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Hoy empezaba nuestra tercera semana de viaje y llegábamos a una de las etapas que más ganas teníamos: Irlanda del Norte. Como creo que ya comentamos, la vez anterior pasamos solo un día y no hicimos noche siquiera.
El despertador ya ni suena a las 7. El reloj biológico lo hace todo por nosotros. Bueno, tengo que hablar de Anna que es a la que le funciona porque el mío está un poco más deteriorado. ¡jajaja!. Al haber subido solo una maleta, no tardamos mucho en prepararnos y bajar a desayunar. Este alojamiento lo tiene todo de 10. Nos encantó la habitación y el resto de la casa. El comedor enorme solo para nosotros y el delicioso desayuno. No lo esperábamos, pero pudimos despedirnos de nuestra anfitriona antes de que se marchase al aeropuerto.
El despertador ya ni suena a las 7. El reloj biológico lo hace todo por nosotros. Bueno, tengo que hablar de Anna que es a la que le funciona porque el mío está un poco más deteriorado. ¡jajaja!. Al haber subido solo una maleta, no tardamos mucho en prepararnos y bajar a desayunar. Este alojamiento lo tiene todo de 10. Nos encantó la habitación y el resto de la casa. El comedor enorme solo para nosotros y el delicioso desayuno. No lo esperábamos, pero pudimos despedirnos de nuestra anfitriona antes de que se marchase al aeropuerto.
A las 9h nos despedimos de nuestro anfitrión (anfitrión sustituto, que lo hizo muy bien, jejeje). Al salir al coche, nos quedamos un pelín helados con los 10ºC del exterior, pero lucía un cielo totalmente despejado para compensar. Pusimos rumbo al faro de Inishowen, muy cerca de Greencastle, en el extremo norte de la isla. Aunque sabíamos que no se podía visitar, nos apetecía visitarlo porque nos parecía fotogénico.
Para llegar hasta el faro, tuvimos que ir desde Buncrana (donde habíamos dormido) hasta cerca de Quigley's Point (en la R238) por la carretera L1911 atravesando la península de Inishowen. Tenemos que decir que la “carreterita” es bastante estrecha, aunque tuvimos suerte de no encontrarnos con tráfico. Una vez en la R238, a ratos topamos bancos de niebla bastante densos.
Para llegar hasta el faro, tuvimos que ir desde Buncrana (donde habíamos dormido) hasta cerca de Quigley's Point (en la R238) por la carretera L1911 atravesando la península de Inishowen. Tenemos que decir que la “carreterita” es bastante estrecha, aunque tuvimos suerte de no encontrarnos con tráfico. Una vez en la R238, a ratos topamos bancos de niebla bastante densos.
El faro de Inishowen, también conocido como faro de Stroove, se encuentra en Stroove, cerca de la ciudad de Moville. En el faro todavía trabaja una persona como asistente y su luz continúa luciendo en condiciones de poca visibilidad. Construido en 1837, el faro tiene forma de torre circular (con dos partes). El faro fue automatizado en agosto de 1979 y el “diaphone” fue reemplazado por un cuerno de niebla eléctrico controlado por un detector de niebla.
A medida que nos íbamos acercando, la niebla fue disipándose y pudimos disfrutar del faro con un cielo completamente azul, salpicado por alguna nube en altura.
A medida que nos íbamos acercando, la niebla fue disipándose y pudimos disfrutar del faro con un cielo completamente azul, salpicado por alguna nube en altura.
Paseamos un poco por la pequeña playa y hacia las 10h45 nos despedimos del faro y nos pusimos rumbo a Derry. Empezaba nuestra aventura “north irlandesa”. Pensando que, con el cambio de libras esterlinas, la gasolina podía estar más cara, aprovechamos la última gasolinera antes de cruzar a Reino Unido para repostar (16,9L x 1,149€ = 24€). Nos pareció curioso no ver ni una sola señal que indicara que habíamos cambiado de país.
Como le habíamos dicho a “maripuri” que nos llevara a un parking del centro, fuimos directamente al parking de Foyleside, muy cerca de la oficina de turismo de Derry.
Como le habíamos dicho a “maripuri” que nos llevara a un parking del centro, fuimos directamente al parking de Foyleside, muy cerca de la oficina de turismo de Derry.
En la oficina tuvimos la suerte de que nos atendiera una chica joven española que estaba estudiando turismo. Aunque Anna se arregla perfectamente con el idioma de Shakespeare, yo agradezco cuando alguien nos habla en la lengua de Cervantes.
