DIA 11. BATON ROUGE – NEW ORLEANS ( 81 millas )
Parada en Oak Valley Plantation ( 50 millas )
[size=18]El trayecto de ayer en coche pasa factura. Estamos muy cansados para hacer turismo en Baton Rouge, aunque tiene algunos puntos de interés como capital del Estado de Louisiana. Es el día de Reyes y aunque en EE.UU no se celebre, nosotros queremos hacerlo especial, así que buscamos un lugar para desayunar un roscón de Reyes. Obviamente lo más parecido en este pais, será un DONUT. Buscamos en la web local el mejor lugar de la ciudad para comer donuts. Así que desayunamos en The heavenly donut ( 17732 de Higlhand Rd). Es un pequeño local en lo que parece un polígono industrial y centro comercial a la vez. Nos atienden una señora mayor mientras vemos a un señor, también mayor, en la cocina fabricándolos a mano. Tiene tanta variedad que nos cuesta decidir. Al final, vamos a lo sencillo: de azucar y de chocolate. Una vez más, acertamos!. Estaban de muerte!.

Por la I-10 llegamos hasta Wallace y de ahi, tomamos una carretera secundaria que sigue el río. El paisaje es muy bonito. Casitas aisladas con el tradicional porche de madera, tractores y campos de algodón, o de azucar. Sin querer, pensamos en los cientos de esclavos que trabajaron, y también murieron, allí.
Cerca de VACHERIE hay varias plantaciones que se pueden visitar. Escogemos la OAK VALLEY PLANTATION, (www.oakvalleyplantation.com) dedicada a la producción de azúcar. Está muy bien conservada y la entrada principal emmarcada por una avenida de 12 robles de más de 300 años la ves al final de la visita cuando entras a la casa.

Dicha visita tiene dos partes. La primera es libre y sin limite de tiempo por la plantación y las cabañas los esclavo. Nos cuentan que las originales se conservaron hasta los años 80 pero eran feas y remitían a un pasado que se quería olvidar, y las destruyeron. Ahora, el objetivo era no olvidar ese pasado, así que las han vuelto a construir. A juzgar por las explicaciones que lees parece que los esclavos vivían muy bien, bajo el paraguas del patrón , una especie de pater familias que cuidaba de ellos. Salimos con muchas dudas al respecto.
La segunda parte es la visita guiada a la casa familiar. ( Cada 30' hay visita en inglés, aunque tienen un resúmenes en castellano). Toda la decoración está muy bien conservada. Es muy curiosa la anécdota de la piña. Los guías van vestidos de época. En algún momento parece que Scarlett O'Hara esté mostrando la casa. La visita termina en el pórtico formado por los robles milenarios y allí puedes tomarte el tiempo que quieras para tomar fotos y pasear por el jardín. Nos toma casi tres horas hacer la visita con calma, pasear y tomar un café.

Continuamos la marcha y en una hora llegamos a Nueva Orleans, o Nola, como la llaman. Menos mal del gps porque era la primera vez que entramos en una gran ciudad, con muchos carriles de acceso y salidas y entradas en cada momento. Una vez mas, el Dowtonwn es lo que nos sirve de orientación y en pocos minutos llegamos al French Quarter.
NEW ORLEANS

El primer contacto es Bourbon St, un nombre que no proviene del licor sinó de BORBON, puesto que era territorio español en época de Carlos III. El ambiente, los bares y la gente nos decepciona muchisimo. Parece más enfocado a un turismo de borrachera, bares con música a tope y las puertas abiertas a pesar del frio, chicos en las puertas llamando a clientes, tiendas de souvernirs, y muchas de objetos de vudú , bares de streeptease y donde parece que se consume mucho alcohol, con ofertas constantes de 2x1. Son las calles de Decatur i Bourbon St. Comprobaremos que el fin de semana es aún peor. Lo que tenemos claro que allí, la gente local por allí no pasa...
Para recuperarnos, vamos a comer en un local recomenado en la Lonely Planet. Aparcamos delante y un señor nos recomienda que cerremos siempre el coche y nunca nunca dejemos nada a la vista. Un poco con el miedo en el cuerpo, entramos en el YO MAMA'S. Bars & Grill. www.yo-mamas.com. Recomiendan las hamburguesas con mantequilla de cacahuete, patata con becon y crema. Vaya, una bomba, pero preferimos algo más ligero si existe esa posibilidad en una hamburguesa. La comida esta muy buena, a pesar que el local es un antro, la música a todo volumen, las fotos de los baños de chicas de lo más "curioso" y nada más sentarte en la mesa te piden el pasaporte no solo para beber alcohol sino que si eres menor, no puedes entrar en el local, ni aunque bebas refrescos ni aunque vayas con los padres.

Nos vamos al hotel que habíamos reservado durante el viaje, de la cadena SUPER 8. Un hotel de 2 estrellas, con algunas habitaciones renovadas como la nuestra ( en esas fechas estaba medio vacío) , parking gratis y desayuno incluido ( simple y con un cafe malo) pero a solo 10 minutos en coche y casi en linea recta del Barrio Francés. Aquí vamos a estar dos noches. No tenemos intención de lavar ropa pero en el Super 8 puedes hacer la colada por 4 dólares. Volvemos a la ciudad.

Aparcamos en el French Quarter ( 2 hr x 3 usd) y paseamos por un barrio que aunque lo llaman francés, tiene más de arquitectura española junto con los nombres. Paramos en el Café du Monde. El fundador era descendiente de la familia de la Oak Alley Plantation, curiosa coincidencia. Allí se forman largas colas para tomar el café con leche y los beignets, los bollitos calientes con azucar que sirven 24 horas al día desde hace más de un siglo ( 3 galletas x 1'5 usd ). Apenas hay cola para el take away. Será famoso por antiguo, pero el personal roza lo maleducado. Y ni lo disimulan Cumplimos la tradición de comerlos pero no pedimos el deseo. Hay más ambiente en la calle y muchos músicos tocando aunque la temperatura es baja. Hacemos una larga caminata, sin rumbo fijo, y terminamos el día escuchando música en el Faubourg Marigny, la zona con librerias, tiendas de discos, mercadillos y muchos menos turistas. Aquí es donde acuden los neworleaners a escuchar música. Esto ya es otra cosa, y nos encanta!.