Al llegar a Barajas nos dimos cuenta de que el vuelo de American Airlines que teníamos hasta Miami en realidad era con Iberia. La facturación con Iberia ese día fue posiblemente una de las peores experiencias en un aeropuerto en todo el tiempo que llevamos viajando: colas, desinformación, mal trato… no perdimos el vuelo por los pelos. Por lo menos el avión era bastante nuevo y con un buen sistema de entretenimiento. Al llegar a Miami teníamos por delante dos horas de escala, y nos aseguramos bien de que las mochilas iban facturadas hasta Lima y no teníamos que recogerlas en Miami para pasar control y refacturarlas (lo digo porque en el foro se comenta que sí, pero nosotros no tuvimos que hacerlo). No nos sobró mucho tiempo pero tampoco fuimos apurados, incluso nos dio tiempo a sacar unos dólares en un cajero del aeropuerto para ir con algo de dinero, pues llegábamos muy tarde a Lima y no queríamos perder tiempo en buscar un cajero.
Llegamos a Lima a eso de las 22:15. Después de esperar un rato a nuestras mochilas nos dimos cuenta de que no iban a llegar. Sorpresa! Se habían quedado en Miami. Como nuestra escala era tan corta nos temíamos que esto podía pasar, y esa fue la principal razón por la que el vuelo a Cuzco no lo teníamos al día siguiente sino que íbamos a pasar dos noches en Lima, ver la ciudad y salir hacia Cuzco un día después. Llevábamos suficiente ropa y neceser en las mochilas de mano para esos dos días, ya que las mochilas facturadas iban envueltas y el plan era no desenvolverlas hasta Cuzco. La idea era que si las mochilas se quedaban en Miami llegarían al día siguiente, y nosotros todavía estaríamos en Lima. Nos dijeron los de AA que esa semana habían tenido bastantes problemas con maletas que no llegaban porque habían cancelado muchos vuelos por no sé qué tormenta en Texas y había mucho jaleo en Miami. Rellenamos los papeles y después de localizarla y asegurarnos que llegaría en el siguiente vuelo por fin salimos a la marabunta de taxistas y gente que te pregunta si necesitas coche al centro.
El aeropuerto de Lima está en una de las peores zonas de la ciudad (Callao) y en todas partes te recomiendan que cojas un taxi oficial y no te la juegues con uno de la calle que seguramente será más barato pero que puede darte algún disgusto. No sabemos cuánto hay de cierto en eso, pero entre que íbamos a llegar a las 11 y pico de la noche, cansados y con poca gana de buscar taxista nosotros decidimos reservar la recogida en el aeropuerto a través de Peruvian Shuttle, una empresa de traslados muy seria pero algo cara. El caso es que habíamos leído que la empresa de taxis oficial del aeropuerto, Taxi Green, cobraba $50 por el traslado a Miraflores, lo cual nos parecía una barbaridad. Los del Shuttle nos cobraban $23, más barato que lo que nos ofrecía el hotel, así que no nos complicamos y lo aceptamos. Como habíamos sacado dólares en Miami pagamos directamente en dólares con idea de sacar soles en cajero al día siguiente. Pues bien, os diré que Taxi Green cobra S/50 a Miraflores, no dólares!! Es un poco menos de lo que pagamos, pero qué le vamos a hacer. Esto no lo descubrimos hasta el último día en Lima, porque esa noche al llegar ni nos fijamos en los mostradores… Eso sí, el servicio del Shuttle fue estupendo, no tenemos quejas. Fuimos al hotel, hicimos el check in y nos fuimos a dormir que estábamos muy cansados. Lo bueno de llegar justo para meterse en la cama es que el jet lag prácticamente no nos afectó nada.
El hotel que teníamos en Lima es el 511 Lima Hostel, la opción más barata que encontramos con buena pinta y buenas opiniones en Miraflores, el barrio más seguro junto con Barranco y el que se recomienda a todos los turistas. No recomendamos este hotel, fue toda una decepción para lo caro que había sido, pero es que Lima es súper caro!!! Nos dieron una habitación enorme pero de esas que las fotos engañan muchísimo, el baño necesitaba una reforma, el wifi no funcionaba y las toallas estaban completamente raídas (vamos, que ni para trapos!). En el lado bueno, el personal era encantador y nos ayudaron todo lo que pudieron, y la ubicación no es mala del todo, aunque está algo lejos del centro de Miraflores. El desayuno muy normal.
