Fue construido a principios del siglo XII durante el reinado del rey Suryavarman II, el mismo monarca que ordenó la construcción de Angkor Wat. Fue completado por Yasovarman II.
El templo está dedicado al dios hindú Vishnu, aunque también incluye referencias a Shiva.

"Banteay Samré" significa "Ciudadela de los Samré". Los Samré eran un grupo étnico que habitaba las montañas cercanas de Phnom Kulen. Aunque no está claro si tuvieron un papel directo en la construcción del templo, su nombre quedó asociado al lugar. Banteay Samré, también es conocido como la "Ciudadela de los Campesinos".
Debido a su ubicación apartada, Banteay Samré permaneció relativamente intacto durante siglos, evitando el saqueo y la destrucción que sufrieron otros templos.
El templo sigue el estilo arquitectónico de Angkor Wat, con un diseño simétrico.
Consta de dos recintos amurallados. El recinto exterior mide 83 x 77 metros y tiene una altura de 6 metros, mientras que el recinto interior mide 44 x 38 metros.
También hay un foso interior aunque ahora está seco. Incluye un paseo ceremonial de entrada de 140 metros de longitud, cuatro gopuras (puertas ceremoniales) en cada uno de los puntos cardinales, y una corona en forma de loto que alcanza los 21 metros de altura.
La torre principal está decorada con elaborados relieves y coronada con una estructura en forma de loto.

Dentro del recinto hay dos bibliotecas, que flanquean el santuario principal.
Los muros están adornados con escenas mitológicas, como Vishnu descansando sobre la serpiente Ananta y enfrentamientos entre dioses y demonios.
La serpiente Ananta (también conocida como Ananta Shesha o simplemente Shesha) es una figura sagrada en la mitología hindú. Su nombre significa literalmente “infinita” (Ananta) y es una serpiente cósmica de múltiples cabezas, generalmente representada con cinco o siete, a veces hasta mil cabezas.
Es el rey de todas las nagas (serpientes divinas). Sirve como lecho del dios Vishnú, quien reposa sobre ella flotando en el océano cósmico. Representa la eternidad, el tiempo infinito y la estabilidad del universo. Se dice que sostiene los mundos sobre sus anillos y que cuando exhale, el universo se disolverá.
Las barandillas y entradas están decoradas con nagas (serpientes míticas) y estatuas de leones guardianes.
El templo está construido con arenisca y laterita, materiales típicos de la arquitectura jemer.
Gracias a su ubicación remota, Banteay Samré ha conservado gran parte de su estructura original. Fue restaurado en el siglo XX utilizando el método de anastilosis.
En el santuario central se encuentra un sarcófago de piedra perfectamente conservado, aunque no se sabe a quién pertenecía.
El guía nos dijo que era el sarcófago del maestro de no sé quién (entre su español regular y los líos que se hacía al explicar, como para enterarse) pero visto lo visto hasta el momento prefiero ser prudente al respecto.
Tallado en piedra arenisca, como muchas otras estructuras del templo, el sarcófago se encuentra, como dije, en el prasat central (la torre principal del templo), lo que hace pensar que tenía una función ritual importante.Tiene una forma rectangular con bordes elevados, similar a otros sarcófagos simbólicos encontrados en templos jemeres.
Aunque se le llama "sarcofago", no se utilizaba para entierros reales. En el contexto hinduista del templo (dedicado a Vishnú), este tipo de estructura probablemente servía como base para un linga o como receptáculo simbólico para rituales de purificación o consagración. Algunos estudiosos creen que este sarcófago representa una urna simbólica para contener la energía divina o el espíritu del dios al que estaba dedicado el templo. También podría haber sido parte de un ritual de consagración del templo, en el que se colocaban reliquias o elementos sagrados en su interior.
A menudo se considera a este templo una versión más pequeña y compacta de Angkor Wat, lo que lo convierte en un excelente ejemplo del estilo arquitectónico de esa época.
Se encuentra a unos 18 kilómetros al este de Siem Reap, cerca del Baray Oriental.

En una época de gran prosperidad en el Imperio Jemer, había una comunidad de campesinos que cultivaba melones en las fértiles tierras alrededor de Angkor. Estos melones eran conocidos por su sabor excepcional y su tamaño impresionante.
Un día, el rey decidió visitar la región para conocer a los campesinos y probar los famosos melones. Los campesinos, deseosos de impresionar al rey, seleccionaron los mejores melones de su cosecha y los presentaron al monarca. El rey quedó tan impresionado por la calidad de los melones que decidió recompensar a los campesinos generosamente. El rey otorgó a los campesinos tierras adicionales y recursos para mejorar sus cultivos. Además, les prometió protección y apoyo continuo, asegurando que su comunidad prosperara aún más.
Una noche, el rey se coló en el campo de melones, vestido como un campesino común. Mientras inspeccionaba los melones, uno de los campesinos, que estaba de guardia para proteger la cosecha de ladrones y animales, vio una figura sospechosa entre las plantas. Sin reconocer al rey, el campesino pensó que se trataba de un ladrón y, en un acto de valentía, decidió enfrentarse a él. En lugar de castigar al campesino, el rey lo elogió por su valentía y dedicación. Reconoció que el campesino estaba haciendo su deber al proteger los melones y decidió recompensarlo aún más. El rey le otorgó al campesino un puesto de honor en la corte y aseguró que su familia sería cuidada y protegida.
