DIA 15. RANTHAMBORE NATIONAL PARK ✏️ Diarios de Viajes de India

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A escasos kilómetros se encuentra el Ranthambore National Park, una reserva donde se pueden realizar "safaris". Yo había reservado y pagado desde aquí (aunque no hay ningún problema en hacerlo allí mismo), y a pesar de ello hay que abonar allí otra cantidad obligatoriamente, de forma que el safari se queda en unas 900 rupias por persona. Existe safari matutino y verspertino, eligiendo nosotros el segundo, que arranca las 14:30 aproximadamente.

Hasta esa hora nos dedicamos a desayunar con calma y aprovechar nuestra swiss tent hasta las 12 del mediodía. Pregunto por la posibilidad de ir a visitar el fuerte que existe en el parque pero me ponen muchas pegas, así que dejamos la mochila en el hall del hotel y aprovechando que estamos en mitad de ninguna parte, nos vamos a dar un paseo por los campos de la zona.

*** Imagen borrada de Tinypic ***
El exterior de la "swiss tent"

A la hora convenida volvemos al hotel donde debe pasar nuestro camión de safari a recogernos; mientras esperamos al nuestro, vemos pasar numerosos jeeps y camiones cargados de turistas. Nuestro vehículo es el último en llegar (también seremos los últimos en salir del parque): se trata de un camión descubierto con unos 12 asientos que ofrecen todos ellos bastante buena visibilidad.

El safari en sí dura unas 2 horas y pico, y aunque animales no vimos muchos, se pasa entretenido. Existe en este parque una especie de furor por poder ver un tigre, de manera que hay gente que se tira varios días repitiendo el safari confiando en ver alguno; nosotros lo oímos rugir, pero no llegamos a verlo. De todas formas, pretender acercarse a la naturaleza a bordo de un vehículo a motor me parece una idea no muy acertada, sobre todo si tenemos en cuenta que, por momentos, las pistas del parque están llenas de jeeps, camiones,... si yo fuera tigre, tampoco aparecería.
Sí podemos apreciar durante la excursión algunos ejemplares de árboles realmente espectaculares.

El regreso lo hacemos anocheciendo, con un frío que pela y que nos deja helados. Yo aprovecho los saltos que producen los baches para chocar con los que tengo al lado y así entrar en calor, pero ni con esas.

Recogemos la mochila en el hotel y nos dirigimos a la estación, donde tenemos varias horas de espera hasta el tren que nos devolverá a Delhi. Afortunadamente viene puntual, porque este tren era el que mas miedo me daba ya que un retraso podía hacernos perder el avión. Gastamos nuestras últimas rupias (me quedo sólo con 160 para los billetes de metro al aeropuerto) y montamos en nuestras literas de AC2.

Termina nuestro último día en India.

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