Y eso que me acosté sobre las 00,30h hora dominicana, po yo a eso de las 5 de la madrugada ya estaba dando vueltas en la cama, nos quedamos algo mas porque me parecía mu heavy levantarme antes que lo guiris que van a poner la toalla en la playa…… pero ya los nervios podían y los ojos se me salían de las cuencas, quería absorber Palladium a toneladas y sobre todo a pleno sol. Sobre las 7 o 7,30h fuimos a desayunar y elegimos el bufet la Catedral, el bufet muy completo, había casi de todo, salado, dulce, zumos extraordinarios. Yo le tiraba más a lo salado y había donde elegir, salchichas de varias clases, huevos revueltos, fritos, bacon, tostadas, guisos, frutas, dulces, fiambre, tortillas al gusto, creps con lo que quisieras, completo la verdad. Para el bufet le pongo un 8, hubo un aspecto de los bufets que no me gusto y que comentare más tarde. El edificio de la Catedral era grande y espacioso.
Luego nos fuimos al lobby del bávaro para intentar conectarnos a internet a través del wifi del hotel y hablar con los familiares y amigos, creo que es la mejor hora para hacerlo, en España es buena hora y en República justo después del desayuno tampoco es que haya que hacer nada urgente, la verdad. El wifi funciono muy bien, todas las mañanas hablábamos con nuestra gente, nos hicimos fotos y las enviábamos para que hubiera algún arañón de cara por ahí….jajaja
Después ya grabando con mi cámara de video hice la entrada en la playa de la zona del Bavaro, preciosa, ese conjunto de mar turquesa con la arena blanquísima y finísima y con esa hilera de palmeras es un entorno espectacular, embriaga y enamora ese marco incomparable. Hamacas siempre había, la sombra era lo más complicado de encontrar porque los guiris se encargaban de ocuparlas desde bien temprano pero siempre encuentras algún hueco por algún lado. Nos pegamos nuestro primer baño y tomamos algo en el chiringuito, otro acierto más de Palladium, chiringuitos diseminados por la línea de playa que pertenece al hotel, siempre hay algún refugio para paliar tu sed cerquita……


Después fuimos a ver la piscina del bávaro, la primera que visitamos, ya hice hincapié en mi relato que tenía intención de recorrerme el complejo enterito y a conciencia, y por supuesto que lo hice… ¡ome por favo!…….. la piscina del bávaro me gusto la verdad, no es excesivamente grande pero tiene cosas muy buenas: tiene la barra húmeda más grande del complejo y toda esa barra tiene un gran zona de sombra, que para los blanquitos que le guste una buena degustación de birras o cocteles en la barra húmeda como es mi caso, faltaría más, se agradece que esta sombra no te deje que se te achicharre la espalda.
Era domingo y había en la piscina 5 millones de dominicanos, 1 millón de ellos formando una escandalera bárbara en la barra, jajaja, se bebieron yo no sé cuantas botellas de tequila, empalmaban las copas….. al camarero lo traían loco. Conocí a una pareja dominicana en la piscina, muy buena gente, y a otros de los que formaban jaleo, me invitaron a cachimba, o huka , que creo que les llaman ellos, gente enrolla…. Los camareros de esta barra un poco más serios que los de otras barras pero buenos trabajadores también.
El almuerzo en el Arrecife que es el bufet de almuerzos del Bavaro, muy completo, lo mejor de este son las vistas directas al mar de algunas mesas, sin duda las mejores vistas de cualquier bar o restaurante.
Nos fuimos después del almuerzo a tomarnos un par de Brugal Añejo a la piscina del Punta Cana donde antes estaba el bufet la uva. La piscina que menos me gustó, solo me bañe este rato, daba el sol en la barra húmeda, que es la más pequeña y nos quedamos en las hamacas donde un chico delgadito, Félix, nos atendió muy amablemente. Luego os contare más cosas del gran Félix, aun hoy sigo waseandome con él. Después de un par nos fuimos al lobby del punta cana a escondernos otro Brugal y del tirón a nuestra habitación que estaba cerca a echar una cabezada. Mi churri se quedo frita y yo fui a cenar algo al Bufet las Torres, cena oriental, muy completo también. Le lleve algo de comida a la habitación y fui al Casino a echar un pokercillo… perdí, pero el viaje si estaba siendo un victoria y por goleada.