DIA 5 - PRIMERA PARTE - GEIRANGER O TODO EN UN DÍA ✏️ Diarios de Viajes de Noruega

Amanece otro día y es víspera de mucho....

Nuestra idea era madrugar un poco de manera que, quitado el tiempo del despertar y el desayuno, estuviéramos en cubierta un buen rato antes de que el barco llegara a la altura de Hellesylt y así poder disfrutar de una buena parte del fiordo. Por tanto, nos pasamos por el Windjammer a desayunar y nos percatamos de lo que va a ser la tónica durante todo el día: el sosiego. Lo que normalmente es un pandemonio hoy es un coro de susurros. Todo el mundo tiene la mirada en modo contemplativo saboreando el espectáculo que se nos muestra a través de los ventanales. Lo que nuestra pupila absorbe no se puede describir con palabras....

Subimos a cubierta y el silencio sigue siendo la tónica. Hay ya mucha gente deambulando con las cámaras en ristre. La magnificencia del entorno nos sobrecoge y todos bajamos la voz cuando queremos comunicarnos con los que nos rodean. El sonido del mar, el ruido del agua de las cascadas que rompe contra las rocas o que simplemente se vaporiza con el viento nos envuelve. Es algo mágico.... El año pasado el diario de a bordo indicaba que el recorrido por el fiordo se acompañaría con música clásica pero creo que el sonido auténtico de la naturaleza es lo más acertado.

Hace mucho frío y bastante viento pero a nadie le importa. Nosotros cogemos un sitio en la borda de babor que permite apoyar las cámaras y de allí no nos movemos. De repente, a estribor, aparece Hellesylt (llegamos con mucho adelanto sobre el horario previsto) y continuamos por el fiordo hasta llegar a la altura del pretendiente y las siete hermanas. En ese instante el barco baja velocidad y ejecuta un lento y preciso giro de 360 grados en el sentido contrario a las agujas del reloj de manera que podemos deleitarnos con la visión de las dos orillas y sus cascadas sin solución de continuidad. La ejecución de la maniobra es para aplaudir y nos permite sacar todas las fotos del mundo además de admirar las maravillas que pasan delante nuestra.

El barco prosigue camino y en un momento dado un avión militar nos sobrevuela y se adentra en el fiordo. "Anda, como en la nueva película de Top Gun". Estimado lector, recuerde lo anterior, ya que será la tercera concatenación de sucesos pasados unos días. Éste u otros aviones volvieron a repetir la pasada en los siguientes minutos lo que me hace pensar que pudieran estar haciendo maniobras.

Por fin la silueta del pueblo de Geiranger se empieza a vislumbrar a lo lejos. Y a partir de aquí todo se empieza a torcer…..

Según nos vamos acercando pasamos por su estribor al crucero Rotterdam de Holland America Line que está fondeado algo lejos del muelle de atraque y del que van y vienen tenders llevando pasajeros. Primer pensamiento: ¡qué suerte tenemos, que nosotros atracamos directamente en puerto! Inocentes….

Por fin llegamos a Geiranger y con media hora de antelación sobre el horario previsto. Son las 11:00 en esos momentos y a partir de aquí voy a retomar el espíritu “24” de una etapa anterior y voy ir narrando los acontecimientos por tramos horarios intentando acercarme a la realidad lo máximo posible porque ya ha pasado un mes desde que volvimos y estos detalles tan concretos se van diluyendo en la memoria….

. 11:00 horas: Como ya hemos cubierto el cupo de congelación para toda la mañana decidimos bajar al 270 a sentarnos tranquilamente, entrar en calor y ver las labores de atraque por los ventanales mientras nos conectamos a internet y hacemos tiempo hasta la hora de la comida. El plan del día, puesto que tenemos la excursión con el Panorama Bus a las 14:45 horas para subir a los miradores, es comer hacia las 12:00 horas, bajar a tierra hacia las 13:00 horas, subir hasta el Centro de Interpretación de los fiordos por las escaleras contemplando la cascada que pasa por el pueblo y bajar por la carretera para ver la Iglesia de Geiranger hasta la zona del puerto, haciendo todas las fotos del mundo, para llegar a la hora de subir al bus. Una vez hecho el recorrido, que finalizaría a las 16:15 horas, dar una vuelta por la parte del pueblo que no hubiéramos visto antes y subir a bordo para hacer el North Star a las 17:15. Luego, dependiendo de las ganas y la climatología, quedarnos en el barco o volver a bajar para dar otro paseo teniendo en cuenta que el todos a bordo es a las 19:30 horas. Eso era la teoría…

Pues bien, aposentados en unos sillones en el 270 comenzamos a ver las primeras maniobras de extensión de la pasarela mecanizada que va a unir el barco con el muelle de Geiranger (hice un vídeo incluso de la extensión del primer tramo). Me extrañó que tardaran tanto en seguir con el siguiente tramo y lo achaqué a que estaban haciendo tiempo dado que habíamos llegado con media hora de antelación y como debe ser que el minuto de atraque se paga caro…. La vista desde los ventanales de todo el pueblo era magnífica y allí, como un tonto, señalando a mi mujer “ahí vamos a subir ahora y luego el mirador de Flydalsjuvet está por allí…”. Ciento volando…

11:45 horas: Nos marchamos al camarote a dejar toda la impedimenta de abrigos, cámaras y demás y nos vamos al Windjammer a comer. Vemos a mucha gente ya preparada para bajar inmediatamente en cuanto se materialice el atraque y nosotros con la idea de que así lo hagan para que cuando bajemos nosotros el flujo de viajeros sea menor.

