Dia 10. MEMPHIS - BATON ROUGE. 390 MILLAS
Paradas en CLARKSDALE ( 80 millas ),
INDIANOLA ( 60 millas) ,
ViCKSBURG (95 millas),
NATCHEZ ( 72 millas ) -
BATON ROUGE ( 90 millas )
Este día lo dedicamos a recorrer la Blues HighWay que recorre todo el delta del Mississipi, entre la I-66 y la I-55. Desde Memphis la autovía es una recta larguísima, llana y sin ningún interés. A ambos lados, extensos campos de maiz, enormes cosechadoras, gigantes silos y muchas granjas. Lo que más nos llama la atención son las grandes construcciones metálicas para el riego automático, que parecen monstruos de enormes patas quer caminan entre los campos. Y hay cientos y cientos. Con este paisaje, una extraña mezcla de aburrido e impactante, nació el Blues.
Paramos en CLARKSDALE ( www.visitclarksdale.com), una ciudad pequeña sin interés turístico alguno, pero que es un lugar sagrado para los amantes de la música. Muchos consideran que allí nació el blues, y en cualquier esquina hay alguna cosa que lo recuerda. Por ejemplo, el Hotel Riverside, donde murió Bessie Smith, la "Emperatriz del Blues" después del accidente de automóbil.

El Ground Zero Blues Club, del que es coopropitario Morgan Freeman, que vive en la ciudad. Tiene un aspecto decrépito, con butacas en la puerta que parecen sacadas del Rastro, o salvadas del desguace por los pelos. El club tiene restaurante, un pequeño hotel y música en directo de miércoles a sábado. Justo al lado, se encuentra el pequeño Delta Blues Museum (10 usd).A través de objetos, grabaciones y trajes de músicos se hace un recorrido por el blues en el Delta del Mississipi. Destaca una guitarra Lucille original y muchas referencias a Muddy Waters, una leyenda del delta. Dentro del museo se ha reconstruido la cabaña de la plantación en qué vivió.
Cerca de alli, se encuentra el club Red's Joint, también conocido como LaVeine Music Centre, el que se considera el club de blues más antiguo del mundo. Solo abre los viernes y sábados noche. El aspecto exterior, para nada te invita a entrar...
Al salir de Clarkdale llegamos a un cruce de caminos, posiblemente el más famoso de la historia de la música pero que es vulgar y anodino. Cuenta la leyenda que aquí el músico Robert Johnson vendió su alma al diablo a cambio de ser el mejor bluesman. El pequeño monumento está formado por dos guitarras, cada una señalando las dos carreteras, la I-61 y I-49 que se cruzan aquí, pero queda medio escondido entre tanto tráfico. Casi se distingue mejor el cercano bar ABE'S con un cerdito de piedra en la puerta que el monumento en sí.

Después de una hora más o menos, llegamos a Indianola, la pequeña población donde nació B.B. King y donde hay un Museo creado recientemente en su memoria. ( 15 usd). Antes de entrar, nos acercamos a Main Street para ver las ciénagas cubertas de un musgo verde intenso y estirar un poco las piernas porque hoy nos espera un día largo.

El B.B.King Museum está ubicado en una antigua factoria de azucar donde B.B. King trabajó de joven. Una señora muy simpática te acoge y te explica qué puedes ver en el museo. La visita libre dura más o menos una hora y es muy amena: partituras, pantallas interactivas, vestuario, fotografias, etc. Todo un recorrido por la música del Delta a partir de los años 30 y también del Memphis en los 50. Obviamente una parte dedicada a la figura de B.B.King. Cuando murió, en 2015, fue enterrado al lado. Hay un proyecto para crear un mausoleo y un espacio para el recuerdo. Por ahora, hay una lápida sin ningún interés.

Hacemos un break en el camino. Entramos en la cafetería de al lado, que es a la vez, galeria de arte, restaurante, tienda de souvenirs y con un árbol de los deseos en el techo. Hay internet así que aprovechamos para mirar cosas del viaje. El café es bastante malo, pero la necesidad de tener internet apremia. De repente, el dueño del bar se pone a hablar con un cliente habitual y al cabo de un rato, va a la trastienda y aparece con un rifle. Por lo que entendemos, se lo acaba de comprar y lo enseña a todo el mundo, orgulloso de su juguete nuevo. Cuando termina, lo guarda y continua limpiando copas. Debe ser una escena habitual por aquí, de hecho, hay muchos carteles defendiendo el uso de armas, pero a nosotros nos choca...
Antes de salir de Indianola pasamos por la esquina donde B.B.King solía tocar los domingos después de acudir a la Iglesia. Allí empezó todo..

Continuamos el trayecto. Nos queda unas 250 millas hasta Baton Rouge pero la carretera ofrece un paisaje bastante monótono, aunque los colores de algunas granjas te alegran la vista. Debe ser normal por lo tanto, que nadie respete el límite de velocidad de 60 millas. Nosotros debemos ser los únicos. Comemos a mitad de camino, en una cadena tipo McDonalds de nombre Wendy's.
Llegamos a Vicksburg, un punto estratégico a orillas del Mississipi y donde se libraron algunas de las batallas más importantes durante la guerra Civil. De hecho, aquí está el cementerio de los soldados de la Unión más grande de toda América. No nos interesa esta parte pero si vamos al Mirador sobre el rio para tomar fotos y estirar las piernas. Llegamos a Natchez, la ciudad más antigua del Mississipi y aunque no paramos en el centro parece una ciudad muy bonita, señorial y tranquila. Una vez más buscamos el mirador para ver la puesta de sol. A juzgar por el color del cielo se presentaba espectacular. Y fue un acierto, sin duda!.

Aquel día no habíamos reservado hotel porque al planear un día tan intenso de visitas y coche iríamos sobre la marcha. No estamos cansados y decidimos continuar un par de horas más de conducción hasta Baton Rouge. Son 90 millas, así que tiramos. Llegamos a Baton Rouge, una ciudad de que toma el nombre de las estacas manchadas de sangre humana que servían como marcas territoriales de los pueblos indios cuando los franceses llegaron en 1699. Recurrimos a priceline para encontrar hotel, CourtYard Baton Rouge Acadian Centre, de la cadena Marriot. ( 67 usd/ habitación doble) muy correcto como hotel de paso, y con parquing gratis. Llegamos tarde y tenemos hambre. Nos recomiendan una pizzeria a 5 minutos en coche. RED ZEPPELIN PIZZA ( 4395 Perkins Rd). Qué descubrimiento!!. Muy recomendable. Una pizza tamaño medio para los dos, un delicioso pan de pesto y bebidas, 28 usd.