Si difícil es comenzar un relato, más complicado aún es finalizarlo. En esta última etapa trataré de hacer balance, valorar la experiencia y contar alguna cosa más que se haya quedado en el tintero.
Comenzaré por el tema de la confección del diario. Desde que encontré el foro de “los viajeros” buscando información para nuestro viaje de luna de miel (y ya han pasado catorce años) siempre me ha atraído el leer los diarios que otros foreros iban publicando y donde en mayor o menor medida plasmaban sus vivencias de los viajes que iban realizando. Son unas lecturas interesantes y, de alguna forma, te permite recorrer lugares, entornos y países que puede que en el futuro se vayan a conocer o puede que jamás se vayan a visitar. El realizar estos diarios, al leerlos, uno imaginaba que era una labor bastante ardua y que consumiría su tiempo, el cual a uno ciertamente le escasea. Por ello, hasta la fecha, mis aportaciones tras los viajes habían sido escribir en los hilos correspondientes del foro que, al final, demanda menos tiempo.
Sucede que, en esta ocasión, nos encontramos con un viaje muy al principio de la temporada estival y en un barco con muy poca información en español, amén de ninguna experiencia previa en el foro. Por ello, me planteé que podría ser una buena idea el atreverme a hacer esta vez un diario para dar luz sobre el particular y poder guiar a futuros viajeros que viajasen en este barco o recorrieran los mismos destinos que nosotros, máxime cuando, entre unas cosas y otras, ha sido el viaje donde más anécdotas y sucedidos nos han pasado desde que nos entró el gusanillo del viajero y ello podría enriquecer el contenido del diario. No sabía dónde me metía….
Efectivamente uno no es consciente de las cosas hasta que se pone a ello y, con total merecimiento, hay que poner en valor y agradecer a todos aquellos que se sientan delante del ordenador y escriben, suben fotos y conforman la narración de los hechos vividos porque, lo digo tras sufrirlo/disfrutarlo, la redacción de un diario, sobre todo si se va de madre en cuanto a contenido y duración, como ha sido el caso, consume mucho tiempo y energías. Que es un tiempo satisfactorio y enriquecedor, de acuerdo, pero al fin y al cabo es tiempo que uno no le está dedicando a la familia, el trabajo o el descanso. Por ello, insisto en un aplauso desde aquí a todos los que vienen publicando diarios desde el inicio y animo a quiénes puedan ser reacios a intentarlo que lo prueben porque he de decir que me ha supuesto una experiencia muy positiva y vivido el viaje una vez más: la primera vez, al organizarlo, la segunda vez, al viajarlo y, la tercera vez, al ponerlo negro sobre blanco.
Comenzaré por el tema de la confección del diario. Desde que encontré el foro de “los viajeros” buscando información para nuestro viaje de luna de miel (y ya han pasado catorce años) siempre me ha atraído el leer los diarios que otros foreros iban publicando y donde en mayor o menor medida plasmaban sus vivencias de los viajes que iban realizando. Son unas lecturas interesantes y, de alguna forma, te permite recorrer lugares, entornos y países que puede que en el futuro se vayan a conocer o puede que jamás se vayan a visitar. El realizar estos diarios, al leerlos, uno imaginaba que era una labor bastante ardua y que consumiría su tiempo, el cual a uno ciertamente le escasea. Por ello, hasta la fecha, mis aportaciones tras los viajes habían sido escribir en los hilos correspondientes del foro que, al final, demanda menos tiempo.
Sucede que, en esta ocasión, nos encontramos con un viaje muy al principio de la temporada estival y en un barco con muy poca información en español, amén de ninguna experiencia previa en el foro. Por ello, me planteé que podría ser una buena idea el atreverme a hacer esta vez un diario para dar luz sobre el particular y poder guiar a futuros viajeros que viajasen en este barco o recorrieran los mismos destinos que nosotros, máxime cuando, entre unas cosas y otras, ha sido el viaje donde más anécdotas y sucedidos nos han pasado desde que nos entró el gusanillo del viajero y ello podría enriquecer el contenido del diario. No sabía dónde me metía….
Efectivamente uno no es consciente de las cosas hasta que se pone a ello y, con total merecimiento, hay que poner en valor y agradecer a todos aquellos que se sientan delante del ordenador y escriben, suben fotos y conforman la narración de los hechos vividos porque, lo digo tras sufrirlo/disfrutarlo, la redacción de un diario, sobre todo si se va de madre en cuanto a contenido y duración, como ha sido el caso, consume mucho tiempo y energías. Que es un tiempo satisfactorio y enriquecedor, de acuerdo, pero al fin y al cabo es tiempo que uno no le está dedicando a la familia, el trabajo o el descanso. Por ello, insisto en un aplauso desde aquí a todos los que vienen publicando diarios desde el inicio y animo a quiénes puedan ser reacios a intentarlo que lo prueben porque he de decir que me ha supuesto una experiencia muy positiva y vivido el viaje una vez más: la primera vez, al organizarlo, la segunda vez, al viajarlo y, la tercera vez, al ponerlo negro sobre blanco.