Después de la explicaciones, y antes de despedirnos, Anna se sacó una divertida foto con las chicas de la serie de Netflix, Derry Girls. Una serie satírica que muestra cómo era la vida de un grupo de estudiantes de Derry durante los años del conflicto armado. Por cierto, ¿sabríais reconocer a Anna? (¡¡Conste que me está dando ahora mismo un codazo!! Jajaja).
No era la primera vez que habíamos oído hablar de esta serie. La english teacher de Anna le había recomendado ver la serie para “hacer oído” con el acento. Ni que decir tiene que es imposible, pero la serie es divertida. (Esto último, dicho por Anna). Lo que sí nos resultó curioso es que es algo que han adaptado como “reclamo” turístico.
Después de la explicaciones, y antes de despedirnos, Anna se sacó una divertida foto con las chicas de la serie de Netflix, Derry Girls. Una serie satírica que muestra cómo era la vida de un grupo de estudiantes de Derry durante los años del conflicto armado. Por cierto, ¿sabríais reconocer a Anna? (¡¡Conste que me está dando ahora mismo un codazo!! Jajaja).
No era la primera vez que habíamos oído hablar de esta serie. La english teacher de Anna le había recomendado ver la serie para “hacer oído” con el acento. Ni que decir tiene que es imposible, pero la serie es divertida. (Esto último, dicho por Anna). Lo que sí nos resultó curioso es que es algo que han adaptado como “reclamo” turístico.
Aunque nos hubiera gustado tener más tiempo, sólo pudimos reservar unas horas para visitar Derry, así que nuestra visita se ciñó a las murallas y a la zona de los murales. Pero antes, no podíamos estar en Derry y no sacar una foto al mural original de las Derry Girls, en la calle Orchard Street. ¡Muy currado!
A las 12h30 comenzamos la visita a la muralla. Nos fuimos parando en los puntos que consideramos interesantes como “el árbol de la luz”. Un árbol construido a partir de ramas de otros árboles decorado con hojas de colores, del artista Brendan Farren.
También visitamos la catedral de St. Columb, construida en 1633 por William Parrot con piedras de canteras locales. Los mejores cortadores de piedra y albañiles tuvieron que ser contratados para realizar el trabajo. Los antiguos pilares y arcos dan testimonio de la artesanía de primera clase.
Prácticamente no hubo ningún cambio en la apariencia del edificio de 1633 a 1776 cuando el obispo de Derry, el cuarto conde de Bristol, añadió 7 metros a la torre, y colocó por encima de esta, una aguja de piedra muy alta, haciendo una altura total de 67 metros. Unos 20 años después de su construcción, la torre mostró signos de ceder y el conjunto fue derribado y reconstruido, completándose en 1802.
Prácticamente no hubo ningún cambio en la apariencia del edificio de 1633 a 1776 cuando el obispo de Derry, el cuarto conde de Bristol, añadió 7 metros a la torre, y colocó por encima de esta, una aguja de piedra muy alta, haciendo una altura total de 67 metros. Unos 20 años después de su construcción, la torre mostró signos de ceder y el conjunto fue derribado y reconstruido, completándose en 1802.
La nave, sin embargo, permaneció exactamente como estaba hasta 1825 cuando se retiró el porche Sur. En 1827 las torretas orientales fueron reconstruidas o coronadas por cúpulas; antes de esto, aparecen con almenas.
En los años 1861 y 1862 el interior de la Catedral fue completamente remodelado haciéndose muchas otras mejoras en los adornos y muebles del edificio.
La construcción de la Casa Capitular en 1910 no sólo proporcionó alojamiento muy necesario para el clero y el coro, sino que también se sumó en gran medida a la apariencia externa de la Catedral. El órgano actual, inaugurado en 2006 tiene 4000 tubos. El original fue destruido por unos gamberros en 1994.
En los años 1861 y 1862 el interior de la Catedral fue completamente remodelado haciéndose muchas otras mejoras en los adornos y muebles del edificio.
La construcción de la Casa Capitular en 1910 no sólo proporcionó alojamiento muy necesario para el clero y el coro, sino que también se sumó en gran medida a la apariencia externa de la Catedral. El órgano actual, inaugurado en 2006 tiene 4000 tubos. El original fue destruido por unos gamberros en 1994.
La entrada a catedral es gratuita, aunque aceptan donativos. La visita es auto guiada, pero existe la posibilidad de hacer un tour guiado (también gratuito). Los horarios se pueden consultar en la web de la catedral.