12:15 horas: En el Windjammer, por megafonía, el capitán del crucero toma la palabra e informa al pasaje de que las labores de atraque se están retrasando porque uno de los motores que acciona la pasarela se ha estropeado y lo están intentando con el segundo. Seguiremos informando….

12:30 horas: Justo cuando ya nos marchamos de comer del Windjammer suena la voz de la directora del crucero informando de que también se ha estropeado el segundo motor que acciona la pasarela y que están intentando arreglarlo. Añade que están valorando también el usar los tenders para bajar el pasaje a puerto. Se masca la tragedia…. En ese momento, decidimos irnos al camarote para estar atentos y salir pitando si hay novedades en la medida en que desde nuestra cabina hasta la salida hay un paso (por eso, entre otras cosas, los días de escala esa parte del barco es el Polo Norte en cuanto a temperatura se refiere…).

12:55 horas: Por la ventana de nuestro camarote empezamos a ver la maniobra de bajada de los tenders al agua. Por megafonía se nos informa de que siguen intentando arreglar los motores para que puedan estar en funcionamiento para la tarde cuando los pasajeros regresemos al barco tras la visita al pueblo y otras excursiones, que se va a realizar la bajada por medio de los tenders y se solicita a los pasajeros con “the key” (un programa de la naviera que se paga aparte y concede ciertos privilegios, como la bajada prioritaria) o con excursiones de la naviera que se vayan preparando para hacer el desembarque. Aquí, ya el plan inicial se empieza a hacer añicos y nos empezamos a poner nerviosos en la medida en que hasta que pongan en marcha los tenders y podamos bajar va a pasar un buen rato al no tener prioridad alguna por no tener contratado ni “the key” ni excursión con la naviera. Aquí tienen un buen detalle porque a la locución inicial en inglés con la información referida se sucede la misma en español, francés e italiano. Por último, debido al retraso y como compensación, nos indican que el barco retrasará su salida del puerto una hora y, al día siguiente, adelantará su llegada a puerto también una hora.

Pasa un rato, empiezo a echar cálculos y comienzo a rezar porque podamos bajar a puerto para las 14:30 de cara a poder hacer la excursión en autobús a los miradores. Así, la visita a la cascada del pueblo quedaría entonces para después y ello haría que no podríamos cumplir con el horario de reserva del North Star a las 17:15. Por tanto, abro la aplicación e intento anular la reserva para reservar más tarde pero no me deja anularla y, por ende, reservar la nueva hora diciendo que ya hay una reserva previa. Con las mismas le digo a mi mujer que voy a subir a la cubierta del North Star a ver si me pueden hacer el trámite de manera manual.

13:30 horas: Salgo por la puerta y accedo al hall de proa de la cubierta 3 por cuyas escaleras se baja a la cubierta 2 y por donde se va a hacer el desembarque por tenders. El espectáculo es dantesco. El acceso de bajada está cortado y todo el hall está lleno de pasajeros esperando su turno para coger los tenders. Hay gente tirada en el suelo esperando y la cola se extiende hasta el Music Hall y el casino, dirección popa, en un sentido y escaleras arriba en el otro sentido. Hay varios tripulantes con walkie-talkies recibiendo instrucciones y contestando las preguntas de los ansiosos pasajeros. Uno de ellos comenta que parece ser que es la primera vez que pasa esto en el desembarque en Geiranger. ¡Qué casualidad! Hay muchos nervios y la gente se impacienta cada vez más. Visto el panorama regreso al camarote y le digo a mi mujer que lo mismo ya ni podemos bajar a tiempo a la excursión del autobús por lo que desisto de ir a cancelar la reserva del North Star. Nos subimos ya por las paredes….

