Último desayuno con el zumo de naranja de Yanina y las tartas de Norma. Echaré de menos a esta casa y a la familia que la habitac. Nuestro vuelo hacia El Calafate sale por la mañana, así que poco más podemos hacer. Tan sólo despedirnos de estas paredes que durante varios días han sido nuestro hogar.

Yanina nos lleva al mismo aeropuerto en el que pisamos La Patagonia por primera vez. Vamos muy bien de tiempo. Jose, puedes estar tranquilo.
En los aeropuertos hay que pagar una tasa de salida, así que antes de hacer el check pasamos por taquilla. De nuevo nos sorprenden las Aerolineas ya que salimos puntuales. El trayecto hasta El Calafate dura casi dos horas. Unos españoles que conocimos en las excursiones de Trelew nos comentaron que el aterrizaje que tuvieron en El Calafate fue espeluznante ya que había mucho viento y el aparato se movía de un lado a otro bruscamente. Nos vamos preparando psicológicamente para las sacudidas. Comienzo a ver montañas nevadas a lo lejos. Imagino que serán los Andes. Pequeños arroyos surtgen de los mantos de nieve que comienzan a derreterise en las partes menos altas. Distingo el lago frente al que se sitúa El Calafate. Comenzamos con las maniobras de aterrizaje. Esperamos con sufrida resignación los tumbos pero afortunadamente no llegan. Hemos tenido suerte y hoy no hay viento.


El aeropuerto no es muy grande. Tomamos el primer taxi que vemos y le damos la dirección de nuestro hotel. Se llama Hostería Rukahué (Glaciar Murallón 77). El trayecto no es largo (unos 15 minutos). Al momento de salir del aeropuerto ya se distinguen las primeras casas. El taxista nos da su tarjeta por si el día de regreso le queremos llamar. La hostería no está en el centro del pueblo sino en una de las colinas anteriores a la entrada desde la que se disfruta una vista privilegiada. He leido que no hay mucho trozo andando y como los comentarios y el precio son adecuados... lo de andar no resulta problemático.


Aún no hemos salido del coche que ya asoma por la puerta Adriana (que así se llama la propietaria). Nos presentamos y nos acompaña a la habitación. Nos pregunta si nos parece bien y le respondemos que es perfecta. Desde la ventana observamos el lago y las montañas al fondo. Nos comenta que hace un rato se han marchado un grupo de españoles. Los comentarios que había leido sobre ella son ciertos ya que Adriana resulta ser muy agradable y se desvive en ofrecernos toda clase de explicaciones. Tras varias aclaraciones salimos al exterior y nos acompaña un trecho del camino que debemos seguir para ir al pueblo. Realmente está cerca y no hay pérdida.


Como hoy ya no podemos hacer ninguna excursión porque ya es tarde, decidimos tomarnos el día de relax y celebrar el cumpleaños de Jose. Llevamos anotadas varias agencias recomendadas para realizar las excursiones. A ver si hay suete y podemos contratarlas antes de comer. A la derecha, al lado del puente distinguimos el restaurante La Tablita, un clásico del lugar. Habrá que probarlo porque la gente comenta maravilas.
Nos plantamos en la calle principal en menos de 10 minutos. Perfecto, un agradable paseillo. Un amigo que estuvo hace unos meses nos aconsejó la excursión del trekking y Los Glaciares. Así que eso haremos! La agencia Hielo y Aventura aún está abierta. Contratamos para el primer día el trekking y para el segundo, Los Glaciares aunque como no admiten tarjeta de crédito nos remiten a otra sucursal. Con las excursiones contratadas nos sentimos seguros y comenzamos a disfrutar del paseo.
Y ahora a celebrar el cumple con una buena comidaaaaaaaa!





Por Adriana sabemos que ayer nevó y aún quedan restos por las calles. Qué pena no haber estado para verlo. Aunque no nos podemos quejar porque el día ha salido magnífico. Y los siguientes, parece ser que también lo serán. BRAVO!



Una pequeña siesta para que Jose no se queje (y además en su día no hay que llevarle la contraria) y por la tarde a seguir con el paseo. Adriana nos ha comentado que para las excursiones es conveniente llevarse comida (bocadillos, sandwiches, fruta, etc) y que nos puede guardar las cosas en la nevera. Perfecto! Hay que acordarse de pasar por el super.
Hoy juega Argentina el último partido de clasificación para el Mundial 2010. Le preguntamos a Adriana en qué sitio podemos verlo con ambientazo. El hijo nos indica un bar en el que suele reunirse gente y las pantallas están bien. Allá vamos! Y para ver el partido bien ambientados con el país... empanadas, quilmes y gancia!

Cuando cae la noche ya se ve más actividad por las calles. Han llegado todos los que estaban de excursión. Las terracitas y los bares están llenos, mayoritariamente de gente joven, aunque también se ven algunos grupos maduritos. Por la forma de las casas dispuestas a lo largo de la calle principal, el estilo de los comercios, los productos y las pintas de los que por allí pululan me da la impresión de estar en una estación de montaña. Solo me falta el equipo de ski,

Cenamos frugalmente en La Lechucita, sucursal en pequeño y en campechano de La Lechuza. Después nos pasamos por el super y como 2 excursionistas más llenamos la cesta de embutido envasado, pan de molde, snacks y algún que otro caprichín.
No tardamos mucho en acostarnos ya que al día siguiente hay que madrugar bastante. Salimos tan temprano que aún no es ni la hora del desayuno establecida en la hostería, aunque Adriana nos ha dicho que nos lo preparará igualmente para que no nos vayamos sin comer nada. Realmente no se le puede pedir nada más. Una atención así no la ofrecen ni en el mejor de los hoteles, o la ofrece a cambio de un coste extra

Y mañana por la mañana... veremos a nuestro amigo PERITOOOOOOOOOOOOO! Sleep tight!