Desde el bastión de la catedral, flanqueada por dos cañones hay unas magníficas vistas del exterior de la catedral. Las murallas de Derry, construidas entre 1613 y 1618, incluyen ocho bastiones y dos plataformas. Estos bastiones, que sobresalen desde las paredes fueron construidos donde las paredes cambian de dirección, permitiendo a los soldados ver largos tramos de muralla a ambos lados. Los cañones se colocaron aquí para disparar a través del valle.
Desde el bastión de la catedral, flanqueada por dos cañones hay unas magníficas vistas del exterior de la catedral. Las murallas de Derry, construidas entre 1613 y 1618, incluyen ocho bastiones y dos plataformas. Estos bastiones, que sobresalen desde las paredes fueron construidos donde las paredes cambian de dirección, permitiendo a los soldados ver largos tramos de muralla a ambos lados. Los cañones se colocaron aquí para disparar a través del valle.
Otro de los sitios donde nos detuvimos fue el punto conocido como “doble bastión”. Posición defensiva estratégica porque, al estar haciendo esquina, proporcionaba cobertura a lo largo de dos tramos de muralla. Varios cañones habrían sido colocados en el bastión para disparar hacia afuera.
Desde este lugar también pudimos disfrutar de una magnífica panorámica de la zona baja de Derry donde se encuentran los murales. ¡Qué recuerdos!
Desde este punto, bajamos por Nailors Road hasta Lecky Road y comenzamos la visita a una zona de la cuidad que recuerda la que es, posiblemente, la época más triste y violenta de la historia moderna de Reino Unido, el conflicto conocido en inglés como “The Troubles”. Como en todo conflicto hay dos versiones, preferimos ser neutrales y recurrir al resumen que ofrece la Wikipedia.
“El conflicto norirlandés (también conocido en inglés como The Troubles, en español «Los Problemas») fue un conflicto armado interétnico en Irlanda del Norte que provocó gran número de muertes durante la segunda mitad del siglo XX. Enfrentó, por un lado, a los unionistas de Irlanda del Norte (de religión protestante, mayoritaria en la región), partidarios de preservar los lazos con el Reino Unido, y por otro lado a los republicanos irlandeses, en su mayoría católicos y demográficamente minoritarios, partidarios de la independencia o bien la integración de la provincia en la República de Irlanda, país de religión católica. Ambos bandos recurrieron a las armas, y la provincia se hundió en una espiral de violencia que duró desde el 8 de octubre de 1968 hasta la firma del Acuerdo de Viernes Santo, el 10 de abril de 1998, que sentó las bases de un nuevo gobierno, en el cual católicos y protestantes comparten el poder.”
En las fotos siguientes podéis ver una muestra (hay muchos más) de los murales que se pueden ver y que representan diferentes momentos del conflicto. En los dos primeros se pueden ver a activista Bernadette Devlin y a Annete McGavigan de 14 años asesinada por el ejército británico el 6 de septiembre de 1971 durante unos enfrentamientos con el IRA.
“El conflicto norirlandés (también conocido en inglés como The Troubles, en español «Los Problemas») fue un conflicto armado interétnico en Irlanda del Norte que provocó gran número de muertes durante la segunda mitad del siglo XX. Enfrentó, por un lado, a los unionistas de Irlanda del Norte (de religión protestante, mayoritaria en la región), partidarios de preservar los lazos con el Reino Unido, y por otro lado a los republicanos irlandeses, en su mayoría católicos y demográficamente minoritarios, partidarios de la independencia o bien la integración de la provincia en la República de Irlanda, país de religión católica. Ambos bandos recurrieron a las armas, y la provincia se hundió en una espiral de violencia que duró desde el 8 de octubre de 1968 hasta la firma del Acuerdo de Viernes Santo, el 10 de abril de 1998, que sentó las bases de un nuevo gobierno, en el cual católicos y protestantes comparten el poder.”
En las fotos siguientes podéis ver una muestra (hay muchos más) de los murales que se pueden ver y que representan diferentes momentos del conflicto. En los dos primeros se pueden ver a activista Bernadette Devlin y a Annete McGavigan de 14 años asesinada por el ejército británico el 6 de septiembre de 1971 durante unos enfrentamientos con el IRA.
A las 14h45 nos acercamos hasta el Ayuntamiento de Derry porque habíamos oído que tenía un salón de actos digno de visitar. Desgraciadamente, estaban preparando un evento y sólo pudimos verlo desde las puertas. Así todo, el órgano tenía una pinta increíble. Una pena…
A las 15h, bastante más tarde de lo que estamos acostumbrados, paramos en un supermercado Centra y compramos la comida. Unos bocatas, refrescos, fruta y unos cafés (£13,24).
