El Lago Naivasha es una gran lago de agua dulce situado en pleno Valle del Rift, declarado parque nacional y perteneciente a la lista Patrimonio de la Humanidad junto con otros lagos de la falla del Rift. De estos lagos, es el que se encuentra a más altura, casi a 1900 m., el punto más alto del valle en Kenia.
Tenía un nombre original otorgado por la lengua Masai, Nai’posha : “aguas turbulentas”. Nombrado así por los vientos de la tarde que a veces producen tormentas y levantan olas grandes en el lago. Los británicos lo interpretaron mal y fue derivando a Naivasha.
Tiene una superficie de unos 140 m. y rodeado por una pantano de extensión variable dependiente de las lluvias. El nivel de agua va en función de la zona de captación de lluvias de los ríos que lo alimentan, el Malewa, que nace en los Aberdares, y Gilgil.
El lago es el hogar de una gran variedad de aves y de una nutrida colonia de hipopótamos. Los antílopes de agua, waterback, también son muy frecuentes en sus orillas.
Por su proximidad a la línea del Ecuador no tiene oscilaciones importantes en su clima. Esto facilita la horticultura y floricultura que se está desarrollando en sus márgenes. Estas actividades, unido a la pesca local, la generación de energía geotérmica y el turismo, han atraído últimamente muchos emigrantes de otras poblaciones y el número de habitantes ha crecido de forma importante.
Todo ello, sin embargo, es también la causa de la crisis ecológica que está degradando el sistema.
Bosques de acacia amarilla (el mal llamado árbol de la fiebre amarilla) y plantas de papiro bordean el lago. Pero últimamente ha surgido una planta invasora que está acabando con los bancos de papiros. Estos últimos muy importantes ya que son los que se encargan de filtrar y estabilizar el PH del agua de forma natural. La falta de ellos podría dar lugar a que el agua no se vaya regenerando.
La actividad más frecuente en este lago es hacer un safari acuático en barcas de distinta dimensión. Navegar por el lago para avistar fauna y aves y también caminar por Crescent Island. Nosotros todo ello lo llevábamos incluido.
Después de un desayuno tempranero, casi que aún no había amanecido, teníamos que partir.
Pero me escapé unos minutos por las praderas de césped hacia la orilla del lago. A esas horas no era normal que los hipopótamos merodeasen por allí. Suelen salir a comer en la madrugada.
Y muy cerquita de la orilla había una colonia de estos mastodontes asomando sus orejas y ojos, escondidos y casi imperceptibles.
Un hipopótamo de este lago mató a un chino cuando se acercó demasiado a hacerle una foto, el año anterior.

También vi algunos cormoranes haciendo equilibrios en las ramas secas de árboles hundidos.
Precisamente estas ramas secas y la gran cantidad de árboles secos sobresaliendo por encima del nivel de agua dan un aspecto fantástico a la orilla del lago. Fantástico?, o fantasmagórico? ……

De vuelta a la habitación ya había visitantes en los jardines del hotel. Unos cuantos antílopes de agua descansaban a la sombra de las acacias amarillas.
Y eso que aún no había salido el sol…

Dejamos el hotel y al poco ya nos estábamos subiendo a unas barcas pequeñas (cuatro personas en cada barca) en un apeadero del lago muy cerquita del hotel Country Club.

La barca va navegando por el lago y en cierta zona se acerca más a la orilla.
Unas piedras marrones parecen emerger por encima del agua. Y parece que se mueven…
Es el error más normal, el confundir los ojos saltones, las orejas y morros de los hipopótamos con piedras.
Hay varios, todos muy juntos, soñolientos…. Estaban muy tranquilos y no era cuestión de molestarlos.

Detrás de esta colonia de hipopótamos otra colonia de pelicanos juguetea en el agua indiferentes a ellos y a nosotros.
Por esta orilla abundan también los troncos de árboles secos. A los cormoranes les vienen muy bien estas ramas. Se suben encima con sus alas extendidas para secarlas.



No muy lejos de la orilla se ven también escenas de pesca. Los pescadores están metidos en el agua, pie en el fondo del lago.
El Lago Naivasha suele tener una profundidad media de 6 metros. Salvo en la zona que después nos acercaremos, Crescent Island, en el que el agua puede alcanzar una profundidad de unos 30 metros.

Vamos viendo más avifauna.
Unas cuantas garcetas grandes o garzas blancas nos alegran la vista.
Posteriormente se nos presentó la visión de unos marabús africanos. Son feos de narices estas enormes aves que dicen que son parientes de las cigüeñas. Yo no creo que haya mucho parentesco, ya que las cigüeñas son preciosas y estos primos son de aspecto lúgubre, encorvado, como calvos…. No en vano le llaman el “ave funeraria” y forma parte, con honor, de la lista de los “cinco feos” .
Están por aquí solos, sin rondar a los buitres. Esperando alguna presa en el agua o alguna carroña.

La barca se aleja de la orilla y navega más deprisa.
En un momento dado y sin que le viéramos un motivo aparente, nos vimos rodeados por todas partes de multitud de aves que revoloteaban cercanas.
También pareciera como que caminaban a saltitos por encima del agua, elaboran acrobacias. Una sinfonía de colores y ruidos en directo nos deleitó por unos minutos. Pelícanos, cormoranes, martín pescador… y alguna que otra que no identificamos……


Una gran suerte haber podido disfrutar de esta visión. Un gustazo ….
Acercándonos a Crescent Island abunda más la vegetación pantanosa y por tanto las aves palmípedas, además de las ya mencionadas.