Como dice el patrón de los viajeros cruceristas, Tomás Crucero, ¡vamos, chico, puedes hacerlo! Y con esa resolución hemos llegado hasta aquí….
Lo siguiente sería hablar de las conclusiones. Con la perspectiva que da el tiempo transcurrido podemos decir que el balance ha sido más que positivo. El viaje ha aunado visitas culturales, naturaleza en su estado más puro, diversión y también relax para cuerpo y mente, de lo cual andamos tan necesitados todos hoy en día. Por particularizar voy a atender a diferentes aspectos:
. Itinerario: el equilibrio buscado de civilización y paisajismo se ha conseguido. Hemos vivido Historia en Southampton, Folklore en Haugesund, Espectáculo Natural en el fiordo de Geiranger, Naturaleza con mayúsculas en Olden y Espíritu Marítimo en Stavanger. Sin duda, Haugesund ha sido el patito feo pero la oferta urbanita que se ofrece en este tipo de recorridos tampoco va más allá de Kristiansand, Bergen o Alesund. En cuanto a la oferta de fiordos Geiranger y Olden colman la cuestión sin desmerecer a Flam.
. Itinerario: el equilibrio buscado de civilización y paisajismo se ha conseguido. Hemos vivido Historia en Southampton, Folklore en Haugesund, Espectáculo Natural en el fiordo de Geiranger, Naturaleza con mayúsculas en Olden y Espíritu Marítimo en Stavanger. Sin duda, Haugesund ha sido el patito feo pero la oferta urbanita que se ofrece en este tipo de recorridos tampoco va más allá de Kristiansand, Bergen o Alesund. En cuanto a la oferta de fiordos Geiranger y Olden colman la cuestión sin desmerecer a Flam.


. Barco: El Anthem of the seas es un barco adecuado para estas latitudes con un equilibrio adecuado de zonas interiores para condiciones climáticas adversas y con zonas exteriores para poder disfrutar del buen tiempo. Además está bien conservado, limpio hasta la extenuación y se ha comportado muy bien cuando hemos tenido mala mar.
. Instalaciones del barco: El mismo presenta mucha variedad de lugares para que los pasajeros se distribuyan por los mismos pero sucede lo que sucede en casi todos los cruceros y es que con aforo completo hay zonas que van a estar llenas indefectiblemente: piscinas, bufet, teatro....
. Instalaciones del barco: El mismo presenta mucha variedad de lugares para que los pasajeros se distribuyan por los mismos pero sucede lo que sucede en casi todos los cruceros y es que con aforo completo hay zonas que van a estar llenas indefectiblemente: piscinas, bufet, teatro....

. Animación: al no haber participado en clases de baile, juegos y concursos no podemos opinar mucho al respecto pero a los eventos que hemos ido hay que decir que han cumplido con creces.
. Tripulación: se les ve con más carga de trabajo y con menos experiencia pero aun así han cubierto con las expectativas. Se les perdona los pequeños fallos que hayan tenido.
. Espectáculos: ha habido altos y bajos, se ha echado faltar algún show más pero, en conjunto, también satisfactorio.
. Tripulación: se les ve con más carga de trabajo y con menos experiencia pero aun así han cubierto con las expectativas. Se les perdona los pequeños fallos que hayan tenido.
. Espectáculos: ha habido altos y bajos, se ha echado faltar algún show más pero, en conjunto, también satisfactorio.

. Restauración: tampoco hay quejas aunque se notan mucho los recortes. Variedad, cantidad y clásicos que no defraudan como la sopa de cebolla en la cena, las cookies de chocolate del Windjammer o los helados al lado de la piscina.
. Vida a bordo: el idioma ha condicionado la experiencia pero tampoco la ha hecho inasumible. Nos hemos apañado y hemos refrescado el inglés.
. Pasaje: esperaba lo peor de la mayoría anglosajona pero en líneas generales no ha habido desfase, ni borrachos por las esquinas ni mala educación.
. Conexiones: lo peor del viaje con diferencia con retrasos en los aviones y las historias de los trenes ya contadas con profusión pero es lo que tiene coger el barco allende los mares.
Podemos concluir que ni el borrón de Geiranger ha empañado la experiencia completa y que repetiríamos con los ojos cerrados barco e itinerario.
Y, por último, querido lector,
Permíteme en este momento este tratamiento de familiaridad y complicidad ya que llevamos veinticinco capítulos y más de un mes juntos compartiendo lectura, vivencias y anécdotas. Espero haberte trasladado, bajo mi particular punto de vista, lo que fue nuestro viaje, sus dimes y diretes, lo positivo y lo negativo pero, sobre todo, una experiencia única en un entorno tan privilegiado como son los pueblos y fiordos de la nación noruega.
Muchas gracias por haber dedicado tu valioso tiempo a la lectura de este diario en el deseo de que te haya sido tan didáctico como entretenido.
. Vida a bordo: el idioma ha condicionado la experiencia pero tampoco la ha hecho inasumible. Nos hemos apañado y hemos refrescado el inglés.
. Pasaje: esperaba lo peor de la mayoría anglosajona pero en líneas generales no ha habido desfase, ni borrachos por las esquinas ni mala educación.
. Conexiones: lo peor del viaje con diferencia con retrasos en los aviones y las historias de los trenes ya contadas con profusión pero es lo que tiene coger el barco allende los mares.
Podemos concluir que ni el borrón de Geiranger ha empañado la experiencia completa y que repetiríamos con los ojos cerrados barco e itinerario.
Y, por último, querido lector,
Permíteme en este momento este tratamiento de familiaridad y complicidad ya que llevamos veinticinco capítulos y más de un mes juntos compartiendo lectura, vivencias y anécdotas. Espero haberte trasladado, bajo mi particular punto de vista, lo que fue nuestro viaje, sus dimes y diretes, lo positivo y lo negativo pero, sobre todo, una experiencia única en un entorno tan privilegiado como son los pueblos y fiordos de la nación noruega.
Muchas gracias por haber dedicado tu valioso tiempo a la lectura de este diario en el deseo de que te haya sido tan didáctico como entretenido.

FIN
Postdata: ¡no se vayan todavía, que aún hay más…!
La propina…. en la próxima etapa.
La propina…. en la próxima etapa.