Antes de volver al coche (el parking nos costó £4,50), dimos un breve paseo por la zona de murales protestantes del barrio de “The Fountain”. La temática era totalmente diferente. También aprovechamos para comprar unos sándwiches para la cena (£6,80).
Antes de volver al coche (el parking nos costó £4,50), dimos un breve paseo por la zona de murales protestantes del barrio de “The Fountain”. La temática era totalmente diferente. También aprovechamos para comprar unos sándwiches para la cena (£6,80).
Hace tiempo pudimos leer en alguna guía que no recomendaban pasear por la zona de los murales porque a los oriundos no les hacía mucha gracia que le gente de fuera, se paseara sacando fotos a los murales. Tenemos que decir que nosotros no hemos tenido ningún problema las dos veces que hemos estado en Derry. Eso sí, sabiendo dónde estábamos y mostrando el respeto que se merece el lugar.
A las 16h30 dijimos adiós a Derry y pusimos rumbo norte a Bushmills por la carretera A2. Pronto empezamos a ver carteles que nos recordaban que nos estábamos acercando a la ruta de la costa donde se encuentra la archifamosísima “Calzada del Gigante”.
A las 16h30 dijimos adiós a Derry y pusimos rumbo norte a Bushmills por la carretera A2. Pronto empezamos a ver carteles que nos recordaban que nos estábamos acercando a la ruta de la costa donde se encuentra la archifamosísima “Calzada del Gigante”.
A las 18h30 llegamos a la Calzada del Gigante y lo primero que hicimos es buscar aparcamiento. Aunque visitar la Calzada del Gigante es gratis, lo que no es gratis es el aparcamiento. Por internet se pueden ver todo tipo de historias y estratagemas para no pagar el parking. Algunos entran en un bar cercano a tomar algo y dejan el coche allí, guardando el ticket para demostrar que son clientes de bar.
A nosotros no nos gusta hacer ese tipo de cosas, no por nada, simplemente no nos gustan, así que fuimos directamente al parking del cercano museo del ferrocarril. Aunque no tiene nada que ver con la calzada, publicitan su parking como alternativa al oficial (suponemos que es una manera de sacar unas libras adicionales). El precio para todo el día es de £8 por coche, mientras que el oficial es de £12,50 por persona, aunque realmente lo que cobran es el acceso al centro de visitantes.
En el parking del ferrocarril nos hicimos amigos de un chico esloveno que viajaba sólo en su pick-up (bueno con su enorme, aunque inofensivo perro). Y es que empezamos a hablar porque no sabíamos si la barrera del parking la cerraban por la noche y no podíamos preguntar en el museo porque ya estaba cerrado.
Preguntamos a una pareja de señores que iban a recoger su coche y nos dijeron que no sabían, pero que nos daban su ticket por si acaso. A caballo regalado…
Cuando subimos hasta el hotel (donde empieza la caminata hasta la calzada), entramos a preguntar en la recepción a ver si ellos sabían si el parking del ferrocarril cerraba por la noche. La primera respuesta fue que no lo sabían y la verdad es que sonó a: ¿no queréis pagar aquí y me preguntáis por otro sitio?, pero cuando ya nos marchábamos nos dijo: …de todas formas por la hora que es, podéis aparcar gratis en el parking de hotel. Se nos iluminó la cara a los tres (bueno… incluso al perro).
Volvimos al parking del ferrocarril y subimos los coches hasta el hotel. Aunque realmente no había mucha distancia, a la noche, tras el atardecer, seguro que lo agradecíamos.
A nosotros no nos gusta hacer ese tipo de cosas, no por nada, simplemente no nos gustan, así que fuimos directamente al parking del cercano museo del ferrocarril. Aunque no tiene nada que ver con la calzada, publicitan su parking como alternativa al oficial (suponemos que es una manera de sacar unas libras adicionales). El precio para todo el día es de £8 por coche, mientras que el oficial es de £12,50 por persona, aunque realmente lo que cobran es el acceso al centro de visitantes.
En el parking del ferrocarril nos hicimos amigos de un chico esloveno que viajaba sólo en su pick-up (bueno con su enorme, aunque inofensivo perro). Y es que empezamos a hablar porque no sabíamos si la barrera del parking la cerraban por la noche y no podíamos preguntar en el museo porque ya estaba cerrado.
Preguntamos a una pareja de señores que iban a recoger su coche y nos dijeron que no sabían, pero que nos daban su ticket por si acaso. A caballo regalado…
Cuando subimos hasta el hotel (donde empieza la caminata hasta la calzada), entramos a preguntar en la recepción a ver si ellos sabían si el parking del ferrocarril cerraba por la noche. La primera respuesta fue que no lo sabían y la verdad es que sonó a: ¿no queréis pagar aquí y me preguntáis por otro sitio?, pero cuando ya nos marchábamos nos dijo: …de todas formas por la hora que es, podéis aparcar gratis en el parking de hotel. Se nos iluminó la cara a los tres (bueno… incluso al perro).