Al día siguiente pusimos rumbo a la parada de Metroplitano para visitar la zona de la Plaza de Armas a primera hora. El paseo desde el hotel hasta el Metropolitano es de unos 20-25 minutos por una avenida muy concurrida y con muchos bancos, por lo que aprovechamos para hacer nuestra primera visita a un cajero BCP. El Metropolitano es un sistema de bus con carril propio que funciona bien para moverse por algunas zonas de Lima, pero no llega a todas partes. La parada principal de Miraflores es Ricardo Palma, nada más pasar el Óvalo de Miraflores. Ahí compramos la tarjeta inteligente para poder usar el bus (S/5) y la cargamos con S/10, suficiente para los 4 trayectos que haríamos entre los dos para ir y volver al centro (S/2.50 por trayecto). Una vez en el andén tienes que elegir en qué puerta te pones según a qué estación quieras ir, pues hay varias rutas. Para ir al centro nosotros cogimos un bus que nos llevó a Jirón de la Unión y ahí empezamos nuestro paseo. Después de un breve recorrido por la peatonal Jr de la Unión llegamos a la Plaza de Armas. El día estaba muy nublado así que no fue todo lo espectacular que nos hubiera gustado, pero aun así impresiona mucho, es enorme!!
Plaza de Armas de Lima
Después de admirar la plaza y sus edificios pusimos rumbo a la iglesia de Sto. Domingo, a escasos 2 minutos a pie de la plaza (entrada S/7 con guía incluido). La visita a este monasterio dominico es bastante interesante ya que está dedicado a tres santos peruanos: San Juan Macías, San Martín de Porres y Santa Rosa de Lima. Tiene un par de claustros bonitos adornados con azulejos españoles, una impresionante biblioteca antigua, un bonito coro con asientos tallados de madera y una torre campanario a la que se puede acceder para unas buenas vistas de la zona.
Lima: Iglesia y Monasterio de Sto. Domingo
Después de la visita, que nos llevó un buen rato por tener que ir al ritmo del guía, pusimos rumbo de nuevo a la plaza de Armas. Eran casi las 12 del mediodía, hora del cambio de guardia en el Palacio de Gobierno, así que hicimos un poco de tiempo asomándonos a la casa de Aliaga (la casa más antigua de Lima según dicen) pero sin entrar, nos compramos un par de empanadas buenísimas por S/4, y nos acercamos a ver el cambio de guardia. La zona frente a la verja del Palacio de Gobierno estaba abarrotada, y no te permiten acercarte mucho, así que no pudimos hacer buenas fotos, pero nos pareció más un espectáculo para turistas que un acto militar. Es muy vistoso, con banda de música y casi coreografía, y debe durar un rato. Nosotros nos quedamos 5 minutos y seguimos andando, pasamos junto a los balcones del Palacio Arzobispal y fuimos a por nuestra segunda iglesia del día: el Monasterio de San Francisco y sus catacumbas (entrada S/7 con guía).
Lima: Palacio Arzobispal
Lima: Iglesia y Monasterio de San Francisco
El monasterio de San Francisco es famoso por sus catacumbas, pero no se pueden hacer fotos, lo cual es una pena. Pero aparte de las catacumbas tiene bastantes pinturas interesantes y un patio central bonito. Después de una visita de aproximadamente una hora nos acercamos al parque de la Muralla a ver la estatua gigante de Pizarro, y de ahí volvimos hacia la plaza de Armas una vez más para echar un último vistazo. No sé por qué no entramos a la Catedral, pues teníamos intención de hacerlo, pero creo que a esas horas ya estábamos muertos de hambre y se nos pasó completamente.
