DIA 7. NASHVILLE
Pasamos todo el día en la ciudad, pero queremos ver muchas cosas, así que madrugamos. Por la I-64, salida 97, llegamos a Hendersonville, situado en las afueras de Nashville. En el cementerio Hendersonville Memory Gardens & Funeral Home (hendersonvillefh.com) está enterrado Johnny Cash y su esposa June Carter. Ambos murieron en 2003, con apenas 4 meses de diferencia. Queríamos rendir nuestro pequeño homenaje al gran músico. El cementerio es muy grande y in ninguna indicación de la tumba, pero está muy cerca de la entrada y nos lleva un par de minutos encontrarla. Tiene una lápida muy grande y muchas flores alrededor.
[align=center]Tumba de Johnny Cash

A lo largo del viaje hemos observado que todos los cementerios, estén más o menos cerca de la población, parecen jardines mas que cementerios, sobre todo porque no acostumbran a estar vallados o cerrados con el típico muro de ladrillo u hormigón. El aspecto es muy cuidado, las tumbas a ras de suelo y señalizadas con una pequeña lápida de color blanco, todas del mismo tamaño. A lo largo de los senderos, hay muchos bancos de madera con dedicatorias a un ser querido. Pensando en el nombre, es mucho más adecuado llamarlo "jardín de la memoria" que "cementerio" a un lugar así.

Regresamos a Nashville. Nos toma unos 20 minutos llegar al Centennial Park. No es una visita imprescindible, pero nos apetece visitar el parque y ver el PARTENÓN, sí, sí, una construcción de cemento a escala real que imita el famoso templo griego. Fue construido en 1907 para la Exposición Internacional de Kentucky, y aunque la idea era destruirlo después del certamen, por alguna curiosa razón triumfó la estética y el interés como el monumento, y lo dejaron allí. Dentro hay una colección de arte y una réplica de la estatua de Palas Atenea hecha en oro y marfil como la que había en el Partenón griego. A juzgar por las postales de la tienda de souvenirs, la escultura es increiblemente fea, pero la tienda está llena de gadgets y recuerdos. La entrada cuesta 10 usd y hay mucha cola. No nos apetece entrar y nos vamos. El lago que hay delante ayuda a que las fotografías queden muy bien, pero cuanto más te acercas al edificio, más artificial parece todo. A unos metros del falso-Partenón destaca una locomotora de vapor de 1880 de la linia Chattanooga - Cincinnati y que Glenn Miller inmortalizó en una canción del mismo nombre. Era un Tren-Hotel de lujo, con camarotes, salones de baile y un paradigma de la modernidad en aquellos tiempos ya que lo hacía sin paradas. Parece ser que Choo Choo, como canta la canción,imitaba el silbido tan característico del tren. La visita del parque nos toma unos 45 minutos.
Volvemos a la ciudad y visitamos el Country Music Hall of Fame (entrada 24'95 usd). countrymusichalloffame.org Es un museo interactivo para conocer la importancia del country y el sonido Nashville en la historia de la música. Sin ser unos grandes expertos en este tipo de música, visitarlo nos toma casi unas tres horas. Llegamos poco antes de las 11 y había muchisima cola. Como no habíamos comprado la entrada online tuvimos que hacer más de 40 minutos de cola. En verano debe ser tremendo!. Sin haberlo planeado, en ese instante empezaba un concierto en el Auditorio que hay en la planta baja. Todos los sábados a las 11'30 hay una "songwriter sessions" de un compositor o cantante conocido. Y gratis. Después del concierto, visitamos las tres plantas del museo.

