Muy temprano y maletones en mano salimos de Sevilla. Vamos en ave hasta Madrid, serán unas cuantas horas antes de despegar a las 15,15h hora española en el vuelo UX37 de Air Europa, pero entre ave, compra de periódico, radio y aeropuerto se me pasa rápido, ¿Cómo llevara mi pareja las horas de vuelo si dice que le da un poco de cosa volar? Se le pasaron rápido también la verdad, un poco de pelis, radio, libro, dormir poco porque el aire en el avión lo tendrían a -20 grados, ¡que frio por dios! ¡A la mantita azul le dimos todos de tablas! ¡No la soltaba ni Cristo! Tuvimos suerte porque sin reservar asientos nos los dieron juntos y en el centro del avión con espacio para las piernas, bien. Aterrizamos en La Romana sin problemas sobre las 17,30h hora dominicana y tampoco fue muy fuerte la sensación de humedad, pero ya en el aeropuerto por fin pudimos pisar por primera vez suelo dominicano, YA ESTÁBAMOS ALLÍ.

Los tramites de entrada normal y cuando voy a coger los dos maletones…… jooooooder….. me han reventado la manilla extensible del maletón más grande, gafeeeeeeeeee, me jodió bastante porque me imaginaba tirando de la manilla pequeña todo encorvado hasta Sevilla,! ni puta gracia! Allí el del aeropuerto que intenta meter una varilla metálica que se había salido como un metro del mecanismo y la mete forzándola, aquello no iba, Rosario me decía: venga no te lo tomes a mal, pero es que pesaba 23 kilos y lo malo iba a ser a la vuelta. Bueno, respira hondo, mente fría, que vamos pal Palladium ya.
Ya era de noche, tardamos 1,05h en llegar en bus desde La Romana al Palladium, todos los del bus íbamos al hotel, primera parada, lobby del Palladium Palace, el mio. El lobby muy bonito y grande, se advertía el bar del lobby en la esquina y fuimos a que nos dieran habitación, mande correos al hotel solicitando una habitación entre las villas 81 a 87, pertenecientes al Palace puesto que en mi reserva no ponía Palace & Punta Cana sino Palace solo. Dije que era como un viaje de novios para nosotros, nos dieron la villa 69, habitación 6905, la de la esquina primera. Me sabía el plano prácticamente de memoria y cuando lo mire vi que la habitación según mi planning pertenecía al Punta Cana pero la situación era privilegiada, tenía a un metro lobbys, casino, temáticos, piscinas, no dije ni pio, me encanto la ubicación. Y cuando llegamos tenia la cinta de recién casados y el regalo de frutas y ron, buen detalle por parte de Palladium.
La habitación muy bien, me gusto mucho su fisonomía, amplia, con el jacuzzi dentro, con una amplia terraza desde donde se veía el casino ,el lobby, tiendas, etc.. lo único que esta para una actualización urgente es el televisión que poco más que era un grundig de la época, muchos canales se veían borrosos, y los muebles pues están un poco pasadillos pero bien. Tenía sillón, mesa donde escribía diariamente mis anotaciones para este diario, minibar que lo reponían a diario. A la habitación le pongo un 8, a la ubicación un 9,5.
Aunque algo cansados nos fuimos andando para la zona del bávaro, quería cenar en el mexicano y luego si podíamos alguna copa. Fue gracioso porque a dos dominicanas les fui indicando el camino para llegar a los temáticos del bávaro y al lobby y le explique donde estaba la disco, el anfiteatro sunset, etc.. me preguntaron ¿y cuántos días llevan aquí? Les respondí: ” acabamos del llegar”, como dije antes me sabia el plano de memoria.
El español y el bambú tenían la lista cerrada, y el mejicano había que esperar y no era tarde, serian las 21h, nos fuimos a tomar la primera cervecita al bar Meeting a esperar, este bar es muy acogedor, me gusta su forma semicircular. Al poco nos llamaron para cenar en el mejicano y la comida no estuvo mal pero tampoco para tirar cohetes, le puse de nota un 6. Después de cenar fuimos a tomar una copa al hemingway y pasamos por el lobby del Bavaro, precioso, con una decoración en madera marrón muy bonito, el lobby más bonito de todos. Y nos dirigimos al hemingway, el bar es muy bonito, unos sillones comodísimos y brillaba de limpio, también tenía una terraza pero a mí me gustaba más dentro. Me tome mi primer Barcelo Imperial, que rico, el ron seria un fiel compañero durante todo mi periplo palladiumnense y el del piano tocando suave, gozada. Nos íbamos ya a la cama como a las 12 o por ahí pero mientras mi churri se fue a la habitación fui a ver el casino, había poco ambiente y me fui, en mi afán de verlo todo, al lobby bar del Punta Cana. Allí el Lobby está dividido en dos, una parte lobby recepción y otra lobby bar, fue el lobby menos bonito de los tres, porque feo no es ninguno, y en el bar me tome un Barcelo añejo para rematar, me dijo el camarero: le veo a usted apagado, “si llevo 25 horas despierto miarma”, pero le dije: mañana vengo a tope, prometido. A dormir.