Lima: Plaza de Armas
La gente del hotel nos había recomandado acercarnos a ver los balcones del Jr Ucayali y la iglesia de San Pedro, y eso hicimos. Son balcones coloniales muy muy bonitos:
Lima: Jr. Ucayali
Descartamos acercarnos al Mercado Central porque se nos estaba haciendo tarde y volvimos andando hacia la Plaza de San Martín (donde pudimos ver la fachada del famoso Hotel Bolívar, que sin duda ha visto tiempos mejores pero que es toda una celebridad entre la hostelería de Lima gracias a su glamurosa historia) para volver a coger el Metropolitano hasta Ricardo Palma. Pusimos rumbo al parque Kennedy buscando un sitio para comer y nos dimos de bruces con la Sanguchería La Lucha, tan recomendada en el foro, así que decidimos comer ahí (S/50 un par de sándwiches, patatas fritas, un zumo y una cerveza). Estaba bueno pero nos pareció caro.
Después de comer dimos un paseo por el parque Central y el parque Kennedy (llenos de gatos!) y bajamos por la Diagonal y el Malecón Balta hasta el Parque del Amor, donde queríamos ver los acantilados de la costa y a la gente haciendo parapente.
Lima: Parque del Amor y acantilados de Miraflores
Lima: parapente en Miraflores
El hotel estaba bastante cerca del faro y se estaba haciendo de noche así que nos fuimos a la habitación a descansar un rato. La idea era salir luego a cenar y a ver las fuentes del Circuito Mágico del Agua. Sabíamos que la primera “función” de las fuentes era a las 19:15 así que a eso de las 6 salimos del hotel (no habían llegado las mochilas todavía…) y nos fuimos a tomar nuestros primeros pisco sours (S/20) y a buscar un taxi que nos llevara hasta las fuentes. Encontramos uno que nos llevaba por S/15 después de regatear un poco, así que nos montamos. No contábamos con el atasco monumental que había y ya pensábamos que íbamos a llegar tarde, pero la cosa fue peor: llegamos y no había nada! Estaba cerrado! El taxista no entendía nada y preguntó a un tipo por la calle, y nos dijeron que los lunes las fuentes cierran por mantenimiento. Arrrgggggg qué mala suerte!!! Los S/15 se convirtieron en 30 para que nos llevara de vuelta a Miraflores, en total una hora metidos en el taxi. Nos dejó en el óvalo de Miraflores y desde allí nos pusimos a andar hacia el hotel buscando un sitio para cenar. Acabamos en un bar donde probamos un plato de piqueos típicos (tequeños, alitas y chicharrón de pollo) con dos cervezas Pilsen de más de medio litro por S/44. No fue una cena gourmet pero estaba buena!
El paseo nocturno hasta el hotel no nos pareció peligroso y no nos sentimos inseguros en ningún momento, pero claro, era Miraflores. En toda la ciudad habíamos visto mucha policía durante todo el día y la verdad es que nos pareció relativamente seguro siempre que no te salgas de las zonas más turísticas. Se puede visitar el centro por libre sin problemas hasta cierta hora, bien en taxi o bien el Metropolitano, pero hay que tener siempre cuidado y andarse con ojo, como en cualquier ciudad grande.
Nos fuimos al hotel con la esperanza de que hubieran llegado las mochilas, pero no hubo suerte, aunque todavía podían llegar por la noche si venían en el mismo vuelo que nosotros que llegaba a las 22:15. A la mañana siguiente teníamos el vuelo a Cuzco a las 10:30 y los de Peruvian Shuttle nos iban a recoger a las 7:30. Cuando bajamos a desayunar nos encontramos con nuestras mochilas en recepción, menos mal!! El shuttle lo pagamos en soles (S/65) porque salía mejor que en dólares. Había bastante tráfico para llegar al aeropuerto pero como íbamos con mucho tiempo no tuvimos problemas.
Nos quedaron muchas cosas pendientes por ver en Lima, pero preferíamos dedicar los días a otro sitio. El Museo Larco, la Huaca Pucllana, Barranco, el Circuito Mágico del Agua... todos quedaron para la próxima vez.
Nos íbamos a Cuzco, el ombligo del mundo!!