Hoy ya estamos las tres familias al completo, así que nos volvemos a levantar pronto y nos vamos a disfrutar de nuestro último día en Estambul. Después de desayunar, pagamos el hotel y fijamos la hora de recogida para que nos lleven al aeropuerto, dejando allí las maletas hasta que nos vayamos. Nuestra primera visita es obligada: el museo de Santa Sofía.
Para nosotros, sólo por ver esta joya del arte bizantino ya vale la pena venir hasta aquí, y aunque es la tercera vez que la vemos, volveríamos mañana mismo a verla de nuevo. A pesar de los andamios que tiene en su interior, volvemos a disfrutar de sus mosaicos y su increíble decoración y tras un buen rato de visita salimos de nuevo para seguir aprovechando el día.
Mi hermana y su familia deciden ir a la Mezquita Azul porque ayer ellos no vinieron a verla y mientras, nosotros nos quedamos comprando unos imanes y tomando unos zumos de naranja para luego continuar juntos. Desde allí nos vamos hacia la zona del bazar egipcio y visitamos primero otra de las mezquitas que nos encanta y que está escondida en estas callejuelas: la Rustem Pasha. Esta mezquita es preciosa por dentro y por fuera, donde tiene una azulejería en tonos azules que te deja con la boca abierta.
En su interior se estaba desarrollando algún tipo de rito religioso, porque había una especie de sacerdote frente a un hombre rezando de manera especial y recitando versículos del Corán.
Después de esta visita nos vamos al bazar egipcio y a recorrer las callejuelas de alrededor, siempre llenas de vida y de gente.
Visitamos la mezquita nueva, preciosa también, y cuando llegamos están llamando a la oración, pero curiosamente nos dicen que podemos pasar igualmente, así que además de ver la mezquita asistimos por primera vez a una oración auténtica. La sala central se llena de hombres descalzos arrodillándose y levantándose todos a la vez, totalmente sincronizados, y lo que nos impactó es ver a las mujeres escondidas tras la celosía en el sitio habilitado para ellas, apiñadas y sin apenas espacio para moverse y tapadas de arriba a abajo. En fin, es lo que hay.
Como son casi las dos y en el hotel nos recogen a las tres y media, nos vamos a comer unos kebab a unas terrazas que conocíamos del viaje anterior que están en la calle donde por poco dinero comes un estupendo roller kebab y un enorme zumo de naranja que están buenísimos. Después nos sentamos en una pequeña pastelería a tomar un café y unas baklavas que hasta ahora no habíamos tomado y que nos costaron casi más caras que la comida, pero las disfrutamos, así que una vez saciadas nuestras ansias de dulce, nos fuimos al hotel para salir camino del aeropuerto asiatico.
Nuevamente volamos con Pegasus Airlines y llegamos sin ningún incidente al aeropuerto de Izmir. Allí nos dirigimos a las oficinas de Avis a recoger nuestros coches que habíamos reservado a través de rentalcar.com y tras comprobar que nos cabían todas las maletas, iniciamos nuestra ruta en tres coches y casi de noche nos dirigimos hacia Selçuk, donde habíamos reservado una noche en el hotel Villa Dreams.
Para los desplazamientos en carretera mi cuñado se había descargado en el móvil el navegador Navfree, y la verdad es que gracias a eso y a que él se maneja muy bien para estas cosas conseguimos llegar a los sitios sin ningún problema, excepto en Antalya que ya contaré más adelante.
En poco menos de una hora llegamos al hotel, que en principio nos dio muy buena impresión con su piscina iluminada y una terraza con vistas maravillosas al castillo y a las ruinas de San Juan Bautista, pero que a la luz del día ya vimos que estaba bastante sucio y abandonado. Tras dejar las maletas en la habitación, y debido al tremendo calor que hacía y que no tenía nada que ver con Estambul, nos dieron permiso para darnos un baño en la piscina sin hacer ruido, ya que eran las diez de la noche, y aunque no nos dieron cena porque era tarde, nos sirvieron unas cervezas en la terraza que nos tomamos con los bocatas guarrindongos que nos habían dado en el avión y esa fue nuestra cena, pero nos pareció un estupendo comienzo para nuestra aventura por el sur de Turquía.