Datos de la etapa:
Altitud ganada: -172 m
Ascenso total del día: 544 m
Descenso total del día: 602 m
Elevación máxima: 2967 m
Distancia recorrida: 13.5 km
Tiempo: 4h 15m
El taxi nos recogió muy prontito y en una media hora estábamos en el aeropuerto de Jomson. Este tramo se hace por carretera sí o sí, y no me dio ninguna pena hacerlo en coche. El vuelo de Dani a Pokhara salió sin problema y Git, que había sido nuestro porter durante dos semanas, se despidió también. Yo seguiría camino con el guía, primero hasta Kalopani para terminar el AC, y luego unos días más en Mardi Himal.
La ruta de ese día, desde Jomson a Marpha, no era demasiado larga y hay quien hubiera preferido llegar más lejos y avanzar más, pero Marpha es uno de los pueblos con mejor fama del circuito y yo insistí en dormir allí, aunque supusiera un día corto (y uno muy largo al día siguiente). La carretera desde Jomson discurre por el lado oeste del río, y esa es la ruta tradicional del AC, pero en el lado este se han construido caminos alternativos y es posible llegar hasta Tatopani sin pisar la carretera. Mi guía no había ido nunca por el lado este, pero estaba dispuesto a seguirme porque yo estaba decidida a no ir por la carretera.

Hutsatemgo Gompa
El vuelo salió sin problema y poco después de las 8:30 ya estábamos el guía y yo en marcha. Nada más dejar el aeropuerto hay un desvío a la izquierda que te lleva al camino alternativo. Thini es un pequeño pueblo Thakali justo detrás del aeropuerto y que, según había leído, merece una visita, pero nos equivocamos de camino y aparecimos pasado el pueblo, y decidimos no retroceder.
La primera atracción del día, después de una hora de camino, es Dhumba Lake, un lago de color verde alimentado por el hielo de los Nilgiri. Es un lago muy popular con el turismo local, ya que al parecer es sagrado tanto para budistas como para hindúes, y además se hizo muy popular con la juventud nepalí después de aparecer en una película. Como consecuencia, hoy en día cobran entrada para poder acceder a él porque está en una propiedad privada (50 rupias) y suele estar concurrido. No es muy grande y puedes rodearlo caminando en 15 minutos.

Dhumba Lake

Dhumba Lake y Jomson at fondo del valle
Nada más pasar el lago está el desvío a un monasterio que domina el paisaje por dónde está situado. Se llama Hutsatemgo Gompa y es una visita interesante, no sólo por el interior sino también por las vistas que tiene del valle desde el punto más alto. Tuve que pagar un “donativo” de 100 rupias para entrar pero no me importó. La stupa que hay detrás del monasterio está rodeada de banderitas de oración y había un viento del demonio, pero las vistas tanto hacia Jomson como hacia Marpha eran espectaculares.

El interior de Hutsatemgo Gompa merece una visita…

…y subir hasta lo más alto también

El valle hacia Marpha y la carretera por donde discurre el camino “oficial”

Hutsatemgo Gompa desde el otro lado
Después de la visita al monasterio, el camino desciende hasta un pequeño río que desemboca en el Kali Gandaki, lo cruza y vuelve a ascender por el otro lado, permaneciendo todo el rato en el lado este del valle. A partir de este punto el día se me hizo larguísimo. Había un viento horrible, algo bastante habitual en esta zona, y era muy incómodo caminar con el viento de cara. Por lo visto, entre Tukuche y Kagbeni la forma del valle y las montañas hace una especie de efecto Venturi y el viento es insoportable. Si a esto le sumas que las vistas tampoco eran maravillosas, el resultado es que este fue el día que menos me gustó de todo el circuito. En el fondo fueron solo dos horas del monasterio a Marpha, pero se me hizo eterno. Para más inri, el camino pasa Marpha de largo y llega hasta Chhairo, un campo de refugiados tibetanos una media hora al sur de Marpha. Como no hay un puente antes, no queda otra que bajar hasta aquí y luego retroceder. Cruzamos el puente sobre el Kali Gandaki y recorrimos los casi 2 km hasta Marpha por la carretera. Por el camino vi una cascada al otro lado del valle, por el lado que habíamos venido, en la que el agua no llegaba abajo porque se la llevaba el viento antes.

Cascada horizontal
Si el tramo de ese día me había decepcionado, Marpha lo compensó con creces. Este fue mi pueblo favorito de todo el circuito. Después de dejar la mochila y comer en el hotel me fui a explorar y el ambiente, las casitas, la gente y las vistas me fascinaron. Es un pueblo bastante grande que vive mayoritariamente del turismo pero también del cultivo de manzanas. Hay muchísimo turismo local, gente que va a Marpha tanto como destino en sí mismo, como también sitio de paso hacia Muktinath. Es un pueblo tradicional de casas de piedra blanca donde uno de los reclamos turísticos es vestirse con ropas tradicionales Thakali, y las juventudes nepalíes alquilan los vestidos (tanto ellas como ellos) en las tiendas de souvenirs que proliferan en la calle principal y se hacen fotos para Instagram. Es muy curioso de ver.


Vestidos Thakali. El chico me pidió que le hiciera la foto, estaba muy orgulloso y quería verse en la cámara


Marpha
En la pared de la montaña detrás del pueblo hay un par de estructuras que llaman la atención. Una de ellas es una enorme stupa blanca y roja, y la otra un diminuto monasterio encaramado en la roca de forma bastante precaria. Empecé a subir hacia la stupa pero cambié de opinión y me fui hacia el monasterio. Llegué hasta arriba y estaba cerrado, pero mereció la pena por las vistas del pueblo, el valle y los Nilgiri al otro lado. Las casas de Marpha tienen casi todas el tejado plano, y la gente hace vida en los tejados, generalmente usándolos para secar verduras al sol.




La stupa, el monasterio, el valle y los Nilgiri

Me vieron con la cámara en la mano y me pidieron que les hiciera una foto porque querían verse en la pantalla…
No podía dejar de probar la gastronomía local, así que encontré una cafetería muy bien valorada tanto en mi guía como en Google, y me metí un buen trozo de tarta de manzana y un vaso de “vino de manzana” que era como sidra, buenísimo todo. La dueña era encantadora y me estuvo contando cómo hace ella la sidra y las conservas de manzana que vende para llevar.


La última visita del día fue el monasterio de Marpha, que tiene unas vistas maravillosas del pueblo, los tejados y las montañas al otro lado del valle.




Marpha Gompa
El hotel de ese día era el Sunrise Hotel. La habitación era decente y había agua caliente en el baño (privado). La comida estaba buena, pero este fue el único lugar donde me encontré bichos (como pequeños mosquitos) en la comida (tanto en el arroz como en la thukpa). Esa noche coincidí con una pareja de Logroño en el comedor. Habían empezado a andar un poco más al sur, no recuerdo si en Tatopani o Kalopani, y querían llegar a Muktinath pero habían cambiado de idea y al día siguiente cogerían un taxi a Pokhara. Intercambiamos historias y les enseñé fotos del otro lado del paso, porque él había hecho el circuito (y otros treks en Nepal) hacía años, y le gustaba la fotografía (de hecho llevaba una cámara muy parecida a la mía). Y de ahí a la cama, que el día siguiente (último del circuito) sería bastante largo.