DIA 14. BUNDI ✏️ Travel Journeys of India

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Despertamos en Bundi y mientras desayunamos charlamos con nuestro anfitrión. La Guest House es en realidad su casa a la que ha habilitado algunas habitaciones para turistas, así que por allí pasan todo tipo de personas que saludan y se van por su camino.
En la conversación sale el inevitable tema de y ¿tú en qué trabajas?, y cuando le respondo que vendiendo monedas, el hombre empieza a abrazarme mientras me dice que él hace lo mismo allí en Bundi y que no puedo irme sin visitar su tienda.
Por amabilidad le acompañamos a su tienda donde, tras tirarnos en el suelo (aquí muchos comerciantes atienden tumbados), me enseña su escaso género mientras yo le hago todo tipo de alabanzas a la vez que pongo excusas por no comprarle nada. Como siempre, es difícil cortar a esta gente, y nos dan casi las doce en la tiendita del señor y para colmo, un mosquito me acribilla los pies a picotazos.

Tras la visitita, nos dirigimos al cercano Palacio de Bundi que domina todo el pueblo. Tras abonar la entrada paseamos por su interior que, a pesar de encontrarse en un estado verdaderamente ruinoso, tiene su gracia. A continuación subimos hacia el fuerte de Taragarh (garh significa fuerte), pero un individuo nos corta el paso y nos solicita el ticket que no tenemos. Aquí mi madre que por un lado no estaba muy convencida de subir hasta lo alto de la montaña donde se asienta el fuerte, y que por otro tenía bastante miedo a los famosos monos que pululan libremente por la zona, piensa que mejor no subir, así que lo dejamos para otro viaje (ya tenemos excusa).

*** Imagen borrada de Tinypic ***
Palacio de Bundi

Descendemos al pueblo donde tratamos de visitar un Museo local pero tras mucho buscar nos indican que está cerrado por reformas, así que nos vamos callejeando hacia la zona de los mercados donde hay un bullicio terrible. Aquí, al sur de la ciudad, hay varios baoris, pozos abiertos, verdaderamente sorprendentes. Nosotros vimos dos muy diferentes entre sí: el Raniji-ki-baori, cerrado por una verja que un amable guarda nos abrió a cambios de unas piastrillas, y el Dhabai Kund.

*** Imagen borrada de Tinypic ***
Raniji-ki-baori

*** Imagen borrada de Tinypic ***
Dhabai Kund

Volvemos por nuestros pasos atravesando los mercados de Bundi y buscamos un sitio donde comer. Es curioso que en un país cuyas calles son, con perdón, un continuo basurero al aire libre, las personas que lo habitan sean tan limpias consigo mismas: siempre van impolutos, continuamente se ve a mujeres lavando la ropa,... en un extraño contraste entre la pulcritud personal y la suciedad colectiva.

Descansamos en la azotea donde hemos comido algo con vistas al palacio y dedicamos la tarde a hacer algunas compras (más), usar internet (omnipresente en toda la India), y pasear hacia la zona norte donde hay otro laguito.

No hay mas tiempo en Bundi por esta vez (quizás se podría estar mas tiempo dedicándose a ver los alrededores) y nos despedimos de la ciudad en un rickshaw camino de la estación donde tomaremos nuestro tren en clase sleeper a Sawai Madhopur, a donde llegamos en un par de horitas sin ningún contratiempo. Ya es de noche y nos vamos directamente a nuestro hotel, el Vinayak, distante varios kilómetros del pueblo.

Allí mi madre descubre que nuestro alojamiento es lo que aquí llaman Swiss Tent, que no es sino una especie de tienda de campaña elegante con baño incluído. Como ya me imaginaba, le hace ilusión la novedad en el alojamiento, pero con lo que yo no contaba es que esa noche, no sé muy bien por qué, iba a ser con diferencia la mas fría desde que llegamos a la India. Afortunadamente, nos dan dos mantas a cada uno para abrigarnos bien, y dormimos calentitos.

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