Es un extenso recorrido por todo tipo de objetos personales de las principales figuras de la música, con muchas pantallas y audios, como los "blue suede shoes" de Carl Perkins, aunque sin duda, todo lo que sea de Elvis ocupa un lugar destacado: el famoso Cadillac de oro y el piano Kimball Gold que Priscilla le regaló. Hay objetos que llaman más la atención por su mal gusto, a nuestro entender incluso tirando a hortera, que por el personaje que lo tenía, como el el cadillac tapizado con piel de vaca, monedas, cuernos de vaca y pistolas en las puertas de Web Pierce. Pero hay mucho más. Después de un par de horas, estamos un poco saturados de audios, fotos, trajes y objetos. Es un lugar enorme, e incluso hay un centro de formación musical patrocinado por la cantante Taylor Swift, ya que fue en Nashville donde firmó su primer contrato e actuó siendo una adolescente. Terminamos nuestra visita en el Hall of Fame propiamente dicho, una sala circular donde se exponen los discos de oro de los artistas country. Con el billete del museo está incluido el tour ( y el bus lanzadera ) a los estudios de RCA Studio B, considerado" el templo" de la música. Este estudio también lo llaman el "de los 1001 Hits" porqué se calcula que allí se grabaron, como mínimo, esa cantidad. El propio Elvis grabó aquí 47 números UNO.
Después de comer unos tacos en 2nd Street, una calle llena de franquicias y restaurantes de todo tipo y precios, nos dedicamos a pasear por la ciudad. Regresamos a Lower Broadway St. Es un lugar entretenido para pasear. Lástima que los bares no tengan terrazas en la calle. Ni el clima ni la estrechez de las aceras lo permitirían. Entramos en algunas tiendas de souvenirs o de vestuario más para curiosear que para comprar, porque todo nos parecía un poco kistsch. Es divertido entrar en las tiendas de botas country y sombreros de cowboy para probarse algun modelo y quizás reirse un rato. Gastarse dinero en ellos es ya a voluntad. Por menos de 130 usd no encuentran botas.

Lo que si es imprescindible es la tienda de Ernest Tubb, la gran figura de la música country y del estilo honky-tonk. El enorme cartel luminoso de grandes letras y guitarra roja cumple su función. Es imposible no verlo. Dentro, es otro mundo. No solo por la historia del local, que nació como una tienda de discos y lugar de ensayo para artistas ( todavía se ve el escenario al fondo del local ), sinó porque el personal que trabaja allí, es, cuanto menos, curioso. Aunque los venden en toda la ciudad, tiene su gracia comprar un cd de Tubb en la tienda que él mismo fundó. Tubb fue uno de las primeras figuras del Grand Ole Ophry, el programa de radio con actuaciones en directo más antiguo de EE.UU, concretamente desde 1925.

A cinco minutos de Broadway St. se encuentra el Auditorio Ryman, un edificio con aspecto de iglesia sin campanario, que sería el kilómetro 0 de la música country y el sonido Nashville. Aquí han cantado todos, repetimos TODOS, los grandes nombres de este género desde 1943: Johnny Cash, Patsy Cline, Hanl Williams, EmmyLou Harris, y un largo etcétera. En la actualidad, es un museo con objetos de estas grandes fíguras de la música y durante algunas semanas cada año, acoge el concierto en directo. El resto del año se graba en directo en el Gran Ole Opry, ubicado en Opryland. Situado en las afueras de Nashville, desde los años 70 es un templo del ocio para que gastes dólares sin parar: tiendas, casinos, hoteles, restaurantes y un nuevo Auditorio. No teníamos ninguna intención de visitarlo pero de ser así, se nos hubieran quitado al ver las luces de neón, las grandes construcciones y las enormes caravanas que se formaban en la salida de la autopista y que pero hacen ofertas pack de fin de semana, por si os animais.

Alejándonos un poquito de Broadway St, paseamos hasta la colina del Capitolio, donde se ubica el Parlamento del Estado y que dispone de buenas vistas sobre la ciudad, y en la parte baja de la ciudad llegamos hasta el John Seigenthalers Pedestrian Bridge, el puente de hierro sobre el rio Cumberland y que ofrece magníficas vistas sobre el río y el skyline de Nashville. El puente se construyó en 1907 pero se cerró al tráfico en los años 90 porque estaba en muy mal estado, así que lo convirtieron en un puente peatonal con rampas, escalones y un lugar muy agradable para pasear. Con una longitud de casi un quilómetro, enla actualidad es uno de los puentes peatonales más largos del mundo. [/align]
Por la tarde noche, cenamos en The Stillery en 2nd Av. St. Es un lugar con buena música en directo mientras cenas. Es mejor subir al primer piso. Una ensalada Cesar contundente y una hamburguesa, con refrescos, todo por 28 usd. www.stillerynashville.com/
[size=18]Nos tomamos una cerveza en el Legends Corner porque la banda que tocaba en directo nos gustó mucho y no nos defraudó. Eso sí, acordaros de llevar siempre el pasaporte porque miran la edad para entrar en cualquier local.