31 de agosto. Comienzo del viaje como tal. Me levanté temprano y bajé a desayunar al restaurante. El tipo de desayuno es de tipo buffet con platos fríos, pero también puedes pedir platos calientes. De hecho, si no recuerdo mal había una carta de platos calientes. Yo elegí una tortilla con algunas verduras y madre mía con la tortilla. Deliciosa y enorme. Desde luego que para más de 2 personas. Tras dar buena cuenta de ella me resultó imposible comer algo más.
Recogí todas las cosas y no tuve que esperar mucho antes de que llegase el guía conductor, Thomas, con un apellido raro, lo que me hizo pensar no sé por qué que sería negro, pero que va, era de ascendencia europea. El transporte era en camión, pero por dentro parecía como un autobús. Era cómodo subir, los asientos miraban hacia delante (a diferencia de lo que había visto en imágenes de camiones de otras agencias) y sobre todo había aire acondicionado. Durante un rato estuvimos dando vueltas por los alrededores de la capital para terminar de recoger a la gente en sus alojamientos. En la parte inicial del viaje, hasta llegar al desierto del Namib, íbamos a ser 12 personas más el guía. Como mencioné en la introducción, el idioma para este viaje era tanto el alemán como el inglés. Tuve la mala suerte, por decirlo de alguna manera, que de esas 12 personas 9 eran de habla alemana y los otros 2 de inglés, pero que entendían el alemán. Por lo tanto, el guía durante el viaje se pasó la mayor parte del tiempo hablando en alemán, si bien es cierto que a la hora de explicar los diferentes lugares que íbamos viendo o informaciones de interés del país, generalmente no se le olvidaba hacerlo también en inglés.
Nuestro primer destino del viaje era en dirección hacia el sur del país, para llegar al Kalahari Game Reserve. Durante la primera parte del recorrido digamos que el paisaje que llevábamos junto a la carretera era similar al mediterráneo, pero con no mucha vegetación, más bien subdesértico,
hasta que llegamos a una zona donde había un letrero con el trópico de Capricornio, donde paramos unos minutos para hacer las primeras fotos de rigor.
Aquí la vegetación seguía siendo tipo matorral con algunos arbustos o árboles diseminados por el terreno, pero la tierra empezaba a tener un color más rojizo o anaranjado.
La siguiente parada que hicimos, ya en dirección hacia la reserva privada en la que íbamos a estar, fue para ver unos árboles en los que había unos nidos enormes comunitarios de pájaros tejedores.
Poco a poco el paisaje empezó a estar dominado por pequeñas dunas de arena con un color anaranjado.
Y en esto llegamos al Intu Afrika Kalahari Private Game Reserve, donde íbamos a pasar una noche.
En esta reserva privada hay 2 alojamientos diferentes de diferente categoría. El de nuestro grupo era el de 3*, el Intu Africa Camelthorn Lodge.
www.intu-afrika.com/camelthorn.html
El alojamiento consta de un edificio principal en el que está la recepción y un comedor en la planta de arriba y luego las cabañas que están situadas en disposición radial.
Alrededor puede haber animales y de hecho cuando yo iba a mi cabaña pude ver al lado de ella unos antílopes.
El camino es arenoso, pero son sólo unos 50 metros como mucho. El interior de las cabañas es rústico, pero tiene lo suficiente. Total, para una noche. Que nadie espere encontrar TV. Conexión por wifi hay en el edificio central.
Eran como las 3 de la tarde y no habíamos comido. Por suerte en el comedor servían gratuitamente un bizcocho y café. Al menos sirvió para calmar algo el hambre.
El alojamiento ofrecía unos safaris de 2 horas en 4x4 para ver el atardecer y animales. Incluía al final un aperitivo. Nos apuntamos todo el grupo al safari. La alternativa era no hacer nada.
Lo que más me gustó del safari fue ir subiendo y bajando por las dunas de arena naranja, porque se podía contemplar la extensión (parte de ella) de la reserva cubierta de vegetación de tipo arbustos. Por supuesto vimos unos cuantos animales:
- Kudus.
- Springboks o gacelas saltarinas: algunas de ellas las vimos saltando y era impresionante. Pueden dar saltos de hasta 4 metros de altura.
- Avestruces.
- Varios grupos de avestruces.
- 1 leona: es la única que hay en la reserva.
Cuando faltaban pocos minutos para que concluyese el atardecer, el conductor nos dejó en lo alto de una duna y pudimos observar unas preciosas imágenes de la caída del sol y las diferentes tonalidades de naranja que iba adquiriendo la arena por minutos. Allí mismo nos sirvieron con unos aperitivos, refrescos, cervezas, etc…
No pudo ser mejor el comienzo del viaje en cuanto a actividades, superando expectativas.
Cuando volvimos al alojamiento era de noche y no tardamos demasiado rato en ir a cenar. Nos prepararon la mesa en una zona abierta al lado de la recepción y junto a una hoguera. La cena era de tipo menú y consistió en una sopa, springbok y un dulce de postre. La carne de gacela no me pareció nada excepcional.
Acabada la cena estuve cargando los dispositivos móviles y la cámara de fotos y me retiré a dormir. En este alojamiento hace falta tener un adaptador, aunque si no tienes te pueden prestar uno o incluso usar los enchufes occidentales que tienen en la recepción.