Aprovechando que el hotel tenía lavandería, el día anterior, habíamos mandado lavar toda la ropa sucia. Cancelamos la cuenta y ya nos estaba esperando el hombre que nos tenía que trasladar a Sucre. Son las cinco de la mañana y alejándonos del centro, se ven más coches circulando, el conductor me pregunta si me importa que recoja un persona, le decimos que no hay problema, a cambio de una pequeña rebaja en el precio


Es la única que vez que nos hemos sentido inseguros, el hombre iba a una velocidad vertiginosa, adelantando sin ton ni son, total que hemos decidido cerrar los ojos y esperar que haya suerte.


A las siete y media de la mañana estábamos en nuestro hotel de Sucre, desayunando y listos para conocer la que dicen que es la ciudad más bonita de Bolivia.
Sucre, la capital constitucional del país, donde nació Bolivia y sede del poder judicial, la ciudad de los cuatro nombres: Chuquisaca, Charcas, la Plata y Sucre, cuenta con un quinto nombre aunque no es oficial, la ciudad blanca. Sucre tiene un centro histórico muy recogidito, por lo que puedes recorrerla paseando tranquilamente. Además, aquí nos encontramos a “sólo” 2.800 metros de altitud y el cuerpo lo nota y lo agradece.


Nuestro hotel está a tres minutos del corazón de la ciudad, la Plaza 25 de Mayo, también llamada Plaza Mayor o Plaza de Armas. Alrededor de la plaza podemos localizar los edificios de la alcaldía, de la Gobernación, la catedral metropolitana y la casa de la libertad.
A las 09:00 en punto abre la Casa de la Libertad, antiguo edificio construido por los Jesuitas en el siglo XVII, allí se firmó el acta de independencia en 1825 y nació la república Boliviana. Una visita imprescindible si estás en Sucre, abren de martes a viernes de 09:00 a 12:00 y de 16:30 a 18:30, sábados y domingo de 09:00 a 12:00 y los lunes cierran.
A las 09:30 empieza la visita guiada y estamos preparados para empaparnos de la historia Boliviana, además siguiendo la tónica de todo el viaje, la guía está sobradamente preparada y todo son facilidades y buena predisposición por su parte. La visita dura alrededor de una hora-una hora y cuarto, aunque luego tú puedes extender la visita por las diversas estancias.
Empezamos la explicación en el Salón de la Independencia, allí puedes observar el acta de independencia y luego las explicaciones continúan por diversos salones y patios. Es muy interesante.




Aunque es domingo y no habrá tanto movimiento como un día de diario, nos acercamos al mercado central de Sucre, que nos gustan mucho estos sitios.



Un par de esos zumos tan buenos y tan grandes y a perderse entre los puestos. A nosotros nos sorprendió lo limpio y lo colocado que estaba todo, no sé si era por ser festivo y no haber mucha gente, pero no nos pareció un mercado como los de Perú, por ejemplo. Parecía un buen sitio para comer en uno de los múltiples puestos de comida del mercado.


Comimos dos bocadillos vegetales espectaculares en el Cosmo Café, que está en la Plaza 25 de Mayo y después continuamos paseando.

Aprovechamos que está abierta la iglesia de San Miguel para entrar y admirar su artesonado, aquí en Sucre las iglesias son gratuitas, pero sólo puedes entrar cuando celebran misa.

Lo único que queda algo más alejado del centro, a unas quince cuadras, es el mirador de la Recoleta, desde el que recomiendan contemplar las vistas de Sucre al atardecer. Puedes coger muchas movilidades que te dejan cerca del punto, nosotros subimos caminando poco a poco.
Antes llegamos al pasaje de Santa Teresa, junto al monasterio del mismo nombre, al final de la calle Potosí se encuentra este pasaje empedrado, que en el pasado en vez de adoquines estaba formado por las “tabas”, colocadas en forma de cruz, alguna se puede ver todavía.


El monasterio de la Recoleta se encuentra cerrado y con andamios, así que nos conformamos con ver las vistas.


Regresamos al centro, pasamos por la Plaza Bolívar, que ejerce de pulmón de la ciudad y donde se reúnen muchos locales.

Y regresamos al hotel, a tomarnos un respiro, desde la terraza de este, tienes unas buenas vistas del campanario de San Felipe Neri y parecía que finalmente el atardecer iba a ser mejor de lo que prometía.


Fuimos en taxi a la terminal de Sucre, nos costó llegar, pues había muchas calles cortadas, con motivo de la visita de Evo Morales para inaugurar la Sombrereria, un centro cultural y artístico. Compramos dos billetes para el día siguiente a La Paz, con la empresa Transcopacabana, donde nos dijeron que debido a los incidentes en Potosí, estrenarían la ruta por Ravelo, ahorrándonos dos horas de trayecto. Mañana tendremos nuestra experiencia con los autobuses nocturnos bolivianos.
Más tarde, cenamos en Los balcones, en la Plaza 25 de Mayo, comimos bastante bien y tiene unas muy buenas vistas de la Plaza, pero no apetecía estar en el balcón.