Volvimos al parking del ferrocarril y subimos los coches hasta el hotel. Aunque realmente no había mucha distancia, a la noche, tras el atardecer, seguro que lo agradecíamos.
Como se puede ver en las fotos, según estábamos haciendo la caminata hasta la calzada, ya veíamos como el sol iluminaba los acantilados. ¡Igual teníamos suerte y había un buen atardecer!!
Para los que no hayáis oído hablar de la Calzada del Gigante, sólo contaros que es una lengua de más de 40000 columnas de basalto que descienden desde la montaña y se sumergen en las frías aguas del mar de Irlanda.
Para los que no hayáis oído hablar de la Calzada del Gigante, sólo contaros que es una lengua de más de 40000 columnas de basalto que descienden desde la montaña y se sumergen en las frías aguas del mar de Irlanda.
Un sitio así no podía dejar de tener historias y leyendas detrás, y así es. La más famosa es la que cuenta que dos gigantes, uno de Irlanda (Finn) y otro de Escocia (Bennandoner) se llevaban muy mal y continuamente se tiraban rocas y así se formó la calzada. A nosotros, sin embargo, la que más nos gusta es la que cuenta que el "gigante irlandés estaba enamorado de una gigante escocesa y creó un puente de rocas para poder ir a ver a su amada". ¿No es mucho más creíble? jejeje.
Por la hora que era, ya no había muchos visitantes, pero sí que había unos cuantos aficionados a la fotografía esperando el atardecer, así que nos despedimos de nuestro amigo esloveno y su perro y buscamos un sitio para disfrutar del espectáculo.
Antes de marchar, oímos a una pareja hablar español y nos acercamos a charlar con ellos. Eran catalanes y también estaban recorriendo la isla, aunque lo estaban haciendo en sentido contrario a nosotros. Durante un buen rato intercambiamos impresiones y “batallitas” del viaje.
Cerca ya de las 21h nos despedimos de ellos y regresamos al parking a oscuras (ya no volvimos a ver al chico esloveno con el perro). Cuando recuperamos cobertura, nos entró un mensaje de nuestra próxima anfitriona preguntándonos por nuestra hora de llegada. ¡Cagüentooooo! Se nos olvidó mandar un mensaje el día anterior para avisar de que llegaríamos un poco tarde. Por cierto, el parking del ferrocarril seguía con la barrera arriba.
A las 21h30 llegamos al B&B y lo primero que hicimos fue disculparnos por no haber avisado. La señora nos dijo que no pasaba nada y que sólo era para confirmar que no habíamos tenido problemas para localizar el alojamiento.
Como es habitual, nos enseñó nuestra habitación y nos preguntó a qué hora queríamos desayunar y qué tipo de desayuno queríamos. Yo por una vez dije que no quería “full Breakfast”. Que nooooooo. Es broma. ¿Cómo no voy a querer tal manjar? Jajaja
Después de instalarnos, descargamos las fotos de las cámaras (hoy teníamos un montón de fotos) y mientras tanto, cenamos los sándwiches que habíamos comprado en Derry.
Cerca ya de las 21h nos despedimos de ellos y regresamos al parking a oscuras (ya no volvimos a ver al chico esloveno con el perro). Cuando recuperamos cobertura, nos entró un mensaje de nuestra próxima anfitriona preguntándonos por nuestra hora de llegada. ¡Cagüentooooo! Se nos olvidó mandar un mensaje el día anterior para avisar de que llegaríamos un poco tarde. Por cierto, el parking del ferrocarril seguía con la barrera arriba.
A las 21h30 llegamos al B&B y lo primero que hicimos fue disculparnos por no haber avisado. La señora nos dijo que no pasaba nada y que sólo era para confirmar que no habíamos tenido problemas para localizar el alojamiento.
Como es habitual, nos enseñó nuestra habitación y nos preguntó a qué hora queríamos desayunar y qué tipo de desayuno queríamos. Yo por una vez dije que no quería “full Breakfast”. Que nooooooo. Es broma. ¿Cómo no voy a querer tal manjar? Jajaja
Después de instalarnos, descargamos las fotos de las cámaras (hoy teníamos un montón de fotos) y mientras tanto, cenamos los sándwiches que habíamos comprado en Derry.
*** final del día 16 ***
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