las más espectaculares panorámicas de las Lofoten. El inicio de la ruta a la cima del Reinebringen está justo donde termina el túnel que va de Reine a Moskenes. Lo señalo con marca roja en la siguiente imagen: ![]() Hay que dejar el coche en un parking en Reine, o bien en algún apartadero de la carretera. En cualquier caso hay que caminar como mínimo 1 km (o hasta 2 km, dependiendo de en qué parking se deja el coche) por el arcén de la carretera desde donde se aparca hasta el inicio de la ruta, porque no hay zonas de aparcamiento más cercanas. Nosotros aparcamos en un ensanchamiento de tierra que hay en el lateral de la carretera siguiendo 1,5 km desde la salida del túnel hacia Moskenes. En este apartadero hay espacio para veinte coches o quizá más, calculo. Así pues, cuando inicias la subida al Reinebringen ya has caminado un ratito. Cuando vemos el panel informativo que hay al inicio de la subida al Reinebrigen, siento que se me doblan las piernas: ![]() En el texto sobre fondo negro, arriba a la derecha, leemos que la altura que hay que subir es de 448 metros, desnivel que se corresponde con 1,1 km de longitud horizontal, lo cual quiere decir que la pendiente es importante (la verdad es que ya se nota a simple vista). Los 448 metros de altura suponen… ¡1.978 peldaños! Si ya me había quedado muerta con la subida al monte Fløyen de Bergen, que son 1.203 peldaños, por regla de tres aquí me quedo muerta y media… ![]() Porque aquí no hay funicular, ni teleférico, ni otras alternativas. O subes andando o te quedas abajo. Esta escalinata de 1.978 peldaños de piedra fue realizada en 2019 para evitar los frecuentes accidentes que venían sucediendo de gente que escalaba el monte sin medidas de seguridad, algunas veces incluso con resultado de muerte. Desde que hicieron la escalera, la ascensión es segura, siempre que no haya inclemencias del tiempo. ![]() ![]() No voy a invertir ni un solo minuto, ni una sola palabra, en describir lo fatigoso, agotador y extenuante que es subir 1.978 peldaños, muchos de ellos bastante grandecitos… No lo voy a hacer. Sólo diré que cuando culminas la cima, todo ha merecido la pena. Es impresionante, impactante, alucinante… Te sientes volar. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Sin lugar a dudas, la experiencia más inolvidable, junto con las auroras, que hemos vivido en las islas Lofoten. El descenso, al igual que me pasó con el monte Fløyen de Bergen, me produce tal tiritera de piernas que a partir del escalón nº 1.000 aproximadamente ya no puedo bajar con normalidad, sino que tengo que ir como los bebés: los dos pies en un mismo escalón antes de bajar al siguiente. Al Mortadelo y al Chiquillo, que son súper-atléticos, les he dicho que tiren para abajo, que no me esperen… Si en un par de horas no he llegado abajo, que se vayan comiendo mi bocadillo. Una vez más, hemos tenido mucha suerte con el tiempo, porque ahora que ya estamos abajo se empieza a nublar. Compadezco a la gente que está iniciando en estos momentos la subida y que, tal vez, después de todo el esfuerzo, las nubes les impidan poder ver algo desde arriba. Volvemos al parking donde hemos dejado el coche (1,5 km que recorro con un vaivén de piernas que me hacen parecer borrachita) y nos vamos a ver Reine. Reine es la población más grande del sur de las islas Lofoten y, dicen, la más bonita. Es posible. Yo no me atrevería a asegurarlo, porque son tan lindos todos los pueblecitos… A continuación dejo unas cuantas fotos de Reine para que cada cual juzgue a su antojo. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Volvemos a nuestra cabaña de Eliassen Rorbuer en Hamnøy y así termina este tercer día de periplo por estas islas fascinantes. Etapas 7 a 9, total 14
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