Nuestro hospedaje:
Deben saber que en Isla de Pascua todo es caro, muy caro. Mucho más que en continente. Allí absolutamente todo, desde una botella de agua a una lamparita eléctrica debe llegar por avión o más esporádicamente por barco. Eso, sumado a que es un sitio puramente turístico hace que la hotelería y todos los precios en general sean de susto!
Con esta realidad, durante los meses previos a nuestro viaje buscamos incesantemente por tripadvisor, booking, venere y cuanta pagina existiera, alguna cabaña o casa para 4 personas que nos permitiera cocinar algo a nosotros de manera de evitar tener que salir a comer fuera siempre. Reservamos y anulamos luego algunos sitios ya que no nos convencían los precios, hasta que un mes antes nos decidimos por un alojamiento tipo casa, con escasísimas referencias en booking, pero el precio era bueno (108 dólares la noche) y ofrecía 2 habitaciones, dos baños y una heladera y cocina, tal como queríamos. El lugar se llama IPC Lodge.
Realmente fue una excelente elección. Su dueño es Richard, un amable francés que enamorado de una Rapa Nui encontró su lugar en el mundo en la isla. El sitio donde está la casa no es céntrico (si es que se puede decir que exista un verdadero centro en Hanga Roa), pero estaba a solo unas 10 cuadras de donde estaban los negocios, lo cual no sería problema para nosotros ya que pensábamos alquilar un coche. Lo bueno de este lugar era su entorno natural, rodeado de vegetación y con una paz y silencio absolutos por la noche. Además está solo a 400 metros del Ahu Tahai, el sitio donde vi uno de los atardeceres más impresionantes que recuerde.
Vista de la casa que alquilamos
Victoria, la cuñada de Richard que nos fue a buscar al aeropuerto se quedó charlando un buen rato con nosotros, contándonos como era la vida cotidiana allí. Nos sorprendió ver que no hay rejas en las casas, y que la inseguridad prácticamente no existe ya que allí “todos nos conocemos” según nos dijo.
Luego de ubicarnos ya en la que sería nuestra casa durante 6 noches, Victoria se ofreció a acompañarme al pueblo para buscar un auto de alquiler. Era temporada super alta en cuanto a turismo y sería difícil encontrar algo, me advirtió.
Fuimos a la calle principal de Hanga Roa que se llama Atamu Tekena y preguntamos a una agencia, donde no tuvimos suerte. Caminamos unos cien metros hasta otra llamada Insular Rent a Car y encontramos un Jeep Suzuki Jimmy que nos venía perfecto. El alquiler no resultó barato, pero para el modo en que yo veo y planeo los viajes, un vehiculo es imprescindible asi que acepté sin chistar y sin demasiadas ganas de buscar en otros lados ya que efectivamente, parecía que en esa época la demanda de autos era alta. Pagué unos 82 dolares por día, sin seguros ni nada por el estilo. La única condición, devolver el auto con el tanque lleno de gasolina y algunas recomendaciones sobre no adentrarnos en algunos caminos costeros del norte de la isla que estaban muy deteriorados.
Cada viajero tiene su forma distinta de gozar las vacaciones, pero para mí es fundamental alquilar un auto en aquellos lugares donde las distancias son bastante largas y donde el transporte público no existe. Fundamentalmente pasa por el hecho de no tomar excursiones que te digitan los horarios de inicio y fin de las excursiones, el orden de los sitios a los cuales visitar, el tiempo de permanencia en los distintos lugares, etc.
Con el auto nos sentimos auténticamente independientes, nos posibilita ir y venir a distintos lugares cuando y como querramos. La verdad que le sacamos muchísimo provecho, sobretodo en caso nuestro que viajamos con niños pequeños.
Manejar en la isla es super fácil, y no hay chance alguna de perderse. Hay pocos autos en general, no hay semáforos y la única precaución a tomar es circular con cuidado por las carreteras del interior de la isla debido a que suele haber muchos caballos sueltos por todos lados.
Nuestro Suzuki Jimmy en algún solitario camino del interior de la isla
Saliendo de la capital Hanga Roa hay dos caminos perfectamente asfaltados, y que están comunicados entre sí. Uno es el que cruza por el centro de la isla y termina en la paradisíaca playa de Anakena y el otro es el camino costero sur, que va bordeando la costa y diversos sitios arqueológicos hasta llegar al imponente Rano Raraku (la cantera de moais) y al soberbio Ahu Tongariki (la formación de moais más grande de la isla).
Los Precios en la Isla
Ya que hablamos de los precios del hotel y del auto, les completaré mi impresión sobre el resto de los precios de las cosas.
Apenas tuvimos el auto, nuestra primera misión fue la de ir a comprar algunas cosas para aprovisionarnos en la casa. Ya íbamos advertidos por experiencias recolectadas en internet de que todo allí estaba caro así que desde Buenos Aires llevamos muchas provisiones de galletitas, jugos en polvo para preparar y otras cosas. Pero obviamente, necesitábamos comprar algo más.
Siempre sobre la calle Atamu Tekena, (la principal y mas turística) hay varios mini super mercados. Entramos a uno y les dejo algunos precios aproximados para que tengan como referencia:
- Coca Cola de 1,5 lt: U$D 3,30.-
- Agua Mineral 1,5 lt: U$D 6.-
- Leche 1 lt: Aprox U$D 3.-
- Aceite ¼ lt: Aprox U$D 1,80.-
- Pan Lacteado Grande: U$D 5,20.-
- Queso Philadelphia: U$D 5,60.-
Días después, preguntándole a Richard, el dueño de la casa que alquilamos, nos recomendó ir a comprar a una especie de Bodega Mayorista que está en el camino junto al aeropuerto. Este lugar está fuera de los sitios que los turistas suelen recorrer y es allí donde el resto de los mercados y restaurants de la isla van a comprar sus provisiones, por lo que lógicamente pudimos encontrar precios más baratos! De manera que si van a la isla en plan de cocinar algo y no salir a cenar afuera, les recomiendo este sitio. Se llama Bodega GV, es un enorme galpón que está sobre la calle Hotu Matua´a que es el camino que está paralelo a la pista del aeropuerto.