Ya arriba lo primero que te encuentras es la Iglesia do Carmo

La parte alta de la ciudad tiene muchos miradores, uno no puede decidirse de cual vista fue la más espectacular, todas lo son increíblemente bonitas, en algunos casos compiten la decoración del mirador con la vista, a veces es empate pero según mi criterio normalmente la vista gana por goleada. Uno de los primeros miradores que vimos fue el de Santa Catarina, lástima que no tengo anotado como llegamos hasta ahí. Desde este mirador se ve muy bien el puerto y las grúas del puerto.

Otro mirador al que fuimos es el Miradouro de Sao Pedro de Alcántara. Tampoco recuerdo cómo llegamos a este mirador, creo que fue en un tranvía elevador, este mirador tiene bancos para descansar y unas vistas preciosas del Tajo y del Castillo de San Jorge.

Como anécdota les cuento que de uno de los miradores, no recuerdo de cual, al querer volver a la parte baja de Lisboa, tomamos un ascensor que abría sus puertas directamente a la calle y que supusimos nos dejaba en un lugar conocido, pero no, nos dejó en lo que parecía el estacionamiento de un supermercado, salimos a la calle y no reconocimos nada, literalmente no sabíamos dónde estábamos, le dábamos vueltas al mapa y nada, finalmente empezamos a caminar y por fin nos ubicamos, pero fue un sustito, cosas que pasan en una ciudad difícil para manejarse por tu cuenta sin conocerla y mucho más si te montas en un ascensor sin preguntar antes donde te va a dejar. Como digo siempre menos mal que nuestras hijas no se enterar sino nos atan a las sillas del comedor para que no nos perdamos.
Para descansar de los miradores, porque hay más, vuelvo a las otras atracciones de la ciudad.
La Catedral Santa Maria Maior de Lisboa a la que llaman Sé de Lisboa, en el barrio de Alfama, es la iglesia más antigua de la ciudad, tiene un interior austero y preciosos mosaicos tan típicos de Lisboa.


Esos hermosos azulejos los hemos visto en muchos lugares, incluso hay casa en la ciudad que los tienen en sus fachadas.