13:50 horas: Como la conexión a internet desde la cabina está fallando y mi intención es contactar con la empresa que hace la excursión en autobús para informarles de lo que está pasando y que puede que no lleguemos a tiempo a la misma me subo a la cubierta más alta a popa para coger conexión. Empieza a caer una fina lluvia y me resguardo como puedo para poder redactar el mensaje y mandarlo al correo de la empresa. En esas se oye de nuevo al capitán por megafonía y nos informa de que han intentado acoplar los tenders a las salidas para ir sacando a los pasajeros pero, por el oleaje, esto no está siendo posible y, velando por la seguridad de todos, van a desistir de utilizar este sistema y van a pedir a la autoridad portuaria que intente de nuevo desplegar la pasarela. Recuerdo a un señor que, inmediatamente, se pone a señalar al Rotterdam y a los tenders que van y vienen del barco, diciendo que cómo es posible que ellos sí puedan usarlos y nosotros, no. Yo, que tengo casi hecho el mensaje, empiezo a retocarlo. Imagínese el lector la escena en la que un servidor se está peleando con el móvil para redactar un texto en inglés, en el que está tardando una eternidad porque el autocorrector del móvil cada dos por tres sustituye las palabras inglesas por otras españolas y todo ello aderezado por la furia de los elementos en forma de lluvia y viento gélido.

14:10: Surge de nuevo la voz del capitán por megafonía y, en tono pesaroso, comunica que la reparación de los motores de la pasarela es inviable para el día de hoy, que la bajada por tenders está descartada por las corrientes y el oleaje que hay ahora mismo en el fiordo y que, además, la autoridad portuaria de Geiranger les ha “solicitado”, por seguridad, que el crucero debe soltar amarras y abandonar las proximidades del muelle. Por tanto, como no tiene sentido quedarse fondeados allí lo que resta de tarde, han tomado la decisión de dar media vuelta y cubrir la distancia hasta Olden realizando lo que dan a llamar un crucero panorámico por el fiordo de Geiranger, repitiendo la maniobra de los 360 grados al llegar de nuevo a las siete hermanas y el pretendiente. El mazazo es indescriptible….

Con las mismas vuelvo a rehacer el mensaje, porque todavía no lo había podido finalizar, y comunico a la empresa del autobús que no vamos a poder bajar a tierra y les pregunto si nos van a devolver el importe de los billetes por causas de fuerza mayor. A continuación, a través del chat privado que ofrece la aplicación y del cual hablaré más adelante, le escribo a mi mujer y le digo que suba a cubierta para aprovechar y echar unas fotos antes de que el barco leve anclas y se marche.

En el intervalo que transcurrió hasta que vino mi mujer sucedieron las estampas más tristes que recuerdo en mucho tiempo. Veías a la gente desubicada, sin dar crédito a lo que estaba pasando, vagando en silencio por la cubierta sin saber qué hacer. No se oía ningún grito, ni una palabra más alta que otra, sólo tristeza y vacío. Y todos compartiendo la misma pena, incredulidad y desamparo.

Al rato llega mi mujer y le cuento lo que hay….. Jarro de agua fría…. No se lo puede creer… ¿Estamos a 50 metros del muelle y nos tenemos que ir?….. ¿Por qué a nosotros?... Me cuenta que algo estaba sospechando porque, pese a no entender lo que hablaba la megafonía o lo que decía la gente mientras venía, los semblantes del personal con los que se había ido cruzando eran todo un poema….

Como el siguiente estadio de las emociones pasó a ser el de la resignación pues nos acercamos a la baranda de popa y echamos fotos e hicimos vídeos de la panorámica de Geiranger mientras el barco se empezaba a mover y se iba alejando lentamente de la orilla. Mientras tanto, la directora del crucero anuncia que a las 16:00 horas van a realizar una exhibición de las pantallas robóticas del 270 para también compensar el chasco del no desembarque.

Puesto que a la ida habíamos estado en la cubierta 15 en la mitad a babor nos encaminamos a la cubierta 16, también a babor, en la zona del simulador de surf y el de vuelo libre, en previsión de que no habría nadie y las vistas fueran diferentes. Efectivamente, por allí no había ni el tato, por la ventolera que había, básicamente, pero así estuvimos más tranquilos y la panorámica fue distinta, unido a que la luz era diferente por el transcurrir del día. Tal y como hizo a la ida, el barco giró los 360 grados de nuevo muy lentamente y, al menos, nos fue haciendo más llevadero el mal trago.

En un momento dado, desde arriba, vemos acercarse por la cubierta inferior un grupo numeroso de tripulantes adscritos al servicio de seguridad del barco. ¿Qué sucede?.... Algo malo pasa, seguro…. Varios de ellos desenfundan…. sus teléfonos móviles y se ponen a hacerse selfies con las cascadas de fondo. Tras los selfies continuaron las fotos grupales, todo ello en un ambiente festivo y dicharachero. Como llegaron, se fueron y cada x minutos, durante el periodo que transcurrió desde que dejamos Geiranger hasta bien desandado el fiordo, fueron subiendo a cubierta grupos de tripulantes con sus móviles para inmortalizar el momento. Había gente de mantenimiento con sus monos, camareros, limpiadores…. Fue curioso….

Hemos pasado las cascadas y como la temperatura ha seguido bajando, la ventolera aumentando y estar en cubierta empieza a no ser nada agradable, decidimos recogernos y ver cómo emplear la tarde. ¿Remontará la jornada o las desdichas continuarán?

Todo ello será narrado en la siguiente etapa.