Una vez más fuimos desde Berlín en tren. La idea fue hacer base en esta ciudad que nos quedaba cómoda para conocer el pueblo de Hamelin y para regresar desde Hannover a nuestro país. Llegamos a Hannover el 2-6-15 y nos fuimos el 4-6-15.
Recorrimos un poco de la ciudad que a mi criterio no tiene nada destacable más allá del consabido Ayuntamiento, del cual tienen dos, viejo y nuevo. El viejo es un edificio medieval de ladrillos.

El Ayuntamiento Nuevo tiene una cúpula verde que algún desorientado puede tomar por la de una Catedral.

Me llamó la atención en el centro de la ciudad las ruinas de la Aegidenkirche



Fuimos a la Marktkirche y a un parque bastante descuidado.

Recuerdo que en la oficina de turismo nos dijeron que siguiéramos la línea de color que estaba pintada en las veredas, que era el circuito turístico que aconsejaban hacer en un día, hubiera sido fenómeno si la hubieran mantenido, porque se notaba que la pintaron en el siglo anterior y nunca más la repintaron, porque en algunos tramos si no contabas con ojos biónicos la opción era adivinar.
Nos alojamos en el Hotel City Panorama, del que no me acuerdo nada.
Resumen la parada en Hannover no me gustó mucho, solo sirvió como punto de paso.